Un análisis de imágenes por satélite efectuado por la ONU ha confirmado que el edificio principal del templo de Bel, en la localidad arqueológica de Palmira (centro de Siria) y en manos del grupo terrorista Estado Islámico (EI), ha sido destruido.
El Instituto de las Naciones Unidas para el Entrenamiento y la Investigación (UNITAR) del Programa Operacional de Aplicaciones Satelitales (UNOSAT) ha publicado en Twitter en las últimas horas fotografías que muestran los efectos de la explosión del pasado 30 de agosto en el antiguo templo de Bel.
Las imágenes por satélite muestran la ciudad de Palmira antes y después de esa deflagración y, en ellas, se puede apreciar la destrucción prácticamente total del edificio principal del templo de Bel.
La confirmación de la ONU de la destrucción del templo de Bel se produce horas después de que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos revelase los nuevos daños en la famosa ciudad arqueológica situada en el este de la provincia siria de Homs.
Miembros del EI dinamitaron diferentes partes del mayor edificio de Palmira, dedicado a la deidad suprema babilonia y cuyo techo, ya desaparecido, estaba originalmente recubierto de oro.
“Hasta ahora no tenemos información detallada, datos o fotos de lo sucedido en Bel. Solo contamos con una visión preliminar y los testimonios de gente local de Palmira”, dijo el lunes a Efe Mohamed Nazir Auad, director del Departamento sirio de Edificios Antiguos.
Auad responsabilizó a la comunidad internacional de todas las pérdidas en las antigüedades y la ruinas “tesoro” de Siria, y exigió “un plan inmediato para detener y prevenir toda devastación y destrucción de las ruinas” del país.
Este es el segundo templo de Palmira que los extremistas atacan este agosto, tras hacerse con el control total de la ciudad arqueológica el pasado mayo.
El EI destruyó el histórico templo de Baal en Palmira el pasado 23 de agosto, después de haber colocado gran cantidad de explosivos en el monumento de 2.000 años de antigüedad, situado a decenas de metros del teatro romano.
Palmira, cuyas ruinas grecorromanas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es considerada una reliquia única del siglo I a. C y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano por las columnas de su famosa calle principal y por sus templos, entre ellos el de Baal.
Esta localidad fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.