Quince días antes de recibir la subvención para su primera película (“El sudor de los ruiseñores”, 1998), a Juan Manuel Cotelo le ficharon como reportero del programa televisivo “Caiga quien caiga”, y ya entonces el periodista y guionista eligió la apuesta más arriesgada.
Quince años después, Cotelo ha vuelto a hacerlo con “Tierra de María”, su tercera película, en la que combina ficción y documental, con dosis de humor, para indagar nada más y nada menos que en la existencia de la Virgen María.
“Hago escalada desde los 12 años, así que no es por mérito ni por virtud adquirida (el correr riesgos). Lo hago por un sentido bestial de la libertad: no me paro a pensar qué va a pasar, qué dirá la crítica, gustará o no. A mí me interesa la historia, y haré todo lo posible por contarla”, asegura en una entrevista con Efe.
En “Tierra de María”, con guión suyo y de Alexis Martínez, el propio Cotelo asume también el papel principal, el de “abogado del diablo”, que recibe el encargo de entrevistar a una serie de personajes “que han puesto a Dios en el centro de su vida”.
“La película resume mi propio proceso personal de vencer el escepticismo”, relata, “e ir entrando poco a poco en un territorio que asusta un poco, que es la realidad espiritual del ser humano”.
El tema religioso, en cualquier caso, no es nuevo para Cotelo, que en 2010 vivió un éxito inesperado con “La última cima”, un documental rodado casi sin presupuesto, basado en la vida del sacerdote madrileño Pablo Domínguez, que falleció un año antes en un accidente de escalada.
Conseguir las primeras cuatro salas para estrenar fue toda una hazaña que tuvo su recompensa.
“Pasó de cuatro a 66 salas en una semana, dobló la media de espectadores de 'Sexo en Nueva York 2' en las dos primeras semanas y ha sido estrenada en 17 países”, resume orgulloso. “¿Quien me iba a decir eso?. Nadie”.
Fue un viaje a Rumanía en 1991 lo que puso la vida de Cotelo patas arriba. Allí conoció al violonchelista que protagonizó su primera película y a otra serie de personas que habían pasado por situaciones de pobreza o delincuencia, los cuales, para su sorpresa, le dieron grandes lecciones.
Más tarde llegó el sacerdote de “La última cima”, a quien conoció después de que el cura lo persiguiera durante tres meses. “Quedé con él para librarme de él”, señala. Pero acabó enganchado y con otra película en marcha.
“En mi vida hubo un cambio muy fuerte, de tener la fe como un adorno en la pared, una casilla en la identidad cultural”, a recomendarla como “una receta que funciona”.
Dice Cotelo que las experiencias más gratificantes con sus películas las ha vivido en la calle. Desde un chico de 31 años que le paró para darle un abrazo y contarle que empezó la catequesis gracias a él y que acababa de bautizarse, a una mujer francesa la cual decidió no abortar después de ver su anterior filme.
“Quién te iba a decir que haces una película y en París nace una niña”, exclama. “Yo me siento pagado”. Sobre el tema del aborto, que Cotelo vuelve a abordar en su nuevo trabajo, subraya que no desea entrar en polémicas y defiende que “el modo en que se trata es respetuoso”.
“Tierra de María” se estrena el 5 de diciembre en once salas de Barcelona, Madrid, Valencia, Pamplona, Murcia, Palma de Mallorca y Toledo y en cinco más de otras tantas ciudades a partir del 13 de diciembre.
La idea es crecer en función las solicitudes que los propios espectadores hagan a través de la web del filme. La oficina de Cotelo busca salas en función de esas listas, aplicando los sondeos de mercado típicos en otros sectores y a los que “el cine no está acostumbrado”.
“Es un termómetro absolutamente fiable”, asegura.
Después de España, la presentarán en América Latina a partir de febrero, en mayo en Estados Unidos y después en el resto de Europa. Ya tienen peticiones de 23 países.