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Fue una referencia velada pero que no se le escapó a nadie. Tampoco a su protagonista. Durante su primer mitin como secretario general de Podemos, en Barcelona, Pablo Iglesias lanzó un mensaje a la CUP y a su electorado a través de una de sus caras más visibles, David Fernández: “Os prometo que a mí no me veréis dándome un abrazo con Rajoy ni Mas”. Fernández, diputado autonómico de la Candidatura d'Unitat Popular, se fundió en un abrazo con el presidente catalán el día de la consulta soberanista. La frase no sentó nada bien. Y las reacciones públicas posteriores así lo confirman.
El primero en salir al paso fue el propio Fernández, quien envió “un abrazo sincero y entero” a Iglesias en Twitter. El mensaje tiene hoy más de 2.800 retuits y ha sido marcado como favorito más de 1.700 veces. Pablo Iglesias respondió en la misma noche del sábado: “Gente como tú es ejemplo y referente”.
El roce parecía solventado pero Fernández se ha mostrado este martes contrariado en una entrevista en Catalunya Ràdio. “Me sabe mal personalmente porque es una persona muy respetada y querida, y me sorprende porque no se puede hablar de nueva política con los tics de la vieja”, ha asegurado el diputado de la CUP. “Una cosa es la crítica y otra el ataque calculado”, ha insistido.
Poco después, el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, dirigía un mensaje de apaciguamiento a Fernández en Twitter: “De los nuestros y un referente”.
El duelo dialéctico pone de relieve el complicado momento que atraviesa la política catalana y lo acertada que fue la decisión inicial de Podemos de pasar de puntillas por Cataluña durante la campaña de las europeas. Con todo, el partido de Iglesias logró 117.096 votos, un 4,66 % de los emitidos en la comunidad. La CUP no concurrió entonces, pero desde su aparición se ha convertido en una de las apuestas electorales al margen de los partidos tradicionales.
La extensión territorial que ahora está acometiendo les ha obligado a salir a la luz en una comunidad donde el debate no está dominado por los escándalos de corrupción o los ajustes presupuestarios, sino por el proceso soberanista, un terreno en el que Podemos no se encuentra cómodo y en el que no funciona el nuevo discurso con el que ha irrumpido el partido en el resto de España.
A todo esto hay que sumar el proceso para que la CUP confluyera con Guanyem Barcelona, iniciativa a la que Podemos presta más que un apoyo testimonial. Además de los mensajes públicos lanzados por Iglesias en favor de Ada Colau, Guanyem y Podemos comparten dirigentes, entre los que destacan Jaume Asens, portavoz de la primera y miembro del Consejo Ciudadano estatal del segundo. Esta misma mañana, David Fernández ha apostado en Catalunya Radio por una candidatura conjunta con Procés Constituent.
Guanyem y Podemos comparten posición: sí a una consulta que vaya más allá de la cuestión soberanista. “Queremos decidirlo todo”, aseguró la iniciativa ciudadana cuando el Tribunal Constitucional suspendió la consulta del 9N. La CUP, como otros partidos catalanes, apuesta por lograr la independencia, pese a que en otros asuntos difiera de los compañeros de viaje del ala soberanista del Parlament. Y presionó a Podemos para que se posicionara justo antes del mitin de Barcelona. E Iglesias lo hizo.