Manuel Valls, de fichaje estrella de Ciudadanos a candidato incómodo en una lista independiente
La candidatura de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona sigue siendo un proyecto personal de Manuel Valls sin que de momento se conozca cómo va a encajar en ella Ciudadanos o quienes le van a acompañar en su lista. La intención de Rivera con la propuesta que le hizo el pasado mes de abril para que encabezara una plataforma para las municipales era capitalizar el fichaje y explotar el supuesto tirón electoral del exprimer ministro francés para arrebatar Barcelona a Ada Colau.
Ocho meses después del rutilante anuncio Valls se ha convertido para Ciudadanos en un candidato incómodo, que va por libre y que por su propia cuenta ha tendido la mano al PSC, pese a saber que estos ofrecimientos no serían bienvenidos en el partido de Rivera que ve a los socialistas “entregados a los independentistas”.
Valls oficializó a finales de septiembre que había decidido aceptar la propuesta de Rivera de encabezar una plataforma “abierta y transversal” para ganar Barcelona. Pero dejó muy claro muy pronto que no iba a permitir que Ciudadanos le organizara la vida. Montó su propio equipo y comenzó a diseñar la precampaña a su aire.
El día de su presentación, ni Rivera ni Arrimadas estuvieron presentes. Tampoco acudió la portavoz del grupo municipal, Carina Mejías, que aspiraba a encabezar la lista de Ciudadanos en 2019 y con la que Valls no va a contar. Rivera y Arrimadas se limitaron agradecerle a través de Twitter que diera ese paso.
“Muchas gracias, Manuel Valls, por aceptar este reto”. “Nadie mejor para recuperar el prestigio de Barcelona y derrotar al separatismo y al populismo en las urnas”. “Es una gran noticia para nuestra ciudad, para España y para toda Europa. Endavant!”, escribió Rivera.
“Como barcelonesa, estoy muy orgullosa de que alguien como Manuel Valls dé este paso adelante para que nuestra ciudad recupere el proyecto europeísta”, abundó, en la misma red social, Arrimadas.
Una promoción de la candidatura muy personalista
Desde aquel acto celebrado en el Centre de Cultura Compeorània de Barcelona, el 25 de septiembre, Valls ha promocionado en solitario su candidatura -y ahora su libro: 'Barcelona, vuelvo a casa'-, multiplicándose en actos de todo tipo, paseando por barrios de la capital catalana para hablar con los vecinos y concediendo numerosas entrevistas de radio y televisión en las que ha dejado claro que quiere estar “al margen de cualquier partido”. También ha desplegado su hiperactividad en redes.
Con Rivera desde entonces no hay ni una sola foto. La única que se iba a hacer hace tan solo unos días, en la presentación de su libro en Madrid, se frustró porque el líder de Ciudadanos excusó a última hora su presencia. En Ciudadanos aseguraron que no había que buscar razones “oscuras” en su cancelación y explicaron que hizo todo lo que pudo por ir pero al final no le dio tiempo porque no podía faltar a la votación del Pleno del Congreso.
La víspera, no obstante, Valls se reunió con la portavoz municipal del partido en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís. Según publicó El Confidencial, los dos mantuvieron una reunión aprovechando su visita a la capital. “El encuentro sirvió para hacer un diagnóstico común cuando está a punto de terminar la legislatura de los llamados ayuntamientos del cambio que gobiernan ambas ciudades, y para abordar los ejes electorales y las principales cuestiones en las que coincidirán los dos candidatos de cara a 2019”, explicaba el periódico, que no ilustraba con ninguna foto dicho encuentro.
El martes siguiente, Valls insistía en un foro organizado en Madrid por The Economist en invitar a su plataforma a personas del “catalanismo moderado”. En concreto, avanzó que iba “a intentar hasta última hora que se integre el PSC en nuestra candidatura”. Como ya había dicho también en RNE, su proyecto “necesita a los socialistas, ellos también me necesitan y Barcelona los necesita”.
En Ciudadanos no disimulan su irritación por ese empeño de Valls en abrir la puerta a un partido al que acusan de “entregarse al independentismo” y de querer indultar a los presos del procés. Una foto que amenaza la estrategia de Rivera y Ciudadanos de cargar contra el PSOE por sus supuesta complicidad con los independentistas.
Precisamente, este sábado, Rivera ha protagonizado en la plaza de la Ópera de Madrid una concentración de España Ciudadana para reclamar elecciones y mostrarse en contra de la hipotética concesión de indultos a los dirigentes independentistas, que todavía no han sido juzgados. Junto a Rivera ha estado el exfiscal de la Audiencia Nacional, Ignacio Gordillo. Pero no Valls.
Sin embargo, tanto desde el equipo del candidato como en Ciudadanos aseguran que “Rivera y Valls siguen en contacto”, “la plataforma va tomando cuerpo” y “todo marcha bien”. En Ciudadanos saben que a pesar del empeño del exprimer ministro francés, los socialistas no se van a sumar a la candidatura y el ofrecimiento no va a cuajar.
“Valls se va a desencantar pronto porque los dirigentes del PSOE no están pensando en defender la igualdad y la libertad de todos los españoles sino los intereses de sus socios separatistas y populistas”, responden a eldiario.es desde Ciudadanos. Fuentes de la candidatura del exprimer ministro se extrañan de que pueda haber ahora enfado en el partido de Rivera por esas invitaciones al PSC ya que Valls las lleva haciendo desde el primero momento, por lo que creen que no constituyen ninguna novedad.
En el PSC aseguran que en el caso de que haya habido 'tanteos' “serán a título individual”. “Nosotros desde luego vamos a presentarnos con nuestras propias siglas”, remarcan.
