Minsk, 1 sep (EFE).- El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, acusó hoy a la Iglesia católica de apoyar a la oposición y a los participantes en las manifestaciones antigubernamentales.
Por ese motivo, Lukashenko admitió que impidió que el jefe de los católicos bielorrusos, Tadeusz Kondrusiewicz, regrese de Polonia, adonde había viajado hace unos días, según informa la agencia BELTA.
Lukashenko aseguró que Kondrusiewicz recibió “misiones concretas” de Polonia, adonde se habría desplazado para mantener consultas con las autoridades locales, que se niegan a reconocer su victoria en las elecciones presidenciales.
“No voy a decir que tenemos toda la información, ya que cambia constantemente”, señaló y agregó que el líder católico, arzobispo de Minsk y Moguiliov, está en una lista negra conjunta ruso-bielorrusa.
También adelantó que se está investigando si Kondrusiewicz, que dirige la Iglesia católica en la antigua república soviética desde 2007, tiene más de una ciudadanía.
“A nosotros no nos importa si es el principal católico, ortodoxo o musulmán. Debe vivir según la ley. Y si tú te metes en política y te llevas contigo a los fieles católicos (...), entonces, doble responsabilidad”, precisó.
Por su parte, Kondrusiewicz comentó a Efe en conversación telefónica desde la ciudad polaca de Belostok que viajó al país vecino para “oficiar” un servicio religioso.
“No sé porque no me dejan volver. No me lo dicen. Lo que puedo decir es que yo no me reuní con nadie en Polonia”, dijo.
En declaraciones a un canal de televisión católico polaco el arzobispo comentó que todo indica que las elecciones del 9 de agosto no fueron justas.
En cuanto a las protestas, destacó que los bielorrusos han cambiado desde que Lukashenko llegara al poder hace 26 años y que ahora están dispuestos a “defender sus derechos”, aunque añadió que los católicos abogan por una “solución pacífica” a la crisis.
Lukashenko denunció que en las iglesias católicas bielorrusas se hacen “propaganda contra Lukashenko y el Estado”, pero negó que se disponga a cerrarlas.
“No las cerramos, al contrario, las intentamos apoyar y defender. Las iglesias católicas en Bielorrusia funcionaron y seguirán funcionando”, subrayó.