Un guardián indígena de una reserva del estado amazónico de Maranhao (noreste de Brasil) resultó muerto y un cacique indígena “gravemente herido” en un enfrentamiento con madereros ocurrido anoche, informaron este sábado fuentes oficiales.
La secretaría de Derechos Humanos de Maranhao informó de que el ataque se produjo en la reserva Araribóia, en el municipio de Bom Jesus das Selvas, donde viven tres pueblos indígenas: Awá Guajá, Guajajara y algunos Awá no contactados.
Paulo Paulino Guajajara, miembro de un grupo autodenominado como “guardianes del bosque”, encargados de fiscalizar, cuidar y proteger la Amazonia por cuenta propia, fue asesinado durante el violento choque con los madereros.
Asimismo, el líder indígena Laércio Souza Silva está “gravemente herido y ”un maderero sigue desaparecido“, de acuerdo con la secretaría regional.
El ministro de Justicia, Sergio Moro, adelantó en redes sociales que la Policía Federal “investigará el asesinato” del guardián Paulino Guajajara.
“No ahorraremos esfuerzos para llevar ante la Justicia a los responsables de este grave crimen”, señaló Moro en un tuit, sin ofrecer mayores detalles.
El Gobierno de Maranhao afirmó que “acompaña la situación” y anunció el traslado de varios equipos al lugar del conflicto con el objetivo de “esclarecer el caso y proteger a los amenazados”.
Las reservas indígenas de ese estado, uno de los nueve que componen la Amazonia brasileña, sufre desde hace varios años ataques por parte de compradores ilegales de tierra (“grileiros”) y madereros, según organizaciones de derechos humanos, que también denuncian la impunidad imperante en este tipo de delitos.
En este sentido, Greenpeace Brasil afirmó en un comunicado que “las tierras indígenas de Maranhao han sido el escenario de una lucha asimétrica, donde pequeños grupos de guardianes optan por defender, muchas veces con su propia vida, la integridad de sus territorios”.
“Paulino y Laércio son las víctimas más recientes de un Estado que se recusa a cumplir lo que determina la Constitución”, apunta la ONG.
“Repudiamos toda la violencia generada por la incapacidad del Estado para cumplir su deber de proteger este y todos los territorios indígenas de Brasil” y “exigimos que sean tomadas acciones inmediatas para evitar más conflictos y muertes en la región”, completó.
Según un informe reciente del Consejo Indigenista Misionero (Cimi), un organismo vinculado a la Iglesia católica, las invasiones de tierras indígenas en Brasil subieron un 44 % en los nueve primeros meses de este año, que coinciden con el tiempo que lleva en el poder el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y ya superan a las registradas en todo 2018.
La organización culpó de ese aumento a la retórica antiecologista de Bolsonaro, que ha prometido detener la demarcación de tierras indígenas y es favorable a la explotación de la Amazonia, y a la liberalización de la actividad minera en esos territorios, que ya comenzó con su antecesor en el cargo, Michel Temer (2016-2018).
Por su parte, la líder indígena Sonia Guajajara, una de las referencias más reconocidas a nivel internacional en la defensa de los pueblos originarios, lamentó la pérdida de “un guardián del bosque” más “por defender” su territorio.
“Es la hora de decir basta a este genocidio institucionalizado. ¡Paren de autorizar el derramamiento de sangre de nuestro pueblo”, señaló en redes sociales Sonia Guajajara, quien el año pasado se convirtió en la primera indígena candidata a la Vicepresidencia de Brasil.