Los detalles de la candidatura se retrasan
El tiempo pasa y el exprimer ministro francés todavía no ha desvelado quiénes le acompañarán en los primeros puestos de su lista electoral, ni ha concretado el nombre definitivo de la candidatura -que ahora se denomina provisionalmente 'Barcelona Capital Europea'-, ni tampoco el presupuesto que tendrá la campaña, detalles que aseguró que explicaría en un acto público a finales de este mes de noviembre.
Ambas partes confirman a eldiario.es que esa presentación se retrasará posiblemente hasta primeros de año debido al gran volumen de entrevistas y conversaciones que está manteniendo el candidato.
Todos explican que no hay prisa porque aún quedan muchos meses para las elecciones municipales, que se celebrarán a finales de mayo de 2019. En Ciudadanos las negociaciones las están pilotando el secretario general, José Manuel Villegas, y Jordi Cañas, exdiputado del Parlament y asesor del partido.
El equipo de Valls está formado por Albert Montagut, Xavier Roig y Guillermo Basso, dos expertos en campañas que trabajaron para el socialista Pasqual Maragall en el Ayuntamiento de Barcelona y en la Generalitat.
Según cuenta Villegas la fórmula será una coalición electoral, aunque las siglas del partido de Rivera no figurarán en las papeletas. Como Ciudadanos es una formación que tiene ya representación institucional eso les garantizará ingresos para ayudar a la financiación de la campaña y espacios electorales en los medios públicos. Los de Rivera, eso sí, quieren que el acuerdo quede rubricado por escrito.
Para disipar las dudas que han empezado a surgir, el propio Rivera confirmó que el proyecto conjunto sigue adelante, lo que propició que Valls se lo agradeciera en Twitter.
Malestar en el grupo municipal de Ciudadanos
A pesar de que los dirigentes de Ciudadanos insisten en que no hay ningún escollo y en que todo va bien, el malestar por esta decisión del partido de prescindir de su propia candidatura no ha sentado bien internamente. Sobre todo en el actual grupo municipal que se ha visto desplazado totalmente del proyecto a varios meses de que acabe su mandato.
Los concejales de Ciudadanos ven desde la barrera cómo Valls se sigue paseando por los platós de televisión y los estudios de radio desgranando propuestas e ideas para Barcelona y lanzando promesas que se supone figurarán en el programa electoral municipal.
Además de “combatir el independentismo, el nacionalismo y el populismo”, que es uno de sus principales objetivos, Valls ha lanzado propuestas muy genéricas, como luchar contra la “inseguridad en las calles” y el “incivismo”; fomentar el “turismo de calidad”; solucionar los “problemas de la vivienda”, o “promocionar la cultura”.
El exprimer ministro francés que abandonó el PS e intentó integrarse en la plataforma de Macron, pide que se cambie la ley electoral y ha propuesto algunas ideas sobre movilidad, apostando por “prescindir poco a poco de los vehículos más contaminantes”. Su discurso choca con la filosofía de Ciudadanos que no solo ha criticado el plan del Gobierno de Sánchez de prohibir el diésel, también mantiene una oposición férrea al cierre de las almendras centrales de Madrid y Barcelona, que están llevando a cabo sus respectivas alcaldesas, Manuela Carmena y Ada Colau.
La sobreexposición de Valls le ha jugado algunas malas pasadas. Este jueves, en una entrevista del diario Ara, Valls fue incapaz de contestar cuánto costaba el billete de metro y se limitó a decir que a él un taxi “le costaba entre 6 y 10 euros”.
Aunque de puertas afuera evitan las críticas a Valls, el malestar dentro del grupo municipal es patente. Los concejales de Cs siguen trabajando ajenos a las ofertas de la plataforma y conscientes de que el candidato no tiene intención de contar con ellos. Fuentes del equipo de Carina Mejías explican a eldiario.es. que no les consultan nada y que “Valls va por libre”. Tampoco saben nada sobre la alianza electoral de cara a las municipales de 2019. “Que va, que va, ni siquiera parece que aún haya nada en firme”, responden fuentes del departamento de la portavoz.
Valls ha dejado claro que será él quién elabore su lista. El aspirante a la alcaldía de Barcelona ya ha explicado que prefiere que le acompañen “técnicos” y expertos en temas específicos. “Barcelona no es cosa de partidos”, dijo en una entrevista con RNE.
De hecho, desde que comenzó su febril promoción personal, el exministro francés está manteniendo contactos con dirigentes de diversos partidos políticos, con empresarios y con representantes de la sociedad civil catalana en su empeño de captar a personas de diferentes sectores profesionales para ampliar la base de su electorado. Entretanto, Valls se definió como “un hombre de izquierdas” pero también como el candidato “de las élites”.
Sobre ese acuerdo con Ciudadanos que el partido quiere ver por escrito, hay muchas preguntas por contestar. ¿Qué representación tendrán en la candidatura los afines a Rivera? ¿Ayudará Ciudadanos a financiar la campaña si no se sienten cómodos o suficientemente representados? ¿Habrá también políticos o exdirigentes de la órbita del PP? ¿Qué sorpresas se guarda Valls? ¿Cómo responderán los concejales que han hecho oposición a Colau estos últimos tres años y medio si no encuentran espacio en la lista de Valls?
Para saberlo habrá que esperar posiblemente hasta primeros de año porque el nivel de contactos es muy amplio y Valls, según explican sus colaboradores, no tiene prisa y va a seguir tomándose las cosas con calma y tratando de convencer a dirigentes del PSC, a los que Rivera no quiere ver ni en pintura.