La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) pidió hoy a sus 47 Estados miembros acabar con “toda financiación extranjera del islam cuando se utiliza para una expansión política nacional hacia otros Estados con el pretexto” de esa religión.
La resolución de su informe “Regular la financiación extranjera del islám en Europa para prevenir la radicalización y la islamofobia” salió adelante por 115 votos a favor, 10 en contra y 4 abstenciones.
El texto pide “rechazar todas las tentativas de interferencia sobre su territorio por parte de organizaciones extranjeras que busquen poner en marcha una sociedad paralela”, y en especial impedir el adoctrinamiento de la juventud.
Así, se solicita transparencia en los informes anuales de cuentas para identificar el origen de la financiación extranjera y su uso, incluidas las “redes hawala”, un canal informal de transferencia de fondos a través de proveedores utilizado especialmente por inmigrantes en tránsito para evitar ser robados.
Para la cámara europea, regular la financiación del culto musulmán puede tener consecuencias positivas en la organización del islám en Europa.
El informe recomienda evitar caer en una sospecha generalizada de la comunidad musulmana que derive en islamofobia y solicita tratar todos los cultos religiosos con igualdad.
En la misma sesión se aprobó la resolución “Radicalización de inmigrantes y comunidades de diásporas en Europa”, que pide promover el diálogo interreligioso y programas de educación y formación integradores para prevenir el extremismo violento.
La resolución propone un sistema de mentores para prisioneros con riesgo de radicalizarse en la cárcel y garantizar la colaboración entre quienes pueden combatir el discurso de odio y la radicalización en internet.
El diputado del PDeCAT, Jordi Xuclà, destacó, en nombre del Grupo Liberal, la radicalización de jóvenes de segunda generación, que “conocen el idioma, están aparentemente integrados, pero sufren una crisis de identidad que acelera en poco tiempo su radicalización”.
Xuclà puso como ejemplo la célula terrorista que preparó los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils (Tarragona) en agosto del año pasado.
El texto recordó además que la lucha contra la radicalización “no debe ser asociada únicamente al islám”.