Nuevo 'pinkwashing' del PP: incumple sus promesas con el colectivo LGTBI y después reivindica el Orgullo

Siempre había habido reticencias del colectivo LGTBI a reconocer el 'cambio' que decían haber experimentado en el PP ante algunos de sus derechos como el matrimonio igualitario, después de que los populares recurrieran la ley de 2005 ante el Tribunal Constitucional y de un sinfín de manifestaciones y declaraciones contra la igualdad. Por eso, y ante el deseo de participar año tras año en la manifestación estatal del Orgullo, en Madrid, en 2017 la FELGTB quiso comprobar el compromiso del partido y le exigió que suscribiera un acuerdo para apoyar la Ley de Igualdad que estaba entonces en tramitación en el Congreso.

Los populares se comprometieron a respaldarla y el colectivo invitó al PP por primera vez en la historia a la multitudinaria marcha que tuvo lugar en la capital, que en la edición del año pasado celebraba el World Pride, el Orgullo mundial.

Sin embargo, cuando llegó el momento de tomar en consideración esa ley, el partido obvió esa promesa y decidió abstenerse. Meses después presentaba una norma diferente en forma de enmienda a la totalidad –rechazada en el Parlamento–, que excluía asuntos clave como la despatologización de la transexualidad, las mejoras en los derechos de filiación o la formación en diversidad y obviaba lo relativo a sanciones, un aspecto fundamental para acabar con la discriminación y los delitos de odio. Además, el PP se quedó solo al no respaldar otra proposición de ley de transexualidad que permitía a estas personas cambiarse de nombre y sexo en el registro sin declararse enfermos.

Ambos gestos fueron considerados por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) como “la consumación de la mayor traición hacia el colectivo LGTBI por parte del Partido Popular desde el recurso al Tribunal Constitucional del matrimonio igualitario”. 

Pero con la llegada de las celebraciones del Orgullo de este año, el mismo PP que se ha opuesto en los últimos meses a los avances de los derechos y de la igualdad ha vuelto a vestirse de simpatizante del colectivo, en un claro ejercicio de pinkwashing –lavado de imagen rosa–. El pasado jueves, día del Orgullo, el propio partido utilizaba su cuenta oficial de Twitter para sumarse a las celebraciones de los ciudadanos LGTBI, provocando un fuerte rechazo en las redes. “El orgullo de ser iguales, tolerantes y respetuosos. Ames a quien ames lo importante es ser feliz. #Orgullo2018”, señalaba. 

En plena campaña interna para hacerse con la Presidencia del PP, la secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, decidía también lanzar un mensaje en ese sentido, con un colorido vídeo con el mensaje Love is love: “El amor, la diversidad y el respeto siempre suman, lo que hace daño es el odio y la intolerancia. Que todo el mundo sea libre para querer a quien quiera y como quiera. #Orgullo2018”, decía, evitando en todo caso un respaldo explícito a las reivindicaciones del colectivo LGTBI. También en esa línea se manifestaba el líder de los populares catalanes, Xavier García Albiol: “Mi apoyo para que todos podamos querer en libertad y respeto mutuo #LGTBI #EstimaComVulguis”.

A pesar de estas declaraciones tanto del partido como de algunos de sus dirigentes, la FELGTB y el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), organizadores de la marcha del Orgullo del próximo fin de semana, han decidido no invitar ni a representantes del PP ni al presidente de la Comunidad de Madrid a encabezar la manifestación ni a celebrar la reivindicación al final en el escenario de la plaza de Colón de la capital.

Según explicó el miércoles en rueda de prensa la presidenta de FELGTB, Uge Sangil, a aquellos partidos que quisieran participar en la cabecera de la manifestación les han vuelto a pedir una hoja de ruta para la aprobación definitiva de la Ley de Igualdad LGTBI que sigue en fase de tramitación en el Congreso. Y los populares no les han enviado el compromiso afirmativo con esa normativa. “El PP no va a estar. Una sí, dos no”, concluía.