La esperada reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para desatascar las conversaciones entre el PSOE y Podemos ha concluido de forma positiva para ambos, aunque por motivos distintos. El secretario general de Podemos ha anunciado que renuncia a ser él mismo el vicepresidente de un posible “Gobierno a la valenciana”, como había exigido desde que hizo su oferta de Ejecutivo de coalición el pasado 22 de enero, y se ha mostrado abierto a dialogar con Albert Rivera aunque solo para reclamar su abstención.
“Tengo que contar con el 'sí' de Ciudadanos. Lo puedo decir más alto, pero no más claro”, ha respondido el líder del PSOE. Sánchez ha aplaudido las rectificaciones de Iglesias y ha asegurado, sin concretar, que él lleva “101 días cediendo” para lograr un Gobierno.
“Estoy contento, ha sido una reunión que se ha producido en un tono muy cordial”, así ha comenzado Iglesias tras su reunión con Sánchez. “Puedo constatar una voluntad mutua para continuar el diálogo”, ha continuado el líder de Podemos, que ha planteado a su homólogo socialista que la mejor vía es la del apoyo de 161 diputados. Podemos defiende la fórmula de “Gobierno a la valenciana” y Pablo Iglesias está dispuesto a no formar parte del Ejecutivo si es el problema para que se forme: “Si para que haya un gobierno a la valenciana mi presencia es una dificultad para el PSOE, estoy dispuesto a ceder y no estar en ese Gobierno. En política hay que saber ceder”, ha expresado. “Si esa iba a ser la excusa, la razón para rechazar un Gobierno progresista, se acabó la razón”, ha zanjado.
El líder del PSOE ha asegurado después que “con todas las cautelas” España está “más cerca del Gobierno del cambio que de la repetición de elecciones”. Sánchez, sin embargo, ha insistido en la fórmula “Gobierno progresista y reformista”, lo que incluye a Ciudadanos. “Ni vía 161 ni vía 131. Apostamos por la vía 199”, que incluye el voto afirmativo tanto de PSOE, como de Podemos y de Ciudadanos.
Sumarse al pacto con Ciudadanos
Este martes, Sánchez ya ofreció a Podemos compartir Gobierno con Ciudadanos, una opción que, con ambigüedad, rechazó horas después Íñigo Errejón. El partido de Albert Rivera rechaza rotundamente apoyar -mediante el voto favorable o la abstención- un Ejecutivo del que forme parte Podemos, según ha reiterado José Manuel Villegas tras la reunión de Sánchez e Iglesias.
El secretario general del PSOE ha puesto sobre la mesa una fórmula que permitiría, en su opinión, un acuerdo a tres: mantener en el documento sellado entre Sánchez y Albert Rivera aquellas medidas que también acepte Podemos. “El resto lo llevamos al Congreso y que sean todos los grupos los que decidan”, ha explicado. “Los españoles han dicho que quieren que el Gobierno no esté en Moncloa, sino que esté en el Parlamento”, ha dicho Sánchez.
Iglesias ha asegurado que Sánchez le ha reconocido que “en su partido causa mucho rechazo” su presencia en ese Gobierno. “Le he dicho que no hay problema y que por mí no iba a ser”, ha explicado. “Le ha parecido bien”, ha dicho Iglesias sobre la impresión que ha tenido el líder socialista de su renuncia a ocupar la vicepresidencia.
Sánchez ha dado una versión diferente sobre la renuncia de Iglesias. Ha ironizado diciendo que “él mismo se propuso y él mismo se excluye” y ha señalado que su partido “no veta a nadie”.
No obstante, su paso atrás no supone que Podemos renuncie a formar parte del Consejo de Ministros, ni a la Vicepresidencia del Gobierno. Iglesias ve lógico que si el jefe del Ejecutivo es del partido más votado, “la vicepresidencia la ocupe la segunda fuerza” y que el reparto de carteras “sea proporcional” entre las fuerzas que apoyen ese Gobierno. “No toca hablar de nombres, toca hablar de programa”, ha dicho Iglesias sobre los posibles aspirantes a entrar en ese Ejecutivo, aunque ha mencionado a Íñigo Errejón, Carolina Bescansa o Pablo Echenique como posible nombres que, a su juicio, podrían realizar una buena labor en Moncloa.
