En 1987, el asesor encargado de redactar la Ley que fija el 12 de octubre como día de la fiesta nacional pidió a los servicios de documentación del Ministerio de Relaciones con las Cortes que preparasen un dossier con toda la información al respecto. Al cabo de unas horas, un funcionario le entregó un lote de documentación sobre tauromaquia. Así se fraguó el texto legal que fija la efeméride del descubrimiento de América como fecha elegida para celebrar la historia colectiva de nuestro país. Era ministro por entonces el socialista Virgilio Zapatero y ya desde su inicio la fiesta se convirtió en una celebración estrictamente militar.
Sin embargo, la ley que fija su existencia nada dice del papel de los militares en la celebración. Ese texto (ley 18/1987) se limita a relatar en su exposición de motivos que “la conmemoración de la fiesta nacional, práctica común en el mundo actual, tiene como finalidad recordar solemnemente momentos de la historia colectiva asumidos como tal por la mayoría de los ciudadanos”.
La revisión de lo que ocurre en otros países hace resaltar aún más el carácter castrense de la celebración española. En Alemania, por ejemplo, el día de la unidad alemana (3 de octubre) se celebra un festival ciudadano en la ciudad que ese año haya presidido el consejo federal. En Reino Unido no hay una celebración conjunta, ya que son las naciones que integran ese Estado las que celebran de manera familiar y festiva cada uno de sus días nacionales. En Estados Unidos, el 4 de julio es también día de desfiles pero sobre todo de eventos deportivos y familias en torno al televisor.
Sólo Francia comparte con España el férreo carácter castrense de su fiesta patria. La liturgia que sigue el país vecino la protagoniza el presidente de la República en el Arco de Triunfo, donde al igual que aquí se homenajea a los caídos por la patria. En el caso de España existe además una celebración exclusiva para conmemorar el trabajo de los ejércitos: el día de las Fuerzas Armadas, que se celebra el último domingo de mayo.
Esta misma semana en el Congreso de los Diputados se ha debatido la supresión de los desfiles militares con motivo de la fiesta nacional. La propuesta de ERC quedó en nada al encontrarse con los votos en contra de PP y PSOE. Los únicos cambios en torno a la fiesta han sido su constante reducción de presupuesto se refiere acentuada en la edición de este año.