Las candidaturas rivales a la de Alberto Garzón para la asamblea de Izquierda Unida de junio, sobre todo las que respaldan Gaspar Llamazares y el actual coordinador, Cayo Lara, están convencidas de que ya hay un acuerdo “precocinado” con Podemos para ir juntos a las elecciones sin que aparezcan las siglas de IU.
A dos meses de una posible repetición de las elecciones, escenario en el que ya están situados los partidos tras haber encallado las negociaciones para formar gobierno, el líder de Izquierda Abierta, Gaspar Llamazares, asegura a Efe que Garzón y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, tienen ya el acuerdo prácticamente hecho, a falta de “calentarlo”.
Para el excoordinador federal, Iglesias quiere utilizar a IU como una “cataplasma” para remediar su “malísima gestión” en Podemos, pero los números no son como aparentan -advierte- y los 5 millones de votantes en las elecciones de diciembre más el millón de IU no sumarán seis millones.
No será así porque una parte de IU no votará a esa coalición, explica Llamazares, que insiste en que “no comparten nada” con Podemos. Es más, afirma que están tan distantes del partido de Iglesias como lo están del PSOE. Contempla “colaborar” con Podemos en un futuro, pero no ir de la mano con un partido que, en su opinión, busca fagocitar a IU.
Ahora Iglesias quiere hacerlo “con una OPA amiga en lugar de la OPA hostil” que lanzaron el año pasado sobre IU, asegura Llamazares, recordando los meses de tiras y aflojas, con desprecios incluidos por parte de Iglesias, que acabaron con un sonoro portazo a la pretensión de Garzón de concurrir con Podemos a las elecciones.
Llamazares repite que ese pacto está pergeñado y sólo están esperando el momento propicio para hacerlo público, que en el caso de Iglesias cree que llegará cuando se despeje del todo el encontronazo con su número dos, Íñigo Errejón, no muy inclinado a tender puentes electorales con IU.
Garzón, señala Llamazares, no quiere plantear todavía un tema que provoca ampollas en un amplio sector de IU y esperará a tener las manos libres -se da por hecho que se hará con el timón de IU- y decidir únicamente con los suyos la política de alianzas.
Algo parecido intuyen los que avalan la ponencia “IU, sí con más fuerza”, que firma, entre otros, Cayo Lara y que presentará igualmente una lista al cónclave de junio. Sin ser tan críticos como Llamazares, opinan que ya se están dando pasos hacia ese entendimiento electoral y albergan cierta desconfianza hacia las verdaderas intenciones de Garzón.
Por eso subrayan que cualquier acuerdo que se alcance tiene que “respetar” la identidad política y organizativa de todos sus integrantes, señala el secretario de Economía de IU y portavoz de esta ponencia, José Antonio García Rubio, en una conversación con Efe.
Quieren igualmente que las siglas de IU figuren en esa eventual coalición, cuya fórmula podría ser “Podemos-Unidad Popular-IU”, y que el pacto, si dale adelante, se someta a la consulta de las bases.
García Rubio pone reparos a la estrategia de crecimiento de Garzón, porque, si bien comparte su idea de que la organización debe superar sus propias fronteras y “hacerla más grande”, no comulga con su visión de “dejar atrás IU”, olvidando su historia y su trayectoria a pie de calle.
Tampoco le gusta cómo Garzón está asumiendo el liderazgo de IU, que aún no tiene de facto, ya que es una persona -afirma- que “entra a matar, no integra y le gusta ir por libre”, sin consultar con el resto de la formación, un modelo “que no tiene tradición en la izquierda”, apunta García Rubio.
Y mientras una gran parte de Izquierda Unida piensa que Garzón tiene armado un acuerdo con Podemos, desde su entorno insisten en que ni siquiera se han abierto negociaciones para explorar esa posibilidad, contradiciendo a lo que Errejón ha dicho estos días, cuando aseguró que ya había conversaciones entre los líderes de las dos fuerzas para ver si se puede llegar a algún punto de encuentro.