La Asociación de Fiscales (AF), la que cuenta con más integrantes y agrupa a los de ideología conservadora, jugó un papel fundamental durante el Consejo Fiscal que este miércoles renovó las dos grandes plazas del Ministerio Fiscal.
Sus seis vocales usaron sus votos para ascender a Manuel Moix, el favorito del Gobierno, a jefe de Anticorrupción, mientras se garantizaban que su portavoz, Jesús Alonso, sería el nuevo fiscal de la Audiencia Nacional. El pacto suponía que los fiscales conservadores votarían para Anticorrupción a un fiscal que no milita en sus siglas.
Así fue el pacto que alcanzó el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, con la asociación que tiene seis de los once votos del Consejo Fiscal, según fuentes fiscales. Aunque las decisiones de este órgano no son vinculantes, sirven al fiscal general para llevar sus propuestas ante el Consejo de Ministros con el aval de haber superado una votación.
Maza quería a toda costa cumplir el encargo y situar a Moix en la plaza de Anticorrupción. Era el único de los siete candidatos que no tenía ninguna experiencia en esa fiscalía especial, con un currículum más pobre que el de sus competidores, pero el más cómodo para el PP. Su perfil no le colocaba como favorito, teniendo en cuenta que competía con la fiscala del caso Pujol, Belén Suárez, el de las tarjetas black, Alejandro Luzón, o el de los papeles de Bárcenas, Antonio Romeral.
Para que el Consejo le respaldase, Maza solo podía alcanzar un pacto con el colectivo que tiene poder suficiente para decantar las votaciones de un lado u otro. La AF, a cambio, se garantizó que su portavoz iba a ocupar la fiscalía de la Audiencia Nacional, una de las más codiciadas, en cuyo cargo se encontraba hasta este miércoles Javier Zaragoza.
El nuevo fiscal general accedió a deshacerse de él. Zaragoza, nombrado y renovado por el exfiscal general durante la época del PSOE, Cándido Conde-Pumpido, se había asegurado durante los últimos años no resultar incómodo para el PP, pero eso no le sirvió de nada.
Aunque al Gobierno no le resultase molesto, Maza prefirió prescindir de Zaragoza a cambio de aupar a Moix a Anticorrupción. En esa votación, el candidato del fiscal general obtuvo seis votos, los de la AF, a pesar de que no pertenece a esta asociación. Luzón sólo consiguió cuatro votos, y Romeral se quedó con uno. En la de fiscal de la Audiencia Nacional, Santos se impuso a Zaragoza por seis a cinco.
Relevo en Murcia gracias a la Asociación de Fiscales
La AF también jugó un papel fundamental en el relevo del fiscal jefe de Murcia. Sus votos sirvieron para desalojar de ese puesto a Manuel López Bernal, el fiscal que presentó la querella contra Pedro Antonio Sánchez por el caso Auditorio. Este obtuvo el apoyo de los tres vocales de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) y el de los dos miembros natos del Consejo, pero no fueron suficientes contra la AF.
Los seis vocales de la asociación apoyaron al candidato a relevarle, José Luis Díaz Manzanera. Frente a la nómina de seis candidatos para nuevo fiscal Anticorrupción, Maza contaba con menos opciones en esta votación. Para relevar a López Bernal solo se habían presentado dos fiscales.
Díaz Manzanera era el que contaba con un mejor currículum, pero, como su predecesor, está vinculado al caso Auditorio. Es el fiscal que se ha ocupado del caso, y el que pidió al Tribunal Superior de Justicia de Murcia que imputase al presidente autonómico.
Quienes le conocen dicen de él que es un fiscal profesional, que ha hecho un buen trabajo en el caso Auditorio, pero que no tiene un historial de enfrentamientos con el PP, como sí tiene López Bernal. Además, tiene un perfil más conservador que su hasta ahora jefe, miembro de la UPF. Es, de hecho, miembro de AF.
El otro candidato, José Francisco Sánchez Lucerga, tampoco era un candidato cómodo para el PP. Cuando comenzó el acoso público de los populares contra López Bernal, este fiscal impulsó una reunión con sus compañeros para apoyarle frente a esos ataques.
Al final, el relevo en Murcia puede volverse contra el PP. El nuevo fiscal ha anunciado que, debido a sus nuevas responsabilidades, puede que tenga que abandonar su labor en la instrucción del caso Auditorio. El fiscal mejor colocado para sucederle en ese trabajo es quien lo ha seguido desde el principio, el que presentó la querella, López Bernal.