El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha justificado la necesidad de reunirse con Rodrigo Rato dada la preocupación que tenía por su seguridad y la de su familia. Lo que le diferencia de cualquier otra persona que tema por su seguridad, y lo que le dio el privilegio de ser recibido por el ministro, fue su condición de exvicepresidente, “sea cual sea su situación judicial”, ha dicho Fernández Díaz. “Haría lo mismo con cualquier ex alto cargo”.
En su último turno, el ministro ha desvelado que durante la legislatura se ha reunido “con imputados y condenados” que también gozan “de protección” policial y que, pese a haber sido condenados, “merecen todo el respeto” del ministro. Fernández ha zanjado: “Y no son del PP”.
El ministro se ha escudado en que el exvicepresidente del Gobierno había sido “agredido verbalmente e increpado” y ha esgrimido los “más de 400 tuits” insultantes que ha recibido. Por ese motivo y no otro, ha afirmado, se reunió con él en la sede del ministerio el pasado 29 de julio durante una hora. Según el titular de Interior, podía haberlo hecho “en un piso franco o de manera clandestina”, pero decidió hacerlo “con luz y taquígrafos” porque un exalto cargo del Gobierno estaba preocupado por su seguridad y la de su familia.
La reunión, sin embargo, no constaba en ninguna agenda oficial, que solo fue conocida y admitida por el ministerio después de que fuera publicada en el periódico El Mundo, aunque sin dar ningún detalle sobre el contenido de la misma. El ministro ha asegurado que fue él quien informó al presidente del Gobierno nada más leer la información el pasado 8 de agosto, por tanto, ha negado que se entrevistara con el exvicepresidente por orden de Mariano Rajoy.
Durante su intervención inicial en la comparecencia en la comisión de Interior, Fernández Díaz ha lamentado “las conjeturas” que los partidos de la oposición han hecho sobre la naturaleza de la reunión y ha lamentado el hecho de tener poco crédito pese a su alta responsabilidad. Además, ha cargado contra el PSOE por haber llegado al extremo de haber presentado denuncia ante la Fiscalía “después de haber sido partido de gobierno”.
En todo momento, el ministro ha asegurado que no ha interferido de ninguna forma en la investigación o situación procesal del exresponsable de Bankia imputado por su gestión. “Hubiera actuado de la misma forma con cualquier exalto cargo del Gobierno”, ha insistido. Según su versión, los temores de Rato se concentraban en la posibilidad de perder el servicio de protección de escoltas que disfrutaba por haber sido vicepresidente del Ejecutivo. “Desde el 8 de agosto he tenido ocasión de reflexionar, sobre si me equivoqué o acerté. Entiendo que actué como debía”.
Fernández Díaz ha negado que la cita pueda calificarse de “secreta” por el hecho de no haberse difundido en su momento como parte de su agenda de trabajo. El ministro ha insistido en que la reunión fue “privada”, pero “transparente” y “con luz y taquígrafos”. Del mismo modo, ha negado que fuera “particular” ya que le atendió como parte de sus obligaciones ministeriales. “Hubiera sido irresponsable lo contrario”.
Peticiones de dimisión por la “milonga” del ministro
Los portavoces de la mayor parte de grupos parlamentarios han calificado de “milonga” las explicaciones del ministro y no se han creído sus palabras. La respuesta del titular de Interior a los socialistas, cuyo portavoz Antonio Trevín ha vuelto a exigir su dimisión, ha consistido en equiparar sus actuaciones “al código penal de Corea del Norte”.
La portavoz de UPyD, Rosa Díez, le ha acusado de saltarse la separación de poderes y ha asegurado que las explicaciones han sido “aún peores” ya que supone que el “Estado de derecho” tiene el “límite de a quién conoces de los que mandan”. “¿Cuando a alguien le quitan la escolta o cree que se la van a quitar, llama al ministro? ¿Ese es el procedimiento? ¿Si conoces a alguien de los que manda, la evaluación profesional pasa a segundo término porque te reúnes con el jefe?”.
Por ese motivo, ha anunciado su intención de pedir un careo al juez Fernando Andreu de la Audiencia Nacional entre el ministro y Rato. Díez ha justificado la petición en “las versiones contradictorias” ofrecidas por ambos y ha recordado que su partido ya pidió un careo similar entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el propio Rato. El titular de Interior ha respondido al anuncio con la afirmación de que está “a disposición de la justicia”.
Por parte de La Izquierda Plural, Ricardo Sixto también ha pedido la dimisión y ha tildado la intervención de “bochornosa y patética”. “Incluso creyéndonos la milonga que ha venido a contarnos, solo eso ya justificaría su dimisión como ministro”, ha asegurado el diputado, quien ha señalado: “Si toda la preocupación por la seguridad de Rato son los tuits... es lamentable. ¡Los hay a cientos y de todos!”.
Sixto ha señalado que el ministro del Interior “conoce todas las actuaciones policiales” que se producen y ha recordado que Interior informó de una operación policial contra ETA media hora antes de que se produjera. “Rato dijo que habló 'de todo lo suyo”, ha recordado Sixto: “¿Quién miente aquí? ¿Se va a querellar con Rato?”, le ha preguntado.
El grupo de CiU también se ha mostrado contrariado por las explicaciones. El representante de Convergència, Feliu-Joan Guillaumes, ha asegurado que desde que se desveló la reunión “hemos tenido la sensación de que se nos trataba de tontos”; tras la comparecencia, ha asegurado, “ya no nos toma por tontos, sino por idiotas”. En opinión de Guillaumes, “nadie puede creerse” que en la hora que duró la reunión Fernández y Rato hablaran solo de la seguridad del exvicepresidente. Por parte de Unió, Antoni Picó, ha señalado los “errores de manual” cometidos por el ministerio del Interior y la “falta de transparencia” con la que se ha resuelto el encuentro: “Usted debería haber explicado la reunión desde el primer momento, no tras la publicación de la noticia”, ha explicado.
Igual que han hecho los socialistas, desde Amaiur se ha dado por hecho que Rajoy conoció la reunión antes de que se produjera y que lo recibió para trasladarle ánimos como ocurrió en el ya famoso SMS a Luis Bárcenas en el que le pidió que fuera fuerte. Por parte del grupo vasco, Aitor Esteban ha recordado a Fernández Díaz que se es ministro “las 24 horas del día” y que no puede acogerse a la privacidad: “Era una reunión perfectamente evitable y, por tanto, injustificable”.