- En este capítulo del libro, publicado por Stella Maris, los autores se centran en la subida al poder de Artur Mas
Artur Mas i Gavarró nació a las cinco de la madrugada del 31 de enero de 1956. Por parte materna, sus abuelos se dedicaban al textil en Sabadell. Por parte paterna, los ancestros de Mas eran unos industriales con fábrica en el industrial barrio barcelonés de Poble Nou, pero con domicilio en el la zona bien de Sant Gervasi, aunque sus ancestros fueran pescadores del Maresme. El padre del president fue Artur Mas Barnet, que heredó la fábrica de Jeroni Mas. La empresa familiar era Magomo, acrónimo de los tres socios: Mas, Goberna y Mosso.
La compañía fue constituida en 1924 y cuatro años después trasladaba su factoría a la calle Pamplona de Barcelona. Magomo, SL se dedicó a la construcción de ascensores y elevadores. La mejor época fue tras la Guerra Civil, cuando se empezaron a construir edificios con ascensores y Magomo se encargó del suministro de numerosos aparatos a los mastodónticos hospitales construidos por la Seguridad Social de la dictadura franquista.
Magomo iba muy bien y era reconocida por las autoridades. Así, en 1972, y hasta su disolución con la democracia, Artur Mas Barnet fue el presidente del Sindicato Vertical, el entramado falangista donde se aunaban empresarios y trabajadores. El cargo “político” del progenitor en los asuntos del sector incluso provocó que un grupo de trabajadores de Magomo ocupara la fábrica durante tres meses en 1978 en protesta por unas reivindicaciones laborales.
El grupo empresarial, muy boyante en los sesenta y setenta empezó a languidecer y en 1979 presentó suspensión de pagos (actualmente concurso de acreedores). En 1999, junto a otras compañías, Magomo creó el Grupo Diplomat, donde un joven licenciado Artur Mas Gavarró, el hijo del amo, trabajó en el área de exportaciones, la que más le gustaba al joven Artur.
Mas se crió en una familia con posibles. Quizás no muy acaudalada, pero sí sin estrecheces económicas durante su infancia y juventud. Con tres hermanos menores (un chico y dos chicas), los Mas Gavarró acuden primero al Liceo Francés, pero después siguen a Pere Ribera cuando este pedagogo se escinde y crea su propia escuela, Aula, donde Artur Mas cursó sus estudios desde los once años hasta su entrada en la universidad. Ribera obtuvo la ayuda económica de unas cuantas familias de Barcelona para su empresa, como los Mas, los Lara (editorial Planeta), Figueras (inmobiliaria Habitat) o el doctor Puigverd. Aula se caracteriza por la educación en la autoexigencia, con vocación de servicio a la comunidad, honestidad y amor al trabajo. Los alumnos reciben una buena dosis de laicidad y valores cívicos, similares a la escuela republicana francesa, de la que bebe claramente.
Ya en la Universitat de Barcelona, Mas empezó económicas en 1974 y un curso después, como muchos estudiantes de económicas de la época, se matriculó en derecho, aunque esta segunda licenciatura no la terminaría. En una universidad que era el centro de las protestas contra el régimen autoritario de Franco el joven Artur Mas se esfuerza en estudiar y solo estudiar. Él mismo reconoce que aunque formaba parte de las manifestaciones estudiantiles, pronto se iba a su casa a estudiar, lo que parece que su participación en las protestas era más por agrupamiento que no por convencimiento.
En su casa no se hablaba de política y Mas era bueno en matemáticas. Algunos compañeros de la Universitat de Barcelona recuerdan un estudiante frío e inexpresivo. Buen jugador de fútbol, compaginaba los estudios y la práctica del deporte y más tarde con sus primeros pinitos en el mundo laboral, como en la empresa paterna.
