La jueza María Pilar Llop Cuenca, especialista en violencia de género y senadora del PSOE por designación autonómica de la Asamblea de Madrid, será la nueva presidenta del Senado, según ha adelantado El País y ha podido confirmar eldiario.es.
Pedro Sánchez trasladará esta propuesta a la Ejecutiva Federal del PSOE que se celebra este lunes y que decidirá los nombres de los candidatos que propondrá para ocupar las Mesas del Congreso y el Senado, y las direcciones de los grupos parlamentarios de ambas cámaras.
Llop, que ha sido delegada del Gobierno para la Violencia de Género y diputada en la Asamblea de Madrid, sustituirá a Manuel Cruz como presidenta de la Cámara Alta, aunque fuentes socialistas apuntan que Cruz tendrá “otras importantes responsabilidades”.
Tras confirmarse este sábado que Meritxell Batet repetirá como presidenta del Congreso, serán dos las mujeres al frente de las dos cámaras. La elección de ambas se votará este martes, día en que se constituirán Las Cortes. Los socialistas cuentan con 92 de los 208 senadores tras las elecciones del 10N, en las que perdieron 29 asientos en comparación a los comicios del mes de abril.
En mayo, los diputados independentistas en el Parlament tumbaron los planes de Pedro Sánchez de colocar a Miquel Iceta como prsidente del Senado, un puesto que finalmente cayó en manos de Cruz. El expresidente de Federalistes d'Esquerres y exdiputado del PSC era, por aquel entonces, un sustituto prácticamente desconocido.
Batet repetirá en el Congreso
Batet repetirá en el CongresoComo adelantó eldiario.es este sábado, Batet seguirá como presidenta del Congreso, un puesto que ocupó apenas medio año desde la composición de las Cortes Generales tras las elecciones del mes de abril. Batet fue elegida en una segunda votación gracias a un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos.
Una de las principales incógnitas de la Cámara Baja, que se conformará este martes, es la composición de la Mesa, donde los socialistas tendrán tres de los nueves asientos (una vicepresidencia y una secretaría aparte de la presidencia) y Unidas Podemos, dos.
La gran incógnita es la entrada (o no) de Vox en el órgano de gobierno del Congreso. PSOE y Unidas Podemos quieren evitar que la extrema derecha –que es tercera fuerza y tiene 52 diputados– obtenga representación en la Mesa, pero para ello necesitan que el PP no ceda sus votos a Vox.
Pero el PP no está por la labor de vetar a la formación de Santiago Abascal: Pablo Casado ha asegurado que no participará en un “cordón sanitario” a Vox y Teodoro García Egea, secretario general del partido, lo ha trasladado en público y en privado a la portavoz socialista, Adriana Lastra.
Los socialistas se plantean ahora ofrecer un puesto en la Mesa a Ciudadanos, que con sus 10 diputados no tendría la posibilidad de tener esta representación. La propuesta supone que el PP se quedara con tres miembros y el grupo de Inés Arrimadas con uno, dejando fuera a Vox. Fuentes socialistas explican que Ciudadanos ha rechazado esta opción.