“Todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río”, ha pronunciado Mariano Rajoy este miércoles en el Congreso de los Diputados. Estaba citando, sin decirlo, a Manuel Azaña; al discurso que el expresidente de la Segunda República pronunció en Barcelona el 18 de julio de 1938 en Barcelona.
Se cumplían dos años del golpe franquista que provocó la Guerra Civil y la posterior dictadura. El discurso de Azaña, titulado Paz, piedad y perdón era una llamada a la reconciliación y al allanamiento del terreno para una mediación internacional con e fin de parar la guerra.
Como ha escrito Santos Juliá en Vida y tiempo de Manuel Azaña, el ex presidente republicano intentaba oponer argumentos ante el dogma de la nación como categoría excluyente, ya fuera de orden “religioso, político o económico”. El discurso señalaba el error de la guerra como como solución al problema español, político, económico, social o territorial.
El núcleo de su argumento fue el diagnóstico de lo que más daño estaba causando a España: “Un dogma que excluye de la nacionalidad a todos los que no lo profesan, sea un dogma religioso, político o económico, [al que opone] la verdadera base de la nacionalidad y del sentimiento patriótico: que todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo arroyo”.
Y esta última frase es la que ha recuperado este miércoles Mariano Rajoy:
El discurso de Azaña se prolongó durante más de una hora, y también denunciaba la injerencia de la Alemania nazi y la Italia fascista en la guerra.
Este es el fragmento original de Azaña recuperado por Rajoy: