El juez del caso mascarillas, Adolfo Carretero, ha imputado un nuevo delito de falsedad documental a Alberto Luceño en relación con la falsificación de una tarjeta y una placa del CNI que la Policía encontró en su domicilio el pasado mes de septiembre. Carretero adopta esta decisión a raíz de un informe de la Policía Científica que concluye que ambos elementos incautados a Luceño son “íntegramente falsos”.
La identificación del Centro Nacional de Inteligencia que se fabricó el comisionista de las mascarillas Alberto Luceño le identificaba como “asesor de seguridad”, según aparece en un informe de la Policía Científica. Los expertos policiales, a petición del juez del caso, analizaron la tarjeta y la placa incautadas a Luceño en su domicilio y concluyeron que, aunque mantienen similitudes con las que utiliza el personal del Centro, se trata documentos “íntegramente falsos”. El carnet lleva fecha de marzo de 2020, el mes en el que Luceño y Luis Medina se embolsaron 6 millones de euros en comisiones, en el peor momento de la pandemia.
En un auto fechado este lunes, el juez Carretero explica que si bien podría haber deducido testimonio para que otro juzgado investigara el hallazgo de la placa y la tarjeta, considera que el presunto delito de falsedad en documento oficial “guarda conexión analógica con otros documentos obrantes en la causa y con la conducta que que se investiga al señor Luceño”. El magistrado instructor acepta así la tesis expuesta por la Fiscalía Anticorrupción al respecto.
El imputado Alberto Luceño, añade el juez, “parece distorsionar su actividad y profesión para facilitar el presunto engaño realizado al Ayuntamiento de Madrid en el negocio criminalizado que se investiga, –estafa mediante la venta de productos sanitarios en época Covid con precio sobredimensionado y exorbitado con ocultación de comisiones excesivas–, máxime cuando el citado documento, un carnet del CNI, elaborado a la vista con mucha similitud al verdadero, puede ser utilizado para facilitar las relaciones comerciales del investigado con autoridades o empresas en Asia, ya que el señor Luceño se hizo pasar en el Ayuntamiento como un agente exclusivo en Europa de la compañía asiática Leno”.
El informe de la Sección de Documentoscopia de la Policía señala: “A primera vista se constata, que en cuanto al aspecto y formato general: tamaño ID-1, cromatismos, morfología, disposición de los elementos y leyendas escritas, la tarjeta de identificación acriminada, tiene semejanza con las auténticas. Sin embargo, un estudio en detalle detecta una serie de irregularidades que le hacen discrepar de los carnés auténticos”.