El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió el martes la “urgencia” de actuar para mejorar el control de la venta de armas en el país, al presentar un conjunto de medidas ejecutivas para tratar de evitar que, como ocurre ahora, 30.000 personas mueran anualmente en incidentes con armas de fuego.
En un acto en la Casa Blanca, acompañado de familiares de víctimas de la violencia causada por las armas, Obama subrayó que Estados Unidos ha vivido “demasiados tiroteos” masivos en los últimos años y que eso no ocurre en el resto de países desarrollados.
“Tenemos que tener un sentido de urgencia” porque cada día mueren personas a causa de las armas de fuego, afirmó el presidente al lamentar que, “en lugar de pensar en cómo resolver el problema”, el asunto se ha “polarizado”, en clara referencia a las duras críticas de los republicanos a sus medidas.
Insistió en que sus medidas no son “un complot” para, como afirman la mayoría de los republicanos, restringir el derecho a portar armas recogido en la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense.
“Sabemos que no podemos detener cada acto de violencia, cada acto de maldad en el mundo, pero tal vez podemos evitar uno”, enfatizó Obama al sostener que el pueblo estadounidense no puede seguir siendo “rehén” del “lobby de las armas”.
Visiblemente emocionado en la parte final de su discurso, Obama recordó el tiroteo ocurrido en diciembre de 2012 en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.
“Cada vez que pienso en esos niños me enfurezco”, dijo Obama entre lágrimas.
Precisamente a raíz de esa matanza y de otras ocurridas en 2012, Obama trató de presionar al Congreso para sacar adelante leyes para el control de la venta de armas de fuego, pero los legisladores ni siquiera aprobaron la propuesta que generaba más consenso y que buscaba implantar un sistema universal de verificación de antecedentes de los compradores.
Las medidas presentadas por Obama son limitadas, ya que sus asesores han considerado que acciones como establecer unilateralmente la universalidad de la revisión de antecedentes o prohibir los cargadores de munición de alta capacidad van más allá de su autoridad legal.
Pese a lo limitado de las medidas, los republicanos, tanto legisladores como los aspirantes a la candidatura presidencial del partido, han criticado duramente a Obama porque consideran que quiere limitar el derecho a portar armas de los estadounidenses.
Una de las medidas clave del paquete ejecutivo de Obama es la que requiere que toda persona que haga negocio con la venta de armas se registre, obtenga una licencia federal y, por tanto, asuma la obligación de revisar los antecedentes criminales y de salud mental de sus compradores.
Hasta ahora, solo los vendedores de armas con licencia federal estaban obligados a revisar los antecedentes, mientras que los que lo hacían en mercados informales como ferias o internet esquivaban este mecanismo de control.