El teléfono móvil del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también fue espiado con el sistema Pegasus, según ha podido conocer este diario de fuentes del Gobierno. Su caso se suma a los del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuyos terminales también fueron infectados por el sistema israelí, según reveló el Ejecutivo el lunes, en una rueda de prensa.
Después de que el grupo de investigadores de Citizen Lab hiciera público el espionaje a 66 dirigentes independentistas, abogados y periodistas, el Gobierno activó el análisis de los teléfonos de todos sus miembros para conocer si habían sido intervenidos a través de Pegasus. La labor la está realizando el Centro Criptológico Nacional (CCN), dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Los terminales de Sánchez y Robles fueron los primeros en ser analizados y por eso se conoció que habían sido espiados a principios de esta semana. Este jueves se confirmó la infección del móvil de Grande-Marlaska, si bien fuentes de Interior aseguran a la agencia EFE no haber sido informadas del espionaje a su máximo jefe.
El resto de ministros también han entregado sus teléfonos al CCN y esperan resultados. Además, el Gobierno ha ofrecido investigar sus terminales a otros altos cargos del Ejecutivo, así como a dirigentes autonómicos.
El espionaje al independentismo
La infección del móvil de Grande-Marlaska se ha conocido apenas unas horas después de que la directora del CNI, Paz Esteban, compareciera durante algo más de tres horas y media a puerta cerrada en la comisión de gastos reservados del Congreso para explicar el espionaje a personas vinculadas al independentismo. La responsable de los servicios secretos españoles ha reconocido que solo una parte de la vigilancia que reveló sí la llevó a cabo el CNI con autorización judicial.
Entre los espiados que ha admitido Esteban figura el actual president de la Generalitat, Pere Aragonès, según han explicado dos fuentes conocedoras de la comparecencia a elDiario.es. Del resto, según portavoces presentes, podrían ser responsables servicios secretos de otros países u “otros organismos del Estado con capacidad de espionaje”, según ha dicho Gabriel Rufián al salir de la comisión.