Luis Merlo acaba de subirse a un tren llamado “Deseo”, la nueva obra de Miguel del Arco, y en pleno viaje el actor confiesa a Efe que disfruta de “un momento de serenidad, tranquilidad y aceptación”, en una vida íntimamente unida al teatro.
“He podido hacer de mi lugar de juegos un escenario, entonces he conocido desde pequeño las luces y las sombras del teatro, y a pesar de ello, he querido ser actor”, explica Merlo, comediante y productor madrileño perteneciente a una de las sagas más importantes de actores españoles.
Ahora, Merlo, en el papel de Teo, acompaña a Emma Suárez, Belén López y Gonzalo de Castro en la nueva creación del dramaturgo Miguel del Arco, “Deseo”, que reúne durante un fin de semana en una casa de campo a un matrimonio y a dos amigos.
Para él, es tiempo de serenidad, tranquilidad y aceptación, pero se siente agradecido por la respuesta que el público le ha dado en su trayectoria profesional.
“Me han pasado cosas muy bonitas, he tenido mucha suerte”, asegura Merlo, para quién lo mejor de su trabajo es saber que durante una hora y cuarenta y cinco minutos ayude al público a olvidar “sus cosas y que entren en el cuento”.
De esta obra espera lo que espera con todas, “conectar con la gente”, añade el actor madrileño que recibe 2013 con la esperanza de que haya un poco más de igualdad.
“No tenemos conciencia de que quizás repartiendo de manera más equitativa, viviríamos en un mundo mejor. Yo estoy harto de que se lo lleven todo cuatro”, lamenta.
Y es que en 2012, Merlo ha despedido también a su padre, el actor Carlos Larrañaga, fallecido en agosto, dejando a la cultura huérfana de uno de sus galanes más emblemáticos.
“Ha sido un año (2012) muy difícil para este país y para mí infinitamente, porque han sucedido cosas muy difíciles de llevar en lo personal. Pero este es el juego de la vida, y hay que jugarlo”, reflexiona Merlo, que pese a las adversidades se considera muy afortunado por pertenecer a una familia de actores.
“Para mí ha sido una suerte, porque si hubiera querido ser ingeniero de caminos a lo mejor era una incomodidad”, recuerda Merlo, para quien, pese a conocer las luces y las sombras del teatro, siempre ha querido ser actor. “He podido hacer de mi lugar de juegos un escenario”, reitera.
De su trabajo en “Deseo”, en cartel en el Teatro Cofidis de Madrid, Merlo destaca de su personaje su pasión por “la vida y su deseo de vivir, de sentir, de divertirse y de jugar, aunque sin mirar los riesgos del juego”.
“Yo tengo mucho menos deseo por todo esto que él”, confiesa el actor, que se siente absolutamente enamorado de este proyecto que comparte junto a sus tres compañeros de reparto.
En “Deseo”, Merlo interpreta a Teo, el amigo íntimo de Manu (De Castro), quien está casado desde hace veinte años con Ana (Suárez), la cual pone en marcha un experimento junto a Paula (López), una mujer sin compromiso de la que se ha hecho amiga en el gimnasio.
“Ha sido resetearte como actor. A veces es necesario en todas las profesiones ver como está el disco duro y ver si hay información que no es del todo nueva y comprobar si hay algún virus que es necesario limpiar”, explica Merlo, que destaca la generosidad de sus compañeros sobre las tablas.
A la hora de enfrentarse a su personaje, el actor, hijo de la también actriz Maria Luisa Merlo, cuenta que siempre le cuesta afrontar la novedad, pero subraya que con un “guía” como Miguel del Arco, hay que seguir hacia adelante.
“Teo es un personaje mucho más atroz y duro de lo que yo estoy acostumbrado a hacer”, describe este actor conocido también por su trabajo en televisión, en series como “Aquí no hay quien viva” y “El internado”, y que ahora está también motivado por la empresa familiar dedicada a la reapertura del Teatro Luna, en Madrid.
Eduardo Bielsa.