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Pablo Iglesias apela a la “eficacia” frente a las propuestas de más participación

Vistalegre, Carabanchel, Madrid. Doce de la mañana. Miles de personas esperando. Y aparece Pablo Iglesias, una hora más tarde de lo previsto, en el coso de la plaza de toros multiusos. Acompañado por Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Luis Alegre. El público se pone en pie y grita al unísono el lema de Podemos, que ya se ha convertido en himno: “Sí se puede; sí se puede; sí se puede”.

El escenario sobre el que José Luis Rodríguez Zapatero se dio baños de masas hace diez años se ha convertido este fin de semana en el lugar en el que Podemos se está dando un homenaje humano colectivo. Los cinco profesores universitarios que hace diez meses salieron de sus despachos para lanzarse a la arena electoral están ahora en la arena de Vistalegre, micrófono en mano, dirigiéndose a las miles de personas –8.000, según la organización–, para defender su modelo de partido en la Asamblea fundacional de Podemos. “Imagínate”, comentaba Luis Alegre al fin del acto, “nosotros, que estamos acostumbrados a hablar en clase, y ahora estamos ante miles de personas”.

Entre esas miles de personas hay activistas curtidos en mil batallas –ya sea en organizaciones o en la mera batalla del día a día–; hacktivistas que hacen un paréntesis de la tecnopolítica para escuchar una sucesión de mítines al estilo más clásico –y participar en las votaciones a través de Appgree–; exsimpatizantes de otras organizaciones –bautizadas por Podemos como “casta” total o parcialmente–, curiosos y observadores. Hay un poco de todo... menos banderas, pancartas y símbolos, salvo el omnipresente círculo.

Muchos de ellos se arrancaron con “cumpleaños feliz” cuando Pablo Iglesias subió al escenario por primera vez. Este viernes fue su cumpleaños: 36. Pero también se arrancaron con un “Pablo, presidente”. Desde que el 25 de mayo por la noche, al acabar el escrutinio de las elecciones europeas salieron ante los seguidores congregados en la plaza del museo Reina Sofía, no había habido otro acto multitudinario de Podemos.

Pero este no es un acto cualquiera. Es el momento en el que Podemos está discutiendo cómo quiere ser. “No hay censura. No tenemos miedo a discutir porque nos jugamos un país”, ha afirmado en su primer discurso Iglesias. Y, entre la propuesta del equipo promotor y la de los eurodiputados Pablo Echenique, Teresa Rodríguez (militante de Izquierda Anticapitalista) y Lola Sánchez, que es la única alternativa con un número significativo de apoyos en la red, “hay que elegir”.

¿Enmiendas? ¿Consensos? No. Ni lo uno, ni lo otro. “El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto”, ha sentenciado Iglesias, parafraseando a Karl Marx, quien describió a los parisinos de la Comuna de París como “valientes hasta la locura” y “dispuestos a tomar el cielo por asalto”.

“No se trata de consensos, de cocinar las cosas, eso es vieja política. El debate, la discrepancia, la diferencia... No estamos acostumbrados a ello: la democracia es elegir, votar”, decía más tarde Luis Alegre.

Iglesias, aficionado al baloncesto, al que ha recurrido en sus dos discursos, ha hecho el siguiente paralelismo con el partido España-EEUU de 2008: “Navarro, Gasol, Marc, Rudy… Ese partido sí lo podíamos ganar. Y estuvimos a punto. Estamos en una como esa, y no nos podemos equivocar. No podemos fallar ni un triple, tenemos que hacer los cambios adecuados y no cargarnos de personales. No nos conformamos con ser segundos. Salimos a ganar”, ha zanjado entre aplausos. Y, para ganar, Iglesias explicó: “Queremos ocupar la centralidad del tablero. Existe una mayoría que apuesta por la decencia”, explicó, “que los ricos paguen impuestos, que se democratice la economía. Una mayoría que sabe que el problema es que hemos estado gobernados por mangantes. Y dijimos basta. Dijimos que los que rompen España son los que tienen cuentas en Suiza. Sean del PP, del PSOE ode Convergència, no tienen más patria que sus cuentas”.

¿Y qué es lo que hay que elegir? Cómo quiere ser Podemos. Básicamente, hay dos visiones organizativas diferentes: la que encabeza el propio Iglesias, Claro que Podemos, y la propuesta de Echenique, que reclama, entre otras cosas, tres secretarios generales y que el 25% de la dirección sea elegida por sorteo.

