Un organismo defensor de los derechos humanos de Nicaragua respaldó hoy el cierre de una prisión conocida como “El Chipote”, que alberga antiguas celdas de tortura de la dictadura de Somoza y del primer régimen sandinista (1979-1990).
Uno de los directivos del Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh), Norvin Solano, dijo a periodistas que apoyan el cierre de esa prisión, al confirmar que “existen denuncias sobre violaciones a los derechos humanos” en ese lugar.
Según el Cenidh, las principales violaciones están relacionadas con el irrespeto al debido proceso legal, porque sus cárceles son utilizadas tanto para detenciones preventivas como para cumplimiento de condenas.
Solano especificó que esas cárceles son utilizadas, sobretodo, en casos que llaman la atención a nivel nacional o cuando el acusador tiene especial interés en las mismas.
El representante del Cenidh mencionó casos como el de los falsos periodistas de Televisa y el de un grupo de mineros artesanales que protestó contra una empresa minera canadiense, entre otros.
“Esas circunstancias hacen pensar que las personas que son trasladadas a El Chipote van por quiénes son ellas o por quién es la víctima”, alegó.
Aunque las agresiones físicas aparentemente no forman el grueso de las denuncias, el Cenidh confirmó que se han presentado casos en que los reos son agotados físicamente bajo algunas técnicas, cuando las autoridades así lo deciden.
La opositora Bancada Democrática Nicaragüense (BDN) presentó el martes pasado un proyecto de ley para declarar Museo Nacional esa prisión.
La iniciativa busca el “cierre definitivo” del penal de “El Chipote”, en la que se ubica la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía Nacional, y que sea declarada Museo Nacional y Patrimonio Histórico de la Nación, de acuerdo al proyecto.
“El Chipote” es un sitio que durante la dictadura de los Somoza (1937-1979) fue utilizado como centro de tortura por la Oficina de Seguridad Nacional (OSN).
Luego por la Dirección General de Seguridad del Estado durante el primer régimen sandinista de los años ochenta del siglo pasado.
La jefa de la Dirección de Auxilio Judicial, Glenda Zavala, ha dicho que en esas celdas no se practican en la actualidad torturas a reos, aunque sí ha admitido que existen condiciones precarias.
En sus celdas guarda prisión Raquel Alatorre Correa, considerada la cabecilla de un grupo de mexicanos que se hicieron pasar por periodistas de Televisa y a los que en agosto de 2012 se les incautó en Nicaragua 9,2 millones de dólares.
Allí también mantuvieron detenido en mayo pasado, por cuatro días, al fotógrafo chileno Héctor Retamal, de la Agencia France Presse (AFP), antes de ser expulsado de Nicaragua por las autoridades por “violar la Ley de Migración”.