El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha aprobado este miércoles el nombramiento de Manuel Marchena al frente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo por otros cinco años, al ser el único candidato que se ha presentado para renovar el cargo. No ha recibido sin embargo el apoyo de todo el Pleno, ya que los vocales Enrique Lucas -designado a propuesta del PNV- y Concepción Sáez -a propuesta de IU- han votado en blanco, han informado a Europa Press en fuentes de este órgano.
Tanto Lucas como Sáez son dos de los cuatro vocales que han venido presentando votos particulares a los nombramientos realizados en los últimos Plenos de un órgano que se encuentra en funciones desde el pasado mes de diciembre, cuando concluyó el mandato de cinco años de todos sus miembros.
La primera en presentar votos particulares contra los últimos nombramientos, concretamente desde los realizados el 8 de mayo, ha sido la vocal designada a propuesta de IU Concepción Sáez, quien se muestra en contra tanto de las convocatorias como de los nombramientos que las han seguido al considerar que el CGPJ se encuentra actualmente en funciones y se extralimitando en sus competencias.
En el Pleno del pasado mes de septiembre se sumaron los votos particulares, aunque por motivos diferentes, de los vocales Luca y también de Roser Bach y Victoria Cinto --propuestas estos dos últimas por el PSOE-- quienes, a pesar de considerar que el actual CGPJ está perfectamente legitimado para realizar nombramientos aún en funciones, califican lo los últimos realizados de ser “apresurados”, “atropellados” y de pecar de falta de motivación.
Presidente del tribunal que juzgó el procés
Marchena, que llegó al Supremo desde la carrera fiscal, a la que accedió tras licenciarse en Derecho en la Universidad de Deusto en 1981, afronta así su segundo mandato como presidente de la Sala Segunda.
Su nombre adquirió relevancia antes incluso de presidir el tribunal del procés, ya que el frustrado acuerdo alcanzado el año pasado por el PP y el PSOE para renovar el CGPJ, que trabaja en funciones desde diciembre, lo situaba al frente del órgano de gobierno de los jueces. Pero Marchena acabó renunciando en defensa de su independencia.
Lo hizo después de que se filtrara un wasap del entonces portavoz del PP en el Senado Ignacio Cosidó en el que defendía ante su grupo parlamentario el pacto alcanzado con los socialistas y destacaba que permitiría controlar “por detrás” la Sala Segunda del Supremo.
Marchena comenzó su carrera como fiscal en la Audiencia Territorial de Las Palmas en 1985 y después pasó por la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
En 2004 fue nombrado fiscal de Supremo, con destino en la sección penal, y en 2007 fue elegido magistrado de la Sala Segunda del alto tribunal, de la que fue nombrado presidente en 2014.
El CGPJ destaca su trabajo como ponente en resoluciones como la que avaló que la llamada “lista Falciani” fuera prueba válida para una condena por delito fiscal en España; otra que consolidó la jurisprudencia sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas; y la reciente sentencia del “procés”.