A ello se ha referido Iglesias en el turno de preguntas por Appgree cuando le han planteado: “¿Cuáles son las líneas rojas del borrador Echenique que os impide liderar con su modelo?”. Ha afirmado: “Aquí no hay líneas rojas, hay opiniones diferentes, y cuando hay opiniones diferentes, aquí no tenemos miedo. No tiene por qué haber pactos para rehuir el conflicto ni pactos entre familias como en los partidos de la casta para que a la gente no se le permita discutir opciones diferentes. Vais a ser vosotros y 130.000 personas más los que decidan cuáles opciones os parecen mejores. A mi juicio, hay dos elementos fundamentales que nos diferencian: no estamos de acuerdo en que el 25% de la dirección sea elegida por sorteo. Una de las razones por las que nos tienen miedo y hay cientos de columnistas a sueldo escribiendo contra Podemos es porque somos eficaces. La selección la vais a elegir vosotros. Y tres secretarios generales no ganan a Rajoy y Sánchez, uno, sí”.

Y eso que el sábado era el día para discutir los modelos éticos, no los organizativos. Pero Iglesias ha sido preguntado. Y ha respondido así, apelando a la eficacia ante las propuestas que reclaman mayor horizontalidad y participación, a una pregunta que aparecía dos veces entre las ocho más votadas de todas las que se le habían formulado.

El encargado de defender el documento ético que presenta el equipo Claro que Podemos ha sido Juan Carlos Monedero, a quien le han terminado silbando porque su exposición se excedía del tiempo estipulado: “El respeto a los derechos humanos es una línea roja: no caben machistas, racistas, corruptos ni explotadores. Proponermos primarias abiertas porque nos hemos cansado de la gente que decide a espaldas del pueblo. Somos una fuerza estatal y los pactos poselectorales se plantearán en una consulta abierta a toda la ciudadanía de cada territorio”. “En financiación”, ha continuado, “descartamos cualquier financiación bancaria, queremos que los banqueros sigan diciendo que les preocupamos. A nosotros nos preocupa que no haya una banca pública aunque la hemos rescatado con nuestro dinero”. “Tumbamos las puertas giratorias. Y no queremos biografías consagradas: ocho años, excepcionalmente 12, es el límite. Luego, al trabajo como todo el mundo”, ha afirmado.

En el posterior turno de preguntas, han preguntado a Monedero por la doble militancia, que ellos quieren excluir en los órganos de dirección, lo cual dejaría fuera a su número dos en el Parlamento Europeo, Teresa Rodríguez, militante de Izquierda Anticapitalista (IA). IA, partido en el que militaba el propio Alegre antes de las elecciones europeas, participó activamente en la génesis de Podemos.

Monedero también ha vuelto a aludir “a los partidos del régimen que están en la UCI”, como en su día hizo cuando se le preguntó por IU, si bien esta vez no la ha mencionado: “No queremos pactar con la casta, no queremos ser la UCI de ninguna organización política del régimen del 78 como hemos dicho otras veces, no queremos que se nos cuelen aquellos que ya no pueden usar su marca, no sabéis la alegría que me da que llevéis la camista de Podemos, decidme quién puede llevar la camiseta de su partido por la calle”.

Después de cuatro horas de discursos y propuestas, este domingo, mañana y tarde, se abordarán los modelos políticos y organizativos. El político, que marca las líneas maestras electorales –en las municipales, con los Ganemos y en aquellos que se decida; y en las autonómicas, preferentemente en solitario– está menos discutido.

El organizativo, como ya se ha anticipado este sábado, sí tiene más aristas, hasta el punto de determinar no sólo cómo será la organización sino las personas que la encabezarán. Iglesias y su equipo, además de apelar a la “eficacia” y recurrir al paralelismo con el dream team del baloncesto español para reivindicar su modelo frente al resto –fundamentalmente el del equipo de Echenique–, han vuelto a dejar claro que la dirección del partido no puede estar en aquellos cuya propuesta organizativa resulte perdedora: “No somos como la casta, que le da igual el modelo. Si perdemos, habréis ganado vosotros, y nos echaremos a un lado. Y los compañeros que han tenido más apoyo tendrán la legitimidad y todo mi apoyo para liderar Podemos y defender su modelo organizativo”.

Al mismo tiempo, Iglesias ha lanzado un mensaje al equipo de Echenique: “Sé que si la gente está de acuerdo con nuestra propuesta se echarán a un lado, porque son gente honesta, para apoyarnos en este trabajo”.

A partir del lunes, todos aquellos que se hayan registrado en Podemos –130.000 según la organización– tendrán una semana para elegir y votar entre las diferentes propuestas. Es decir, en palabras de Iglesias, entre más o menos “eficacia”. Y entre un Podemos con Pablo Iglesias al frente y un Podemos sin Pablo Iglesias al frente.