Artur Mas padre era amigo del primer consejero de Comercio de Jordi Pujol, Francesc Sanuy. Como a su hijo le interesaba el comercio exterior, en febrero de 1982 tuvo su primera experiencia en la administración con un contrato de cinco meses. Aprovechó la conclusión del contrato para casarse con Helena Rakósnik y marchar de viaje de novios. De vuelta a Barcelona se reincorporó a la Generalitat y su carrera fue fulgurante, pues en 1984 ya era jefe del servicio de Ferias y llevaba el peso de la dirección general de promoción comercial cuando el director general era Francesc Granell. Tras la dimisión de Sanuy y la sustitución por Narcís Oliveras el joven Mas ocupó el cargo de Granell.
En aquella época, 1984, Artur Mas no era militante de Convergència y no se daría de alta formalmente hasta 1991, apadrinado por los históricos delfines pujolistas Josep Maria Cullell y Miquel Roca, cuatro años después de ser elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona, cargo que compaginó con la gerencia de Vilassar Internacional (una empresa de la familia Prenafeta y donde coincidió con otro joven, Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito de los Pujol-Ferrusola). Mas no tenía, entonces, “vocación política”. Él mismo nunca se imaginaba en política.
A diferencia de Jordi Pujol, que a una edad muy temprana ya decidió salvar a Cataluña, Artur Mas era más un gestor con alguna veleidad política por su trabajo que no por su poso ideológico. Él se considera liberal y socialdemócrata a la vez, lo que deja claro que no es muy consistente en teoría política. Es el equivalente al hincha de fútbol que anima por igual al Real Madrid y al FC Barcelona.
Pero la entrada de Mas en el Ayuntamiento de Barcelona como concejal de la oposición, en 1987, le granjeó la simpatía dentro de Convergència y desde allí fue cuando fue subiendo peldaño a peldaño. Repitió candidatura en 1991, pero ya de número tres, solo por detrás del candidato Josep Maria Cullel y de Josep Caminal, dos pesos pesados de CDC.
Durante aquella legislatura Mas ya fue el portavoz del grupo municipal y llevaba toda la maquinaria de Convergència i Unió en el Ayuntamiento de la capital catalana, pues Cullell abandonó pronto todas sus responsabilidades. De aquella época también data su paso por la Diputación provincial, el consejo de administración de Caixa Catalunya y de La Seda de Barcelona, dónde coincidió con algunos personajes como Rafael Español y Jordi Vilajoana.
Vilajoana es el amigo de Mas en CDC, según cuentan todos los colaboradores. Militante de la agrupación de Sarrià-Sant Gervasi, como Mas, Prenafeta o la familia Pujol-Ferrusola, Vilajoana es uno de los hombres con mayor ascendencia sobre Mas. Publicista, ha sido director general de la radiotelevisión pública catalana, consejero de Cultura, senador y secretario general de Presidencia con Mas como presidente. Los principales colaboradores señalan a Vilajoana como “el amigo” de Mas en Convergència. Se da la circunstancia que ambos, Mas y Vilajoana trabaron esta amistad cuando unieron sus fuerzas para “purgar” a los seguidores de Miquel Roca en la federación de Barcelona de Convergència. Posteriormente, cuando coincidieron en el consejo de administración de La Seda todavía estrecharon más la relación y era frecuente que salieran a navegar junto con las parejas respectivas y otros amigos como Rafael Español y Jordi Pujol Ferrusola, tal y como se explica Montse Novell en el libro Artur Mas, biografia d’un delfí, (Llibres de l’Índex, 2002).
El propio Mas siempre ha reconocido que dentro de CDC solamente tiene un amigo: Vilajoana. El resto, son colaboradores, algunos de ellos muy estrechos. Si Mas fue aupado hacia altas cotas se debió a la decisión de un joven grupo de liberales e independentistas que desde 1992 se reunían para ser los guardianes de las esencias de Convergència y prever el futuro sin Pujol. Pere Esteve fue el dirigente que los protegió y mimó y el mismo Esteve fue la persona que señaló a Mas como el futuro líder de Convergència y eventual sucesor de Pujol después del fracaso de su primera opción, Joan Maria Pujals, quien descarriló ante su propia inoperancia.
