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El jefe de la brigada política en tiempos del Partido Popular, el comisario Eugenio Pino, ha declarado ante el tribunal que nunca vio el contenido del pendrive presuntamente sustraído a Jordi Pujol Ferrusola y cuyo intento de introducción por la Policía en la causa contra el hijo del expresident está siendo juzgado desde este martes en la Audiencia Provincial de Madrid. Pino se ratifica así en su declaración ante el instructor de la causa donde ya rectificaba por completo una primera versión que había dado al juez José de la Mata por escrito.
Se trata del primer juicio por las maniobras de la brigada política que actuó en la cúpula de la Policía durante la primera legislatura de Mariano Rajoy. En esta ocasión, la trama fue descubierta y abortada por el propio juez del caso Pujol, José de la Mata, quien aisló la documentación contaminada del resto de la instrucción y denunció los hechos al juzgado competente. De este modo quedó abortada la estratagema del pendrive, un compendio del ‘modus operandi’ en la guerra sucia sin muertos que albergó la cúpula de la Policía Nacional contra el proceso soberanista en Catalunya, primero, y para impedir la llegada de Podemos al Gobierno, después.
Pino era el director adjunto operativo de la Policía, el comisario que había elegido el PP para encabezar el Cuerpo tras su llegada al poder. Con la información de ese pendrive — “toda la vida informática” de Pujol Ferrusola entre 1996 y 2002, según el abogado de éste–, la UDEF intentó ampliar el caso en abril de 2016 y solicitar al juez entradas y registros. Los policías contaron al magistrado que la información había aparecido en el registro de la agencia de detectives Método 3 y luego que procedía de bases de datos de “inteligencia policial”. Esto hizo sospechar a De la Mata, que abrió una investigación.
Pino dijo en un primer momento que el pendrive se lo había entregado Marcelino Martín Blas, el entonces jefe de Asuntos Internos, y que él le dijo que se lo hiciera llegar a la UDEF, a la Comisaría General de Información y al CNI porque había información que afectaba a esos tres organismos. Eso fue por escrito. También puso por escrito que había visto parte de su contenido y que sabía que la información procedía de dos detectives extrabajadores de Método 3.
Después, ante el magistrado, se desdijo y aseguró, como ha repetido hoy ante el tribunal, que nunca pudo abrir el pendrive porque no tuvo “tiempo” y que nadie le dijo que los detectives fueran el origen de la documentación. “Marcelino me dijo que eran éstos. Él es de Castilla-La Mancha, yo también, y allí es muy habitual hablar así”, ha dicho Pino al tribunal. Durante la instrucción, Martín-Blas ha negado esta versión. “Yo ese pendrive no lo mandé”, ha dicho Pino. Y para acentuar el estrés y la falta de tiempo ha añadido: “Me dio una especie de ictus y estuve ingresado tres días”. Tampoco se ponen de acuerdo en las fechas. Pino dice haber recibido el pendrive en 2013 e inmediatamente después, y sin verlo, enviarlo a la UDEF. El registro de la copia que se hace en la Unidad anticorrupción, sin embargo, es de 2015.
Cuando De la Mata empezó a indagar, de repente, apareció el pendrive original, ya que los policías habían entregado al juez una copia. El inspector jefe que supuestamente lo encontró en ese momento en un cajón, José Manuel Álvarez Luna, de la UDEF, también ha declarado ante el tribunal. “Yo guardé el pendrive en un cajón, pero estaba haciendo una recopilación y revisión de las cosas que tenía ahí y lo encontré. Y al encontrarlo y estar en la causa, porque al juzgado se le había dado una copia, se lo entregué a mi jefe de brigada que automáticamente lo llevó al juzgado porque estaba en unas diligencias”, ha narrado el inspector jefe.
También ha desmentido la versión de Pino de que fue el jefe de Asuntos Internos quien llevó el pendrive a la UDEF. Luna ha dicho que se lo entregó el entonces jefe de esta Unidad Anticorrupción, a la que él pertenece, el comisario ya jubilado Manuel Vázquez. El exjefe de la UDEF ha ratificado en instrucción esta versión que contradice a la de los acusados. Estaba previsto que declarara hoy desde Galicia, donde pasa su jubilación, pero problemas técnicos han retrasado su comparecencia por videoconferencia hasta el día 11. El inspector jefe Luna tampoco ha querido desplazarse al tribunal y ha declarado desde el complejo policial de Canillas, a pocos kilómetros de la sede de la Audiencia Provincial.
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