Un cargo público va a hacer una rueda de prensa. Convoca a los medios de comunicación y comparece. Posteriormente acepta preguntas, o no, y horas más tarde las redacciones reciben en sus direcciones de correo electrónico la correspondiente nota de prensa redactada por los departamentos de comunicación de la administración correspondiente y las fotografías oficiales del acto. A partir de ahí, cada medio tomará la decisión de usar ese material si lo considera.
Recientemente se produjo un hecho “extraordinario” según la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (ANIGP-TV) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). El 9 de julio el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez recibió en La Moncloa por primera vez al Presidente de Catalunya Quim Torra. Al margen de la cobertura habitual para este tipo de encuentros, se produjo un paseo por los jardines del Palacio al que únicamente accedieron los medios audiovisuales del equipo de La Moncloa. “No estaba previsto, pero estaba el fotógrafo de Moncloa”, explican fuentes de la secretaría de estado de comunicación.
Posteriormente, se enviaron gratuitamente 23 fotografías y un vídeo a los medios. ANIGP-TV y FAPE rechazaron la actuación por entender que se trata de “competencia desleal”. Pero, según Moncloa, “se distribuyó para tratar de ayudar a los medios”.
Ese día fue la gota que colmó el vaso pero no era la primera vez que Comunicación de Moncloa cerraba las puertas a los profesionales. Al menos otros cuatro actos se han celebrado desde que Sánchez es presidente sin cobertura de medios, únicamente con la posterior distribución de material oficial, según estas asociaciones. “Ha sucedido con tres reuniones de la vicepresidenta Carmen Calvo y la toma de posesión de Teresa Fernández de la Vega como presidenta del Consejo de Estado”, asegura Víctor M. Lerena, presidente de ANIGP-TV.
“Si lo distribuyes gratis, estás impidiendo que los fotógrafos cobren por ello” añade Nemesio Rodríguez, presidente de FAPE. Una cobertura de un acto de este tipo ronda, según ANIGP, de los 40 a los 70 euros por unas 10 instantáneas.
Una situación muy parecida se produjo en Catalunya el día de la toma de posesión del president Quim Torra. “El servicio de comunicación vetó la entrada de medios gráficos por falta de espacio en la sala” explica Xavier Puig, portavoz del Colegi de Periodistes de Catalunya. El Colegio se quejó y “se consiguió que entraran las tres agencias de prensa y no ha vuelto a pasar” asegura Puig.
Camino a la “uniformidad informativa”
Pero la gravedad de los hechos tiene más connotaciones para los profesionales que ven en este gesto una amenaza a la independencia del medio. “Yo te doy las fotos que yo quiero. A mí quién me garantiza que antes de sonreírse no estaban discutiendo [Sánchez y Torra]”, argumenta Eduardo Méndez, segundo vicepresidente de ANIGP-TV.
“Quien tiene que decidir qué foto se publica es el medio. Estamos llegando a la uniformidad informativa”, considera el también tesorero de la asociación. Como fotógrafo “puedo tomar otros ángulos, que reflejen la situación. Un organismo oficial solo enviará la que le interese” se queja.
Reporteros Sin Fronteras se suma a las críticas. Su presidenta en España, Macu de la Cruz, recuerda que “al gobierno anterior se le criticó su excesiva afición a las ruedas de prensa sin preguntas”. “La distribución de imágenes 'controladas' en lugar de permitir a los profesionales acreditados captar el momento tiene muchos rasgos en común con los comunicados leídos sin posibilidad de preguntar” considera de la Cruz.
“La producción, selección y distribución de imágenes de un acto es una táctica de imagen corporativa propia de la empresa privada que no tiene cabida en el ámbito público”, afirma Cruz quien considera que “no es coherente con la actitud de transparencia y libre acceso a la información que debe tener un gobierno democrático”.
“No conozco ningún país de nuestro entorno en el que el interesado distribuya sus propias fotos”, relata Méndez y argumenta que sí existen fotógrafos oficiales pero “ni las asociaciones ni los propios medios permiten que les dirijan la información de forma tan descarada”.
Hasta un 95% de los fotógrafos son 'freelance'
“Hay muchos fotógrafos que cobran por pieza porque son freelance. Tal y como están las cosas estás precarizando un trabajo que ya de por sí es precario”, denuncia Mendez. En toda España hay de un 75 a un 95% de fotógrafos freelance que, según las asociaciones, antes eran un 50%. “La prensa es el sector más castigado de la crisis después del ladrillo y los que más los fotógrafos y los cámaras”, explica Méndez.
Las asociaciones rechazan, también, el servicio de distribución de la foto oficial porque “muchas veces son profesionales quienes la hacen pero otras es un señor, el trabajador de turno del gabinete de prensa, con un teléfono móvil”. Este modo de trabajo, ya instalado, “nos afecta muchísimo” dice Méndez. El vicepresidente cuenta que “hay mucha gente que tiene que dedicarse a otra cosa” porque únicamente de la fotografía no puede subsistir.
El presidente de FAPE cree que puede darse un “precedente peligroso” porque los medios se podrían ahorrar el coste de pagar a los fotógrafos. En cambio, para el Colegi de Periodistes de Catalunya el foco está en los medios: “Los servicios de prensa tienen todo el derecho de enviar su información, que es comunicación corporativa, otra cosa es como lo acogen los medios”.
“En Catalunya grandes medios se están ahorrando fotógrafos en los los dos últimos años y más en los últimos meses”, asegura Puig. “Yo creía que cuando la calidad informativa se viera afectada el lector iría a los medios en los que hay que suscribirse pero esto no se está dando como debería”, lamenta.
A la espera de una reunión
FAPE y ANIGP-TV están pendientes de una fecha para reunirse a principios de septiembre con el secretario de estado de comunicación al que trasladarán esta queja así como una reivindicación de hace tiempo: una acreditación genérica para todo tipo de coberturas, un documento permanente que evite a los profesionales tener que registrarse para los diferentes actos. Lerena recuerda la urgencia del encuentro porque “la cosa está calentita”.