La nueva foto de Colón evidencia la división interna entre Casado y el sector moderado del PP sobre la relación con Vox

Iñigo Aduriz

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El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al que se suele definir como el contrapeso interno del líder de su propia formación política, Pablo Casado, dentro del Partido Popular, al atribuírsele un perfil más moderado, consideraba este lunes “perfecto, oportuno y adecuado” que el PP asista a la concentración contra los indultos a los presos del procés que se celebrará el próximo domingo en Madrid. Pero él no acudirá a la Plaza de Colón, lugar de la protesta.

Tampoco lo harán los otros dos barones del considerado sector más centrista del partido, el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla y el castellano leonés, Alfonso Fernández Mañueco, aunque también han apoyado la convocatoria organizada por una plataforma que impulsa la exlíder de UPyD, Rosa Díez. Junto a estos dirigentes, otros cargos del PP más moderado, el que perdió las primarias frente a Casado, en 2018 –y que apoyaron a su rival interna, Soraya Sáenz de Santamaría–, evitarán participar en la que se ha considerado como la nueva foto de Colón, por la asistencia confirmada de PP, Vox y Ciudadanos, al igual que en la célebre protesta de 2019.

Estas personalidades populares que se ausentarán de la concentración evitarán así que se les pueda vincular con la extrema derecha, que acudirá a la concentración con el fin de seguir disputando a los populares la hegemonía dentro del electorado más conservador, como lleva realizando desde hace tres años. Ese proceso también se esta dando en los respectivos territorios de los barones más centristas, a pesar de la disparidad de escenarios. En Andalucía, Moreno Bonilla gobierna gracias a los votos de Vox, pero el partido de Santiago Abascal no tiene aún representación ni en Galicia y en Castilla y León solo tiene un representante en las cortes regionales.

Como en 2019, volverán a concentrarse en la plaza madrileña los líderes de las tres derechas, Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas –aunque ella no acudió a la primera protesta, pero sí el entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera–. Aquella foto de hace dos años escenificó la primera unión de los tres partidos y la normalización de la extrema derecha, que después se materializaría en acuerdos de gobierno en comunidades y ayuntamientos. La del domingo supondrá la vuelta a la unidad de acción de las tres formaciones tras meses de desavenencias que supusieron la ruptura de algunas de sus alianzas –PP y Ciudadanos escenificaron el divorcio en la Región de Murcia y la Comunidad de Madrid–, pero que no han dinamitado por el momento los gobiernos de Andalucía o del Ayuntamiento de Madrid.

Los acuerdos de Ayuso con Vox

Los dirigentes moderados reniegan de esa normalización de la extrema derecha asumida ya por la dirección de Casado y que tiene su principal aliada en la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Este mismo martes, ella pactó con Vox la configuración de la nueva Mesa de la Asamblea de Madrid –además de una reducción del número de diputados–, cediéndole una vicepresidencia. Ayuso necesita al partido de Abascal para ser reelegida en la investidura de las próximas semanas. Solo ella y el presidente de Murcia, Fernando López Miras, que también está alineado con la dirección de Casado y gobierna gracias a Vox, han confirmado su asistencia a la protesta de Colón del domingo de entre los 17 barones territoriales del PP.

En un principio la dirección de Casado también quiso evitar esa imagen de su máximo jefe manifestándose en la misma protesta que el de Vox. Pero la batalla por la hegemonía de las derechas hizo finalmente a Génova 13 rectificar, confirmando la participación de Casado. Desde el partido aseguran, no obstante, que no se volverá a producir una foto en la que se pueda ver a los líderes de los tres partidos –la del domingo es, insisten, de una protesta de la “sociedad civil”–, como en 2019.

El PP la evitará en un momento en el que consideraba que ya había iniciado el proceso de reunificación del centro derecha bajo sus siglas –una obsesión de Casado desde las primarias de 2018–, por haber absorbido todo el voto de Ciudadanos en las elecciones madrileñas del 4 de mayo y la constante mejora en las encuestas.

