La coalición musulmana Seleka y la milicia cristiana “Anti-Balaka” alcanzaron hoy un acuerdo para poner fin a las hostilidades en la República Centroafricana, anunció la Unión Africana.
El acuerdo se cerró esta noche en Brazaville, capital de la República del Congo, después de tres jornadas de negociación convocadas para detener una espiral de violencia que ha causado miles de muertos y más de un millón de desplazados desde marzo de 2013.
El documento firmado por los grupos armados expone un cese de las hostilidades con entrada en vigor de forma inmediata en todo el territorio de la República Centroafricana.
Durante las conversaciones, en las que han participados más de 170 delegados, incluidos representantes del Gobierno de la República Centroafricana, los representantes de Seleka llegaron a plantear una partición del país.
Según esta propuesta la coalición musulmana controlaría una parte del país, mientras que el resto quedaría en manos de las milicias “Anti-Balaka”, integradas principalmente por animistas y cristianos, la religión mayoritaria del país.
Fuentes próximas a la cumbre aseguraron que ambos bandos intentaron establecer un nuevo orden constitucional favorable a sus intereses, por lo que la única posibilidad para llegar a un acuerdo era una amnistía general.
La presidenta del Gobierno de transición centroafricano, Catherine Samba Panza, había llamado a la “responsabilidad” para llevar la paz a su país, asolado por la violencia sectaria.
El 24 de marzo de 2013, los partidarios de Seleka tomaron la capital del país, Bangui, y su líder, Michel Djotodia, asumió el poder de forma interina tras la huida del derrocado presidente François Bozizé.
En diciembre, en espera de unas elecciones que nunca llegaron y habiendo sufrido numerosos abusos de la coalición musulmana, las milicias cristianas contraatacaron y la violencia sectaria se extendió rápidamente por todo el país.
El caos y la presión internacional, con una insuficiente presencia de tropas francesas y africanas, derrocaron a Djotodia y erigieron a Catherine Samba-Panza -hasta entonces alcaldesa de la capital- como presidenta, el tercer jefe de Estado en un año.