La jueza rechaza el recurso de los agentes de seguridad acusados de la muerte de Eleazar y se reafirma en que haya juicio

Eleazar García, un joven con discapacidad cerebral grave, murió el 8 de septiembre de 2019, minutos después de ser detenido y golpeado. Ocho vigilantes de seguridad y cinco policías locales han sido investigados y ahora serán juzgados. La jueza ha rechazado su último intento por cerrar el caso. “Aún hay muchos claroscuros en todo esto”, considera Diego García, tío de Eleazar. “Policía, guardias jurados, Fiscalía…Hay una orquestación contra nosotros. Después de matar, presuntamente, a mi sobrino, han querido abusar de que somos gitanos”, recalca.

En su último auto, y ante el recurso de los guardias jurados, la jueza se reafirma. Deben tenerse en cuentas todos los hechos que llevaron a la muerte de Eleazar García, no solo los actos de los policías locales, como demandan los vigilantes. Habrá juicio. Mientras tanto, la familia García, indignada con la postura de la Fiscalía que pidió archivar el caso, ya no espera disculpas ni respuesta de las autoridades cuyas actitudes, a su entender, “han sido racistas”. “Quieren pasar por encima de nosotros” afirma Diego García. “Lo único que esperamos es que haya un juicio y que se diriman responsabilidades”. Ya han pasado más de quinientos días.

Los testigos

Belén García Iglesias, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Gijón, ha desestimado el recurso de reforma presentado por los ocho vigilantes de seguridad de la empresa Prosegur, acusados de la muerte de Eleazar García, a las puertas del estadio de El Molinón de Gijón. Aun cabe recurso de apelación en el plazo de cinco días hábiles desde la su notificación.

Eleazar salió solo del recinto, desorientado, y trató de volver dentro con su padre. “Intentó colarse por la barra del torno”, explicaba uno de los vigilantes ante la jueza en unas imágenes recogidas por TVE. “Nos pusimos en medio para darle el alto”. Los guardias jurados no le dejaron acceder al recinto ya que no tenía entrada; en el juzgado aseguraron que habría podido estar borracho, drogado, ser un ultra de un equipo de fútbol o incluso un terrorista. 

“Había varias personas rodeándole”, añadía un testigo que presenció la escena. “Eran diez personas y otras cinco o seis que venían corriendo. Vi que le daban patadas a la altura de los tobillos para separarle las piernas”, añadía un testigo de la paliza. 

“A su juicio se podía ver que (Eleazar) tenía alguna minusvalía física o psíquica. ¿Se reafirma usted en esto?” preguntaba la jueza a otra testigo. “Sí, ese chico no está borracho, le dije a mi marido, está enfermo o tiene un retraso”. En base a estos testimonios la magistrada ha ido descartando las diferentes teorías de los vigilantes y reafirmándose en cada auto que ha ido publicando el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. 

El último auto

En el último auto, publicado esta semana, la jueza destaca la condición del fallecido, con una discapacidad diagnosticada del 75%, con parálisis cerebral grave, y la falta de un protocolo de actuación acorde a una situación como esta.

También recoge que Eleazar, al intentar acceder de nuevo al recinto, fue inmovilizado por los vigilantes e introducido posteriormente en un coche policial para ser trasladado a un centro de salud donde, finalmente, falleció una hora y 20 minutos después de un ataque epiléptico y fallo cardíaco agudo. 

“A día de hoy no se sabe quién dio la orden de detener a mi sobrino”, señala el portavoz familiar. “La Policía dice que no mandó orden de arresto. Fue una detención ilegal, donde no le leyeron sus derechos”, añade García. 

Sobre esta detención, la jueza también considera que, pese a que en el recurso los vigilantes la atribuyen a la Policía Local que intervino en el acto, “la presunta ilegalidad de esa detención no resulta indiferente para los ahora recurrentes, ya que pudiera incidir en los posibles delitos que sí se les atribuyen”, reza el auto. Fue una muerte natural, así lo recoge el informe forense. Sin embargo, pudo ocurrir por una mezcla de factores provenientes de una situación de estrés y desembocar en un ataque epiléptico y fallo cardíaco agudo.

El proceso judicial continúa y dependiendo de los delitos lo hará en la audiencia o en el juzgado de lo penal. A los vigilantes: homicidio imprudente, o un delito leve de lesiones y un delito contra la integridad moral. A los policías locales: detención ilegal y a título de comisión por omisión, por posible delito de homicidio imprudente, o un delito leve de lesiones y torturas.

Ya se cansarán estos gitanos de hacer ruido”

Así describe Diego García la actitud adoptada por las instituciones: silencio o de tratar de silenciar lo ocurrido. “Se equivocan. No nos cansamos. Tenemos mucha gente detrás que nos apoya. Se están juzgando unos hechos y desmontando unas mentiras”, sentencia el tío del fallecido. El Ayuntamiento de Gijón es propietario del estadio de fútbol de El Molinón y responsable de la Policía Local. ¿Qué tiene que decir al respecto?

“El caso de Eleazar ya está en manos de la justicia, así que no procede ya hacer declaraciones al respecto por respeto al proceso”, explican fuentes del Ayuntamiento que no se ha vuelto a pronunciar desde el 8 septiembre de 2019. ElDiario.es ha tenido acceso al atestado redactado por la Policía Local de Gijón de lo acontecido aquel día.

“Requeridos por uno de los vigilantes de seguridad, en el lugar de los hechos (los agentes de la Policía Local) observan a un hombre de gran envergadura física, retenido por varios vigilantes tras haber agredido a uno de ellos, totalmente fuera de sí, y en un estado de nerviosismo y agresividad total”, así se cita en el atestado. 

Eleazar fue detenido por atentado a un agente de la autoridad. A una vigilante en este caso, que dio el parte de lesiones, como asegura la familia García, “después de enterarse de la muerte de Eleazar”. “Para cubrirse las espaldas”, señala Diego García. “Los médicos dicen que no hay lesiones”. 

Eleazar sigue con un “gran estado de agresividad”, como detalla el atestado, cuando la policía lo traslada al centro de salud más cercano. “Estaba fuera de sí”, continúa el informe, por lo que vuelven a reducirlo e inmovilizarlo contra el suelo. Entonces Eleazar, “se desvaneció, siendo necesaria la intervención de la UVI móvil realizando la maniobra de reanimación durante 35 minutos. Finalmente se certifica su muerte, pero no sus causas”. Así concluye el atestado de los policías locales que siguen desempeñando su actividad con normalidad, como ha comunicado el ayuntamiento de Gijón. 

“Que ha sido una muerte tonta y que lo lamentan, eso nos dijeron”. Así relata Diego García la respuesta de la Policía Local cuando la familia acudió a la comisaría. “En su día (los policías) quisieron recurrir a la audiencia para que no se investigara”. Y concluye el portavoz familiar, “han sido una serie de atropellos y aún quieren seguir”.