Luis de la Fuente se desmarca de las maniobras de la Federación para minimizar el escándalo del beso de Rubiales a Jenni Hermoso

El actual entrenador de la selección española de fútbol masculina, Luis de la Fuente, ha comparecido este martes como testigo en el juicio contra Luis Rubiales y su círculo de confianza en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Durante alrededor de 15 minutos, el seleccionador ha respondido a las preguntas de las acusaciones y ha tratado de desvincularse de las maniobras supuestamente urdidas en el seno de la entidad para minimizar el revuelo causado por el beso que Rubiales impuso en boca a la jugadora Jenni Hermoso durante la ceremonia de entrega de medallas del Mundial.
Ha afirmado que no escuchó nada sobre los movimientos del staff para que la futbolista saliera públicamente a restar importancia a los hechos y ha mantenido que no participó en el gabinete de crisis montado en la sede de la entidad en Las Rozas (Madrid) tres días después de los hechos, en contra de lo afirmado por varios testigos. De la Fuente, que aplaudió efusivamente el polémico discurso de Rubiales en el que cargó contra el feminismo y después se retractó, fue renovado en su puesto la semana pasada hasta 2028.
De la Fuente ha comparecido como testigo en el juicio en el que el expresidente federativo se enfrenta a una condena de hasta dos años y medio de cárcel por ese beso y por la trama que supuestamente urdió después para librarse de un escándalo que dio la vuelta al mundo y puso el foco sobre el machismo en el fútbol femenino. También están siendo juzgados el ex director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, el exseleccionador Jorge Vilda y el exresponsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera.
El seleccionador ha asegurado que durante el vuelo que trajo de vuelta al equipo a España no escuchó ninguna conversación sobre el revuelo que se estaba produciendo y la posible reacción por parte de la Federación. “No, rotundamente no (...). Después de más 36 horas sin dormir venía muy cansado y centrado en descansar. Leí, vi películas…”, ha afirmado ante la extrañeza de la fiscal, Marta Durántez, que le ha preguntado si estuvo durmiendo durante las más de veinte horas que duró el vuelo. “Seguramente tantas no (...). Conmigo no hablaron ni me consultaron [sobre cómo proceder]”, ha aseverado.
El gabinete de crisis de la Federación
La otra parte de su interrogatorio ha estado centrada en una reunión celebrada el 23 de agosto de 2023 —tres días después de la final— en el despacho de Rubiales y donde presuntamente se trataron detalles de la investigación interna que se había abierto en la RFEF sobre la acción del presidente. Es una reunión que otros testigos han definido como una especie de gabinete de crisis.
Durante la sesión de este lunes, la jefa de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, situó al seleccionador esa reunión, que calificó de “encerrona” para tratar de restar importancia al beso que el presidente había propinado a una jugadora. Según el relato de Pérez, también estuvieron presentes el entonces responsable de Integridad, Miguel García Caba; el ex director de Comunicación de la Federación, Pablo García Cuervo; así como el padre y un amigo de Rubiales.
Sin embargo, el seleccionador masculino ha negado este martes que participara en esa reunión. Ha confirmado que estuvo ese día alrededor de cinco horas en una de las dos estancias que conforman ese despacho, pero que él acudió allí para hablar con Rubiales de fútbol, si bien también ha admitido que el presidente no tiene “ninguna influencia” en las convocatorias de la selección.
Las respuestas del seleccionador han exasperado a la fiscal, que ha puesto de manifiesto la “contradicción” de De la Fuente con lo expresado durante la vista por otros testigos. “Es un testigo que dice que no sabe nada y estamos pretendiendo que es un mentiroso, pues ya veremos si lo es o no lo es, pero están en su derecho de reclamar”, ha cortado el juez.
“Quiero claridad, no chulería”
No es el único momento de tensión que ha dejado la sesión de este martes. El juez ha llamado la atención al exdirector de Comunicación de la RFEF, Pablo García Cuervo, por la forma en que ha respondido a algunas de las preguntas que le han formulado tanto la fiscal como las acusaciones particular y popular.
“¡Basta ya! Mi paciencia está llegando a un límite. Viene aquí a declarar, no a dar esas contestaciones. Quiero saber las cosas con claridad, no con chulería”, le ha exigido el juez al testigo, después de que pusiera en duda la manera en que María José López, la codirectora de la Asesoría Jurídica de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) había preparado el juicio.
Previamente, García Cuervo ha cargado contra la jugadora, a la que ha definido como “muy influenciable y manipulable” y a la que considera responsable de su despido. A preguntas de la fiscal, García Cuervo ha reconocido que redactó la nota de prensa exculpatoria para Rubiales sin hablar con ella y basándose en unas declaraciones que la futbolista había hecho en la cadena de radio Cope. No obstante, ha insistido en que sólo la difundió —a la Agencia Efe y a una periodista del diario As— cuando ella dio su aprobación.
Entre los comparecientes de esta segunda sesión ha estado también el entonces subdirector de Comunicación de la Federación, Enrique Yunta, que ha respaldado el testimonio de la jefa de prensa, Patricia Pérez, que el lunes había relatado que fue él quien le envió un documento con las preguntas y respuestas que ella tenía que dar en la investigación interna abierta por el departamento de Integridad.
Yunta han asegurado que fue el director de esa área, Miguel García Caba, quien le mandó un borrador para que se lo hiciera llegar a Pérez y así “agilizar” el proceso y ha admitido que “ella mostró disconformidad sobre alguna respuesta y accedió a cambiarlas”. García Caba, sin embargo, ha negado que él le enviara ese documento a Pérez y ha dicho que no sabía si alguien se lo había enviado en su nombre. Este último ha defendido su actuación en relación a ese informe, que no tuvo ninguna consecuencia para Rubiales. Y ha admitido que sus conclusiones habrían sido “lo contrario” de haber escuchado el testimonio de Jenni Hermoso, pero que ella se negó a participar.
El juicio se prolongará durante al menos dos semanas. Está previsto que comparezcan más de una veintena de testigos, incluidos varios cargos de la Federación y jugadoras como Alexia Putellas, Irene Paredes o Laia Codina. Rubiales y los otros tres acusados —Luque, Vilda y Rivera— serán interrogados en la fase final, tras la comparecencia de testigos y peritos.
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