Insultos y una paliza grupal al propietario de un bazar chino en Arrigorriaga: el último delito de odio en Euskadi
Eran las 21.30 del viernes cuando tres individuos atacaron al propietario de un bazar chino en Arrigorriaga (Bizkaia). No se trataba de la primera vez que era increpado en su tienda, pero sí la agresión más brutal, según sostiene su hija. Hasta el momento, los supuestos agresores habían lanzado huevos contra el local y quemado plásticos dentro, una actitud que la familia considera “machacante”. No obstante, el viernes, al entrar a la tienda tres de los jóvenes comenzaron a mover productos de las estanterías y al ser recriminados por el comerciante, que salió tras ellos, uno de los atacantes, ya en la calle, supuestamente le propinó un puñetazo. Una vez en el suelo, siguieron golpeándolo. Tras el ataque, el hombre tuvo que ser trasladado al hospital con lesiones en el brazo, la pierna y la cara.
Desde entonces la Ertzaintza mantiene abierta la investigación por delito de odio para localizar y detener a los autores de la paliza, aunque el principal autor del ataque, un sujeto de 20 años, se entregó en comisaría y pasó el pasado sábado a disposición judicial. Finalmente, este lunes ha quedado en libertad.
Cientos de vecinos han condenado el suceso con una concentración convocada por el Ayuntamiento de Arrigorriaga. “Este tipo de acciones son totalmente inaceptables e intolerables y no tienen cabida ni en Arrigorriaga ni en ningún sitio. El Ayuntamiento reafirma su compromiso con el diálogo, el respeto a los demás y la convivencia y muestra su solidaridad, cercanía y apoyo a la persona agredida y a su familia”, indicó la alcaldesa de la localidad, Maite Ibarra, antes de guardarse cinco minutos de silencio y terminar el acto con un aplauso de los presentes.
Desde SOS Racismo Bizkaia han denunciado que el ataque “constituye una grave vulneración de los derechos humanos y de los valores de convivencia”. “Los hechos racistas que derivaron el agresión no fueron aislados, sino que venían sucediendo de forma continuada a través de provocaciones y agresiones, principalmente psicológicas (tocando los objetos expuestos en el bazar, burlándose de sus dificultades con el castellano, entre otros)”, aseguran desde la organización.
Según critican, este tipo de actos “no son puntuales” ya que muestran que “el racismo y la xenofobia que siguen muy arraigadas en nuestra sociedad”. “Son también consecuencia de la normalización de los discursos racistas, cada vez más violentos desde algunas instituciones y de ciertos partidos políticos”. Asimismo, han exigido que lo ocurrido al comerciante sea investigado “sin duda” en el ámbito de los delitos “de odio racista” y que, en consecuencia, sea juzgado de está manera, “sin ningún tipo de duda”. “Exigimos que las autoridades actúen con contundencia para esclarecer los hechos, garantizar justicia para la víctima y dejar claro que el odio no tiene cabida en nuestra comunidad”, concluyen.
El 64% de los 281 delitos de odio registrados el año pasado en Euskadi fueron de carácter racista o xenófobo, lo que supone un importante aumento, del 23%, respecto de los datos del año anterior, según el Informe de Incidentes de Odio de Euskadi publicado este junio por el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco. Del total de incidentes, 180 tuvieron un carácter racista o xenófobo, 45 estuvieron relacionados con la orientación o identidad sexual; 22 con la orientación política o ideología y 18 con el género. La mayoría de las víctimas eran de origen árabe o latinoamericano.
Los chinos, con menor grado de simpatía en Euskadi
El último Barómetro 2023 de Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración, refleja lo que opinan los vascos sobre el grado de integración de las nacionalidades extranjeras residentes en Euskadi. En este sentido, la sociedad vasca percibe como más integrada a la población europea o latinoamericana y, por el contrario, las personas provenientes de Magreb o Asia son las áreas con menor grado de integración percibido.
Lo mismo ocurre con el grado de simpatía que tienen los vascos hacia las diferentes nacionalidades. “Da la impresión de que los colectivos que gozan de mayor simpatía concuerdan con aquellos que las personas autóctonas perciben como más integrados y/o con mayores capacidades e interés por integrarse. O viceversa”, sostiene el informe, que recoge que los vascos sienten un menor grado de simpatía hacia las personas de origen chino, magrebí y pakistaní, nepalí o bangladesí. “En cuanto al caso de Marruecos, Argelia y Magreb, este colectivo es el que muestra año tras año el menor grado de simpatía. Se trata de orígenes que se perciben como muy alejados culturalmente de nuestra sociedad y con universos simbólicos (lengua, religión, prácticas culturales, etc.) muy dispares y distantes”, apunta el documento.
2