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Mirjam Pressler dedica su última novela a la tolerancia religiosa

EFE

Madrid —

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“Tolerancia” es la palabra que está detrás del último libro de la alemana Mirjam Pressler, “Natán y sus hijos”, una novela juvenil que recupera la parábola de los tres anillos para educar a los más jóvenes en el respeto de las distintas las religiones.

“Si el conjunto de la Humanidad pudiera pensar desde la ética kantiana las religiones podrían coexistir, pero lo que se vive hoy en Israel es lo mismo que ocurría hace 700 años”, ha expresado la autora en una entrevista a Efe antes del desayuno que ha ofrecido la editorial Siruela en la Casa Sefarad.

“Natán y sus hijos” es una novela histórica, pero nació de una anécdota personal: “Mis hijas estaban leyendo 'Natán el Sabio' de Gotthold Ephraim Lessing para el colegio. Decían que tenía muy poca acción y que les costaba leerlo, y me daba pena que se perdiera la parábola”.

De lectura obligatoria en los colegios alemanes, la obra de Gotthold Ephraim Lessing es un canto a la tolerancia que fue prohibido en los tiempos de nazismo y cuya relectura es “indispensable” especialmente tras el Holocausto.

Por eso decidió actualizarlo, completar los datos históricos y rescatar las enseñanzas de ese padre que quería a sus tres hijos por encima de todo.

Ese es el principio de la alegoría: un padre posee un anillo con el poder de convertir a quien lo lleve en el más apreciado “ante los ojos de dios y de los hombres”. Al morir solo puede dejarlo a uno de sus descendientes, pero “quiere a sus tres hijos por igual”.

Ante la disyuntiva decide hacer dos copias exactas, imposibles de distinguir del original. Fallecido el progenitor, ellos discuten sobre quién lleva el verdadero e incluso trasladan la disputa a un juez, que les insta a vivir de manera virtuosa para que los poderes del anillo se muestren ciertos.

Todo es una metáfora de las tres religiones monoteístas en la boca de Natán el sabio, que explica que todas las religiones son verdaderas si los creyentes siguen sus buenos preceptos, el mismo principio que daba poder al anillo.

La autora del libro se identifica con el personaje de Gesem, el muchacho de la casa de Natán que busca su identidad a toda costa: “En principio no tiene nombre y eso le pesa, y cuando por fin lo consigue resulta que es un nombre que tiene una interpretación muy distinta desde cada una de las religiones”.

Mirjam Pressler creció con la nariz pegada a “Las aventuras de Huckleberry Finn” y devorando “cualquier cosa con letras” para evadirse de una dura infancia como hija ilegítima de una mujer judía en el Tercer Reich.

“A los 4 o 5 años me regalaron mi primer libro, una guía de viajes de San Petersburgo”, ha recordado Mirjam Pressler que pasó su adolescencia limpiando el polvo de las estanterías de librerías y bibliotecas para poder leer.

Además de escritora, Pressler ha traducido más de 400 obras en 30 años de carrera, una tarea que, según ella, no está muy bien pagada, pero que le permite estar con sus mejores amigos, los libros: “¡Adoro los libros! los vivo con fascinación y traducir es solo leer intensamente”.