Juan Carlos Campo será el nuevo ministro de Justicia. Con ese nombre, Pedro Sánchez ya tiene compuesto el que será el primer Consejo de Ministros de coalición en la democracia. Esta designación es la que más quebraderos de cabeza ha supuesto en Moncloa, que comunicó este viernes a Dolores Delgado que no seguiría al frente del departamento esta legislatura.
Juez de profesión, Campo tiene más experiencia política que su antecesora, aunque el Gobierno tendrá un marcado perfil técnico por la parte socialista. No obstante, el magistrado es una de las incorporaciones con experiencia política: ha sido diputado en el Congreso en las últimas legislaturas y fue Secretario de Estado de Justicia en la recta final del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
También fue vocal del Consejo General del Poder Judicial y ha ocupado cargos de responsabilidad en los gobiernos de la Junta de Andalucía como Director General de Relaciones con la Administración de Justicia y Secretario General de Relaciones con el Parlamento, dependiente de la Consejería de Presidencia ya con Susana Díaz al frente del Ejecutivo andaluz. No obstante, no era un 'susanista' de pata negra y la federación andaluza le dejó fuera de las listas electorales por la circunscripción de Cádiz. Sin embargo, Ferraz impuso su nombre en el tercer puesto.
Durante su etapa como portavoz de Justicia del PSOE en el Congreso no ha tenido la mejor sintonía con Unidas Podemos, con quien ahora tendrá que compartir Consejo de Ministros. Una de las reformas que le corresponderá llevar a cabo será la del Código Penal para el consentimiento en las relaciones sexuales. Fuentes gubernamentales aseguran que el ministerio ya tiene preparada esa propuesta a la que Pedro Sánchez se comprometió hace meses. Pablo Iglesias aseguró que esa sería una de las primeras medidas que impulsaría el Ejecutivo del que será Irene Montero la encargada de Igualdad.
Quienes dentro del PSOE defienden la decisión de Sánchez de apartar a Delgado por las críticas a su gestión aplauden que sea Campo el sucesor puesto que entienden que será un perfil más controlable y político. Delgado ha tenido un mandato polémico por las grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo y la actuación de su Ministerio en la causa del 1-O, en la que siguió las directrices de Moncloa. La principal crítica que le hacen en el equipo de Sánchez es la elección de María José Segarra como Fiscal General por lo que su continuidad al frente del ministerio público está descartada.
Campo tiene una lista de tareas pendientes: la principal es la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva un año en funciones tras el escándalo con el que se saldó el anterior intento pactado por PP y PSOE. Está por ver si en esta legislatura se logrará una reforma del sistema de elección de los vocales, que ha sido criticado en varias ocasiones por instituciones como el Consejo de Europa por su politización.
Delgado abandona el ministerio sin haber podido llevar a cabo la recuperación de la justicia universal, que fue el motivo por el que Sánchez la fichó pero la oposición de Exteriores le hizo perder esa batalla que Campo tendrá que recuperar ya que figuraba en el programa electoral del PSOE. Otra de las reformas legislativas pendientes es la del artículo 324 de Ley de Enjuiciamiento Criminal que limita a seis meses la investigación de las causas penales.