Iglesias: el pacto PSOE-C's “no sirve”
El líder de Podemos será a partir de ahora quien encabece la comisión negociadora de su grupo. Ese puesto lo ocupaba hasta ahora su número dos, Iñigo Errejón: “Si me pongo en cabeza es para dejarme la piel en que el Gobierno a la valenciana sea posible”. Para Iglesias, es fundamental “intentar” una vía distinta a la que se ha probado hasta ahora en la investidura de Sánchez con el acuerdo con Ciudadanos.
Así, Iglesias ha manifestado su voluntad a reunirse con Albert Rivera, pero ha explicado que será para pedirle que permita que haya un Gobierno progresista. “Ojalá la buena relación del PSOE con Ciudadanos sirva para que se pueda abstener o incluso votar a favor. Estoy dispuesto a explicárselo a Albert Rivera”, ha dicho Iglesias, que espera de él que tenga “responsabilidad de Estado”.
Esta opción de que Iglesias se reúna con Rivera ha sido interpretada por el PSOE como la apertura de una opción de ese gobierno a tres al que aspira Sánchez. El líder del PSOE ha zanjado: “Tengo que contar con el sí de Ciudadanos. Lo puedo decir más alto, pero no más claro”.
Sánchez no renunciará al 'sí' de Ciudadanos
PSOE y Ciudadanos han insistido desde la investidura fallida en que es sobre esa base sobre la que deben girar todas las conversaciones para la formación de un Gobierno e invitan al resto de fuerzas a hacer “aportaciones” que puedan “mejorar” el documento inicial. “Si le parece insuficiente lo acordado, estamos abiertos a que nos diga qué elementos de mejora debemos contemplar”, ha dicho Sánchez, que no pretende aceptar un escenario distinto al del 'sí' de Ciudadanos sobre la base del acuerdo ya firmado. “Si hemos llegado a un acuerdo y tengo el sí de Ciudadanos sería un retroceso que se abstuviera”, ha respondido Sánchez sobre el planteamiento de Iglesias. Sin embargo, para Iglesias ese acuerdo “forma parte del pasado”. “Ese pacto no sirve”, ha reiterado.
El candidato socialista ha reconocido que esa es la principal “discrepancia” que tiene con Podemos y le ha llevado a admitir al final de su larga rueda de prensa que el entendimiento es “casi imposible”. Aunque ha insistido en que lo relevante tras la reunión con Iglesias es que admite sentarse con Ciudadanos y en que hoy hay “una esperanza”, ha reconocido que tiene dificultades para que su plan de los 199 apoyos salga adelante, dado que el punto de partida de Podemos es distinto al suyo.
“Hablando se entiende la gente”, ha contestado sobre cómo pretende cambiar las posturas de sus interlocutoresº. “Es difícil, es complicado, es casi imposible”, ha admitido. “Hay que tomarse la reunión de hoy como un avance. Ha habido un cambio de actitud, que ha sido sincero lo veremos pronto”. “Veremos en qué se puede materializar”, ha sentenciado fiándolo todo a las conversaciones que, a partir de ahora, Iglesias mantenga con socialistas y Ciudadanos.
Sánchez e Iglesias se han reunido durante dos horas en la sala Martínez Noval del Congreso, situada en la zona de los socialistas, que han escogido ese espacio para todas las negociaciones de investidura, excepto para la reunión de la mesa a cuatro que se celebró a instancias de Alberto Garzón y que no se retomó tras el pacto del PSOE y Ciudadanos. La escenografía de este encuentro ha sido distinta a las demás: ambos dirigentes se han encontrado en la calle y han bajado juntos unos metros de la Carrera de San Jerónimo hasta el lugar en el que han mantenido la conversación.
El líder de Podemos ha regalado a su homólogo socialista un libro sobre la historia del baloncesto en España: “Es bueno empezar por lo que nos une”, dice la dedicatoria.