El juez Juan Carlos Peinado ha ampliado los hitos de la insólita instrucción que practica al citar como investigada a la esposa del presidente del Gobierno cuando apenas restan cinco días para la celebración de unas elecciones. En el auto de citación, Peinado responsabiliza a la Fiscalía –pese a que esta ha pedido archivar la causa– y a la defensa de la propia Begoña Gómez de que haya tenido adoptar la decisión ahora, cuando aún no ha escuchado a los testigos que él mismo ha citado, y con el argumento de que él debe proteger a Gómez de “una estigmatización infundada”.
La decisión de Juan Carlos Peinado ha revolucionado la campaña electoral. El Partido Popular no tardó en valorar el auto y pedir directamente la dimisión del presidente del Gobierno. Lo hizo su portavoz Borja Sémper. Por la tarde, cuando parecía que una nota del PSOE, la valoración desde la mesa del Consejo de Ministros y los comentarios no oficiales desde Moncloa iban a constituir la reacción del partido y del Gobierno, el jefe del Ejecutivo sorprendió con “una nueva carta a la ciudadanía”. En ella, Sánchez anuncia que él y su pareja están “absolutamente tranquilos” tras la citación. “No hay nada detrás de esta acusación, solo un zafio montaje impulsado por las asociaciones ultraderechistas demandantes”, añade el presidente en su escrito, el segundo que remite en las últimas semanas al país a través de las redes sociales.
El juez Peinado abrió la investigación el 16 de abril y a día de hoy tiene contra la esposa de Sánchez indicios aún más débiles que entonces. En aquel momento disponía de una denuncia del pseudosindicato ultra Manos Limpias que casi se limitaba a reproducir siete informaciones de medios de comunicación, en los que se planteaba que Begoña Gómez habría beneficiado a la empresa de un amigo e intercedido en el rescate de una compañía aérea, así como el bulo de que había recibido una subvención que en realidad correspondía a una empresaria cántabra que tiene el mismo nombre y primer apellido. Ahora, Peinado dispone de los ocho mismos recortes de prensa y además de un informe de la Guardia Civil de 162 páginas en los que se concluye que los hechos descritos en esas informaciones no revisten indicios de delito.
Llamado a copar los grandes titulares de los medios de comunicación, el Partido Popular reaccionó al auto del juez solicitando la dimisión del presidente del Gobierno. El líder de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, aseguró: “No hay precedentes de que negocios del entorno de La Moncloa sean investigados por la justicia. Jamás ha ocurrido algo así en 46 años de democracia. Ella [Gómez] tendrá que dar las respuestas oportunas ante el juez. Pero él tiene que dar explicaciones, tomar decisiones y asumir las responsabilidades”, dijo Feijóo. Fue el portavoz del partido, Borja Sémper, el encargado aludir poco después a las “dimisiones” que, dijo, pidió Pedro Sánchez en el pasado a los ‘populares’.
Sánchez respondió a la petición de dimisión en el último párrafo de su carta: “Quedan unos días de ruido antes de las elecciones y unos pocos más antes del verano. Pero también quedan más de tres años de Gobierno, de progreso y de avances”. De todo ese “ruido” en “tabloides digitales nacidos para propagar bulos” y también en tertulias de televisión y radio, Sánchez responsabiliza a Feijóo y al líder de Vox, Santiago Abascal. “Ojalá sus promotores encuentren la respuesta que merecen en las urnas: condena y rechazo a sus malas artes”, añadió.
Moncloa había recibido horas antes de la carta la decisión del juez como una declaración definitiva de hostilidades. “El momento, la forma y el fondo lo dicen todo. A pocos días de unas elecciones, por la prensa y sin ningún tipo de indicios. Parece claro que se busca interferir en la campaña”, concluye una de las personas del Gobierno más cercanas a Pedro Sánchez.
Otro ministro del núcleo duro del presidente esquiva pronunciarse sobre las posibles motivaciones que llevan al juez a instruir de un modo tan inusual la investigación sobre Begoña Gómez, aunque también mantiene la tesis de que ofensiva a la pareja de Pedro Sánchez es de cariz más político que judicial. “Es que la decisión del juez carece de toda lógica procesal”, argumenta ese ministro, que prosigue: “La podía haber llamado a declarar en cuanto admitió a trámite la denuncia. Pero decide que no por si la prueba documental o la declaración de los testigos añaden algún detalle que sirva para atribuirle la comisión de algún delito. Lo que ocurre es que el informe de la Guardia Civil descarta delito alguno y que los testigos aún no han declarado. Y aún así decide anunciar su citación a un mes vista, sin indicios de nada y a cuatro días de unas elecciones”.
En público, el Gobierno ha preferido mantenerse algo más comedido en sus críticas al juez, que aún así deslizó la portavoz del Ejecutivo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “La recibimos con extrañeza y tranquilidad”, dijo Pilar Alegría tras ser preguntada por la citación de Begoña Gómez. “Extrañeza por haber conocido la noticia precisamente esta semana y a través de los medios de comunicación, y tranquilidad porque no hay nada, tal y como dijo el informe de la Guardia Civil”, valoró Alegría.
La decisión del juez fue comunicada por el propio Peinado al Gabinete de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, como ya hizo con otras decisiones de la causa cuando aún estaba bajo secreto. Con este ya levantado, la nota de este martes apenas recogía dos líneas con la fecha de la citación para Begoña Gómez. En las horas sucesivas fue conociéndose el contenido del auto, después de que las partes personadas hubieran accedido a él.
La ministra portavoz prefirió poner el foco en el PP y en Vox y en la ofensiva política que tanto los de Feijóo como los de Abascal llevan a cabo con la pareja del presidente, en plena recta final de campaña de las europeas. “Fango y más fango, esta es la vergonzosa oposición que tenemos”, señaló Alegría.
Desde Ferraz, en cambio, se andan con menos mesura a la hora de señalar directamente al juez. “El PSOE quiere mostrar su indignación ante la filtración de llamar a declarar a Begoña Gómez con un mes de antelación, antes de escuchar otras declaraciones, a pesar del informe de la UCO y a cinco días de unas elecciones. Esta filtración pretende claramente influir en el transcurso normal que se desea para todo proceso electoral”, denunció el partido este martes en una nota pública difundida a los medios de comunicación.
En esa misma nota y en su crítica a la actuación del juez, los socialistas llegan a rememorar el llamamiento que hizo en su día Aznar para hacer caer a Pedro Sánchez. “Contra la doctrina Aznar de ‘el que pueda hacer que haga’, la respuesta del PSOE es: el que pueda votar, que vote, y lo haga para parar a la ultraderecha de Feijóo y Abascal. Para derrotar a la máquina del fango de la derecha y la ultraderecha”.
En el capítulo de decisiones y afirmaciones insólitas del juez hay un hueco en su último auto para atribuir a un tercero actuaciones poco frecuentes. Ocurre cuando se refiere a la petición de aplazamiento de la declaración de un testigo clave el próximo jueves porque le coincide con un relevante juicio en la Audiencia Nacional. El juez dice que el letrado Antonio Camacho evita “una práctica habitual en letrados”, que es designar a un sustituto si él no puede acudir a una declaración.
Así que el juez acepta aplazar las declaraciones pero de una forma absolutamente infrecuente: el 16 de junio, domingo, porque él está de guardia. Los testigos y los abogados personados deberan aguardar en el pasillo del juzgado durante el día festivo a que el juez saque un hueco entre las tomas de declaraciones de detenidos el fin de semana.