Los países de la ONU prevén cerrar en los próximos días su Pacto Mundial para la Migración, una gran iniciativa para tratar de gestionar el fenómeno a escala global que contrasta con el auge de los discursos nacionalistas y xenófobos.
La sede de Naciones Unidas será escenario a partir de este lunes de la última ronda de negociaciones del pacto, que será adoptado oficialmente el próximo mes de diciembre en una cumbre internacional en Marruecos.
El texto, sin embargo, quedará totalmente cerrado esta semana, tal y como explicó a Efe el embajador de México ante la ONU, Juan José Gómez Camacho, quien dirige el proceso junto a su homólogo suizo, Jürg Lauber.
Todos los Estados miembros de Naciones Unidas participan en la discusión, con la única excepción de Estados Unidos, que bajo el Gobierno de Donald Trump decidió retirarse al considerarlo incoherente con sus políticas migratorias.
El documento, conocido oficialmente como el Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada, se estructura en torno a 23 grandes objetivos e incluye toda una serie de compromisos concretos, aunque no jurídicamente vinculantes.
Entre ellos, según el borrador más reciente, figuran el de aumentar las vías de migración regular, utilizar la detención de migrantes solo como “última opción” o facilitar su acceso a servicios públicos sin importar su estatus.
Algunos de los puntos clave, sin embargo, están aún pendientes de un acuerdo definitivo, que los países deberán cerrar durante los próximos días.
Según Gómez Camacho, entre ellos está cómo garantizar protección para aquellos inmigrantes que, pese a no ser considerados refugiados, están en situación de vulnerabilidad.
También deben precisarse las diferencias entre los inmigrantes regulares y los que no lo son, qué servicios básicos deben dar los Estados a los irregulares o cuándo debe facilitarse la regularización.
Entre las cuestiones pendientes figura además definir en qué circunstancias puede repatriarse involuntariamente a una persona y la obligación de los países de origen a aceptar el retorno de sus nacionales.
El pacto es el resultado de un acuerdo logrado en 2016 por los líderes internacionales, que decidieron abrir la negociación de dos grandes acuerdos, uno sobre migrantes y otro sobre refugiados.
En el caso del pacto sobre migración, tras un año de consultas, las negociaciones intergubernamentales arrancaron el pasado febrero y culminarán en esta sexta y última ronda.
El proceso se ha desarrollado mientras en numerosos países crece la retórica anti-inmigrante, algo que para Gómez Camacho ha creado una “enorme paradoja”.
“Por un lado, a nivel global, en algunas partes hay un discurso en contra de la migración y, no obstante, estamos llevando a cabo y a punto de concluir un proceso absolutamente histórico”, explicó a Efe.
Según el diplomático mexicano, los mensajes contra la inmigración de Gobiernos como el de EE.UU. o los de varios países europeos “curiosamente han tenido el efecto de fortalecer la negociación”.
El pacto, según Gómez Camacho, va a “reescribir la narrativa mundial sobre la migración”, con un relato basado en “evidencias” y no en “percepciones, ideologías o prejuicios”.