Los populares habían lanzado hace tan solo dos semanas su propia campaña contra los indultos, en pugna con las de Vox y Ciudadanos, con la esperanza de hacer caer al Gobierno de Pedro Sánchez. Se trata de una estrategia calcada a la que mantuvo el partido en 2006, cuando lo lideraba Mariano Rajoy, contra el Estatut catalán y, en general, todas las políticas del entonces presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. El plan pasa por recurrir a los tribunales, participar en movilizaciones callejeras y recoger firmas –Génova 13 dice que ya ha recopilado más de 35.000–.

El PP pierde el control de la agenda

Pero con la convocatoria de la protesta del próximo domingo por parte de la plataforma de Rosa Díez el PP perdió el control de la agenda y la hegemonía de las protestas contra esa medida de gracia a los presos independentistas. Vox fue el primer partido que confirmó que asistiría y los populares fueron, por tanto, a rebufo de la extrema derecha.

Uno de los grandes argumentos de la dirección de Casado contra dichos indultos era que los líderes independentistas “lo volverán hacer”, en referencia al referéndum del 1 de octubre de 2017. Por eso también supuso un golpe a su estrategia la rectificación del líder de ERC, Oriol Junqueras, uno de los encarcelados, que el lunes hizo pública una tribuna en la que apoyaba por primera vez los indultos –hasta entonces solo había defendido la amnistía– y, sobre todo, renunciaba a la vía unilateral para lograr la independencia. El PP ha tratado de obviar ese giro y, junto a Vox y Ciudadanos, ha redoblado su apuesta contra los indultos.

Este martes, Casado sostenía en un tuit que “Sánchez plantea autoindultos que legitiman un delito continuado”. “Es la canción de siempre de los independentistas que dicen que ésta es la legislatura de la independencia. Un error histórico que no resuelve nada, solo salvar la vida del Gobierno”, añadía. “Hoy hay más motivos para movilizarse contra los indultos”, insistía, por su parte, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra. “El secesionismo ni se ha arrepentido ni acepta la Constitución”, subrayaba ella, antes de señalar que los independentistas “se mantienen al margen de la Constitución y siguen reivindicando lo mismo: la amnistía y el referéndum”.

Aunque se desmarcó de la protesta alegando un viaje para ver al Papa, Feijóo, que participó este martes en un desayuno informativo en Madrid al que asistió Casado, defiende que los indultos son “una herramienta” reconocida por el sistema democrático español que se puede usar “cuando resulta imprescindible” y “sirve para arreglar un problema”. Pero, a su juicio, “no se da ninguna de las condiciones” para “indultar a personas que han delinquido y han manifestado su voluntad de seguir delinquiendo”. Además, añadía que Sánchez pretende “indultar a su socio de Gobierno”. “Es un autoindulto y ahí surge el conflicto de intereses”, avisaba. “La propia vida útil, permanencia en el Gobierno y tiempo de duración de la legislatura depende de ello”.

Los argumentarios no hablan de Colón

Más moderado, Moreno Bonilla había asegurado el lunes que se alegraba de que Junqueras se hubiera “caído del caballo” con su rectificación. “Que haya visto la luz, y que por fin reconozca que no es deseable ningún procedimiento de carácter unilateral, y que la independencia es una utopía en España y Europa, y que no se va a producir nunca”, añadía. En todo caso, matizaba que “eso no resta que se hizo un daño irreparable” al “marco constitucional y a la convivencia en Catalunya” con el proceso independentista, y, “sobre todo”, que hay que tener “el máximo respeto a las autoridades judiciales que dictaminaron sentencia” y que, por tanto, se “tiene que cumplir”.

Mañueco se limitaba este martes a excusar su asistencia a la protesta de Colón “por motivos personales”.

Por el momento, la dirección del PP ha evitado defender su presencia en la protesta del domingo a través de sus argumentarios internos, las consignas que envía cada día a todos los cargos del partido para que las repitan en sus comparecencias públicas. En el remitido este martes, Génova 13 se limita a recalcar el “éxito de la campaña” contra los indultos. “La recogida de firmas está siendo un éxito en toda España, lo que demuestra que la mayoría de los ciudadanos, tal y como recogen las encuestas, están contra la decisión arbitraria de Sánchez. Con los indultos, Sánchez está comprando tiempo para un gobierno desgastado. Lo valiente en este momento es defender la ley y la igualdad de todos lo españoles”, pide repetir el equipo de Casado.