Las negociaciones para la unidad de la izquierda en torno a Sumar corren contra el reloj ante las generales del 23 de julio. Lo que en un proceso de diálogo entre partidos habitualmente lleva semanas o meses se va a concentrar en días o incluso horas. Los estados de ánimo que suelen rodear estos procesos también fluctúan a esta velocidad. Yolanda Díaz inició el lunes una ronda de conversaciones, algunas telefónicas y otras presenciales, con los diferentes líderes de los partidos a los que quiere agrupar en una única plataforma. Desde entonces, el diálogo ya ha descendido a un segundo nivel, el de los equipos negociadores de cada partido, para la primera ronda de intercambios en la que cada parte expone sus principales ambiciones para la confluencia, pero también para el proyecto político que quede conformado.
El anuncio del adelanto electoral del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el lunes, puso a todos los equipos a trabajar. La vicepresidenta segunda del Gobierno inició una ronda de conversaciones inmediatamente, aunque desde su equipo trasladaban que el trabajo no empezaba de cero, que ya había camino andado. Díaz se vio con unos y llamó a otros de los principales líderes de los partidos del espacio (Podemos, Izquierda Unida, Más Madrid, Compromís…) en las horas siguientes a la comparecencia de Sánchez. “Quiero comunicarles que estamos trabajando para darle a la ciudadanía progresista la noticia que lleva esperando para que este espacio se presente unido”, afirmaba la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, pasado el mediodía de ese mismo lunes. Horas después, se veía con Díaz en una reunión presencial.
Esa fue la pista de salida para que a lo largo del martes varios partidos hiciesen pública su voluntad de incorporarse a la plataforma y empezar a negociar. Izquierda Unida estaba en plena reunión de su dirección cuando Sánchez anunció el adelanto electoral. Pocas horas después lanzaba un comunicado en el que reafirmaba la voluntad de construir un proyecto político para estas generales de la mano de la vicepresidenta: “Yolanda Díaz y Sumar son la mejor oportunidad”. En declaraciones en los medios o en mensajes en redes, los comuns de Ada Colau, Verdes Equo, Alianza Verde, pero también Más País o Compromís fueron mostrando además su voluntad de incorporarse a la construcción más política de Sumar.
El equipo de Yolanda Díaz informó este martes del registro ante el Ministerio del Interior de Movimiento Sumar como partido. Es la forma que tiene Sumar de incorporar en una futura coalición a su propia cuota de personas en las listas, que estará representada por personas independientes y profesionales vinculados al proyecto, lo que según fuentes de la plataforma da sentido al movimiento ciudadano que desde el principio Díaz buscó construir para movilizar al electorado de cara al ciclo electoral. El rápido movimiento da cuenta de lo precipitado que está siendo todo. Hace 24 horas, Sumar era una simple organización civil y ahora ya tiene forma de partido.
Con todo, las negociaciones se encuentran ya en una segunda instancia, un nivel en el que toman protagonismo los equipos negociadores, que en el caso de Sumar están liderados por el jefe de gabinete de Díaz, Josep Vendrell, quien ya comandó los contactos con el resto de partidos cuando se produjeron las primeras llamadas a comienzos de enero, meses antes del lanzamiento de Sumar en el polideportivo Magariños de Madrid. En aquellas semanas, Vendrell y la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, trataron de acordar sin éxito una declaración que incluyese el compromiso de que las listas se decidieran por primarias abiertas. Nadie quiere aportar muchos detalles y piden la máxima discreción de por dónde están fluyendo las conversaciones, pero lo que parece evidente es que la hoja de ruta de aquellos meses si no ha quedado totalmente descartada, sí totalmente reformulada.
Los resultados del 28M y el peso de los partidos
La discusión que está sobre el fondo de este proceso es lograr un consenso sobre cuánto pesa cada partido para, a partir de ahí, repartir los puestos de salida en las listas, los recursos y la visibilidad en la eventual coalición. Pero no solo eso. En los próximos días los partidos tienen que empezar a hablar de un programa compartido, de cómo organizar una campaña electoral entre todos y empezar a diseñar cómo funcionará, por ejemplo, el grupo parlamentario. Y en esa falta de consenso arrancan los problemas para poner de acuerdo a una quincena de partidos, más después de una campaña en la que Podemos ha cargado duramente contra algunos de ellos, como Más Madrid o Compromís.
En el espacio que representa Más Madrid y Más País, ese equipo de segundos niveles lo forman desde hace meses Manuela Bergerot y Javier Padilla, ambos diputados autonómicos y dirigentes de la máxima confianza de Mónica García. Bergerot es la persona a la que García ha encomendado los últimos dos años la organización interna del partido y ha sido también quien ha negociado todas las confluencias electorales en los diferentes municipios de Madrid para los comicios del 28M. Son ellos, Bergerot y Padilla, los que también han mantenido conversaciones en el pasado con el equipo de Yolanda Díaz, y quienes probablemente lo harán en estos escasos días que hay para cerrar un acuerdo, aunque desde Más Madrid aseguran que se pueden incorporar más personas.
