El juez Pablo Llarena se ha dirigido a sus homólogos italianos para recordarles que la detención y entrega de Carles Puigdemont no es la única que tienen pendiente: el magistrado asegura que las órdenes europeas de detención de los exconsellers Toni Comín y Clara Ponsatí también permanecen activas. Llarena deja la puerta abierta, por tanto, a que los dos también sean arrestados en Italia, donde acompañan a Puigdemont, y que los jueces de Sassari decidan sobre su entrega a las autoridades españolas.
Los dos exconsellers se han desplazado en los últimos días a Cerdeña para acompañar a Carles Puigdemont en su comparecencia ante la corte de apelación de Sassari. Los jueces sardos han decidido finalmente dejar en suspenso su proceso de extradición mientras el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tramita la cuestión prejudicial puesta en marcha por el propio Llarena el pasado mes de marzo.
El juez explica en una comunicación a los jueces italianos que, a través de la prensa, ha sabido que los dos eurodiputados están en Cerdeña y recuerda que “la situación de las OEDs relativa a estos encausados es la misma que la comunicada el 30 de septiembre de 2021 respecto de Carles Puigdemont”. Llarena sostiene que sus órdenes de detención son medidas cautelares que no quedan paralizadas o suspendidas por la existencia de esa cuestión prejudicial.
Ninguno de los dos ha sido detenido en las horas que llevan en Cerdeña acompañando al expresident catalán. Ponsatí llegó el sábado a la isla y Comín ayer junto con Puigdemont y fue identificada por la policía en el hotel según explicó ella misma en una entrevista a Vilaweb.
Los dos en Cerdeña
Ponsatí y Comín llegaron este fin de semana a Cerdeña para arropar a Puigdemont en su comparecencia de este lunes. La primera lo hizo haciendo escala en Roma, y el segundo acompañando a Puigdemont en un vuelo directo desde Bélgica. Según fuentes de su entorno, ambos decidieron emprender el viaje después de que el jueves las autoridades italianas advirtieran a las españolas de que por ahora no cursarían las peticiones de extradición contra ellos en caso de que pisaran suelo italiano. Durante su estancia en la isla, han explicado las mismas fuentes, la policía italiana se ha limitado a identificarles, sin hacer ademán de detenerles.
El propio Comín ha afirmado este lunes, en declaraciones a los medios en Sassari antes de conocer la decisión de Llarena, que su viaje en libertad a Cerdeña es “una prueba” de que Italia “no se quiere dejar arrastrar” por el Supremo. Ambos eurodiputados no han aclarado si avisaron a las autoridades italianas de su viaje, pero han mantenido que Italia comunicó a España que no procedería contra ellos, en línea con el auto que dejó en libertad a Puigdemont sin medidas cautelares tras su arresto en L'Alghero el pasado 23 de septiembre.
El expresident fue detenido hace más de una semana cuando se disponía a acudir al Encuentro Internacional Adifolk. Los jueces italianos le dejaron en libertad y no le impusieron ningún tipo de restricción al entender que impedirle acudir al Parlamento Europeo vulneraría sus derechos políticos como miembro de la eurocámara.
La detención del expresident se produjo en base a las órdenes de detención que Llarena puso en marcha en octubre de 2019 después de que sus compañeros de la sala de lo penal dictasen sentencia contra Oriol Junqueras y el resto de líderes independentistas. La orden fue adaptada a la sentencia y la búsqueda y captura de Puigdemont se estableció por un delito de sedición y no de rebelión, por el que también habían sido procesados Ponsatí y Comín en un primer momento.