Así, Esteve acunó a Jordi Pujol Ferrusola, David Madí, Quim Forn, Oriol Pujol Ferrusola, Quico Homs y Marc Puig. No obstante, el primogénito de Jordi Pujol pronto se descolgó. A Jordi Pujol júnior le interesaba más hacer dinero y como había ganado su pulso político a Roca Junyent se dedicó a la nueva profesión de intermediario, broker, que en aquella época era una de las que más triunfaba en los ambientes profesionales. Y Jordi Pujol Ferrusola dejó la política activa a su hermano Oriol y se dedicó a intermediar entre él mismo y las administraciones controladas por Convergència. Al primer grupo de soberanistas y liberales se unieron poco más tarde Lluís Corominas, Felip Puig y Germà Gordó.
Todos tenían características comunes: eran y son independentistas, liberales a ultranza y estaban dispuestos a participar en el dibujo de la Cataluña post Pujol y defender Convergència como en ser vivo tras la potente figura de su fundador. La concepción del nacionalismo por parte de este grupo es esencialista, inspirada en el misticismo católico de Raimon Galí (también uno de los inspiradores intelectuales de Jordi Pujol). Aunque son partidarios de pactar con Esquerra, su pragmatismo les llevó a justificar el pacto de CiU con el PP entre 1999 y 2003 y entre 2010 y 2012.
Aunque su primera apuesta fue Pujals, un filólogo y alcalde de Vila-seca (Tarragona) aupado a la Consejería de Cultura, éste nunca se entendió con el todopoderoso Pujol y tras su fracaso en la nueva ley de política lingüística, Pere Esteve fue quien señaló a Mas, a quien ya seguía desde hacía tiempo. Se da la circunstancia de que ni Madí ni Homs conocían a Mas cuando Esteve les conmina a aupar al joven concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Después, Madí y Homs han sido sus principales colaboradores. Aunque Madí no tiene cargos ni en la Generalitat ni en CDC, sigue siendo una opinión muy escuchada por Mas. Homs, por su parte, ha estado siempre bajo el influjo de Mas hasta que en las elecciones de diciembre de 2015 ha liderado la candidatura de Democràcia i Llibertat (CDC) al Congreso de los Diputados.
Homs ha cosechado el peor resultado de los nacionalistas catalanes. Algunas voces críticas con el “procés” culpan a Homs de muchos de los males de Mas. Desde sus negociaciones durante el trámite estatutario hasta la decisión de convocar elecciones en 2012 en aras de conseguir la mayoría absoluta. Algunas de estas voces han celebrado la salida hacia Madrid de Quico Homs, pues dejará de opinar muy cerca de Mas.
Artur Mas siempre ha tenido el apoyo explícito o implícito de la familia Pujol-Ferrusola: su amistad con el hijo mayor; Oriol ha sido uno de sus colaboradores y Marta Ferrusola lo ha protegido como si fuera su octavo hijo. No obstante, la mayor protección de Mas ha sido la de su familia, sobre todo su esposa, Helena Rakósnik.
Se conocieron en la boda de un amigo de Mas cuando él estaba terminado las milicias universitarias. Aunque había tenido alguna que otra novia (como una hermana de la ex ministra Julia García-Valdecasas), en aquel ágape se produjo el flechazo. A los dos años ya estaban casados. Helena es extrovertida, a diferencia de Artur Mas, muy tímido. Ella, de ascendencia checa por parte paterna y de tierras sorianas por parte materna, estudió en el colegio religioso Betània de Barcelona y el bachillerato en los institutos Montserrat y Juan Boscán. Estudió Magisterio en Sant Cugat y entró a trabajar como maestra de catalán (a pesar de ser de familia castellanohablante) en la escuela de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), los autobuses urbanos de Barcelona, hasta su cierre, cuando se incorporó a tareas dependientes de la presidencia de la institución, lo que le permite atender a los compromisos institucionales de su marido.