La vicepresidenta segunda y la líder de Más Madrid mantuvieron este lunes un contacto telefónico tras el resultado de las elecciones municipales y conocerse el adelanto electoral. La conversación se produjo antes del encuentro con la líder de Podemos, Ione Belarra, según confirman a esta redacción fuentes conocedoras de estos contactos. Se trató de un “intercambio de pareceres” del estado de la situación pero no se profundizó en nada concreto, aunque estas mismas fuentes aseguran que desde Más Madrid se ha dejado explicitado que “de alguna manera tienen que quedar reflejados los resultados del 28M” en el futuro pacto para confluir con Sumar.
Más Madrid, que concurría con un acuerdo de coalición con Verdes Equo, sale fortalecido de las elecciones municipales y autonómicas en la región. En la Asamblea de Madrid, la lista de Mónica García obtuvo 615.171 votos y queda como primera fuerza de la oposición frente a los 158.831 sufragios que tuvo la candidatura de Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde, que no superó la barrera del 5% para obtener representación y es ahora extraparlamentario en la Cámara regional. “Si antes había una elucubración ahora hay datos de hace tres días”, dicen desde Más Madrid sobre el peso de cada formación. Añaden no obstante que van a las negociaciones “sin líneas rojas” y dispuestos a ser “generosos”.
Por otra parte está también Verdes Equo, cuya ejecutiva federal, “desde el nivel más alto”, explican, está llevando los contactos con el equipo de Yolanda Díaz. “Debido a la complejidad de estas negociaciones en un tiempo récord, las llevamos con la máxima discreción”, señalan desde el partido ecologista. Este miércoles elDiario.es adelantaba que la diputada de Más País-Verdes Equo Inés Sabanés no concurrirá a las elecciones del 23J, pero desde la formación afirman que están trabajando en su relevo, al que esperan incorporar a Sumar. “Somos el único partido verde con representación institucional municipal y autonómica después del 28M”, aseguran a este diario, por lo que, aspiran “a ser la ‘voz verde’” dentro de la confluencia.
El partido que ha puesto sobre la mesa unas condiciones más claras es Compromís. Son las líneas que un equipo de negociadores conformado entre otros por Iván Castañón y Amparo Piquer ya ha trasladado a sus interlocutores en Sumar: su nombre debe estar en la papeleta, el programa electoral debe ser la agenda valenciana (financiación, infraestructuras), quieren un protocolo claro sobre cómo operarán en el Congreso y los candidatos de Compromís encabezarán las listas en Valencia, Alicante y Castellón. Además, no están dispuestos a compartir papeleta con los dirigentes de Podem. Esta idea parte de dos premisas: la mala relación, demostrada en campaña con los ataques de líderes de Podemos como Irene Montero a la coalición valenciana; y la desaparición de Unidas Podemos de las Corts Valencianes el pasado domingo, en unas elecciones en las que la candidatura de Héctor Illueca pasó de 215.392 en 2019 a poco más de 85.000 votos (en torno al 3%).
En Podemos asumen que los resultados del 28M pesarán en las negociaciones. Así lo expresaba el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, este lunes en la Cadena SER, donde señaló que “es inequívoco que en Madrid y la Comunitat Valenciana les ha ido mejor” que a ellos y “son las fuerzas más importantes de Sumar”. “Errejón, Baldoví o Mónica García son las personas que tienen que mandar más en ese espacio, mientras que IU está en una posición modesta pero también tiene su presencia territorial”, añadió. Y concluyó: “Tenemos que asumir el resultado. Toca ser humildes y dejar claro que los que tienen que ejercer el liderazgo a la hora de ir juntos son otros. Ione ha tendido la mano”.
Estas son, en cualquier caso, las premisas iniciales de los partidos, que tendrán que someterse al vertiginoso proceso de negociación de los próximos días. Según las voces consultadas de diferentes partidos que participan en la negociación, la voluntad mostrada por las partes hacia la unidad y el reconocimiento del liderazgo de Yolanda Díaz para pilotar este proceso invitan al optimismo. En conversación con este diario, Juan López de Uralde, el líder de Alianza Verde, que también está dentro del proceso de negociaciones, pronosticaba en esta semana que habría varias instancias intermedias inciertas pero que la foto final sería de unidad. Lo que cambia ahora es que estas instancias intermedias correrán como fotogramas de una película.
En la tarde del miércoles, Yolanda Díaz apenas quiso comentar la situación al llegar a la presentación de un libro en Madrid. “Hay muchos demócratas y personas progresistas hoy desanimadas y preocupadas en nuestro país. Les mando un mensaje claro, de esperanza y de confianza. Asumo el reto y salimos a ganar el país”, dijo. “España nos está esperando”.