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Alberto Garzón defiende ante Pedro Sánchez un acuerdo de PSOE y Unidos Podemos que pueda facilitar Ciudadanos

Pedro Sánchez y Alberto Garzón en un encuentro fortuito en el AVE.

Irene Castro

Encuentro discreto de Pedro Sánchez y Alberto Garzón. Los líderes de PSOE e IU se han reunido para abordar una posible alternativa al Gobierno de Mariano Rajoy en el marco de las conversaciones que el socialista está manteniendo con el resto de fuerzas para explorar qué posibilidades hay para salir del bloqueo y evitar terceras elecciones. El llamamiento de Sánchez, que no quiere postularse sin garantías de éxito, es a las “fuerzas del cambio”, es decir, a Unidos Podemos y Ciudadanos. 

Sin embargo, los dirigentes de esas dos fuerzas han señalado la inviabilidad de estar juntos en un proyecto. Es lo que ha defendido Garzón en su encuentro con Sánchez. El coordinador federal de IU se ha mostrado determinado a que el PSOE y Unidos Podemos alcancen un pacto que reciba el aval de Ciudadanos para que eche a andar. Garzón descarta, por tanto, que pueda haber un acuerdo a tres.

“IU está en disposición de apoyar una hipotética investidura del PSOE siempre y cuando exista un compromiso programático con medidas destinadas a mejorar la vida de la clase trabajadora”, señala la coalición de izquierdas en un comunicado. “Creemos que hay números parlamentarios para frenar el neoliberalismo más salvaje y dar oxígeno a las familias que peor lo están pasando. Ello conllevaría, naturalmente, el esfuerzo político necesario para construir la posibilidad de la investidura. Trabajar el apoyo y/o la abstención de otros grupos -Ciudadanos, PNV, Compromis, PDC...- para comprometerse con un programa de gobierno que contenga elementos suficientes para servir de esperanza para las clases populares”, agrega IU.

También Pablo Iglesias -con quien Sánchez habló por teléfono este martes por la tarde- dejó caer esa fórmula  de un acuerdo de gobierno entre socialistas y la coalición de izquierdas que Rivera “facilitase”. “Que no se oponga y se abstenga”, fue uno de los planteamientos del líder de Podemos, que ve complicada esa ecuación y aboga por que a los 156 diputados de PSOE y Unidos Podemos se sumen los de PNV, ERC y Partit Demòcrata Català. Esa opción es inaceptable por parte de Sánchez por los límites impuestos por los barones en el Comité Federal. Los socialistas sostienen que la gobernabilidad “no puede descansar” en quienes se quieren ir de España. 

Hasta ahora, los “contactos exploratorios” de Sánchez con los demás líderes han sido telefónicos, pero se ha visto cara a cara con Garzón. El PSOE decidió que los contactos para “buscar una solución” al bloqueo fueran de mayor a menor representación parlamentaria, por lo que Sánchez comenzó a hablar con Rajoy y después con Iglesias. Fuentes socialistas señalaron que la existencia de otros interlocutores de las confluencias de Podemos dependerían de la decisión de la propia coalición.

El próximo contacto de Sánchez será previsiblemente con Albert Rivera, salvo que también hable con En Marea, En Comú y Compromís. Sánchez insistirá ante el presidente de Ciudadanos en la necesidad de un acuerdo entre las formaciones que se presentaron a las elecciones propugnando el cambio.

“La responsabilidad de todos y cada uno de diputados que presentamos una candidatura para cambiar las cosas, diputados que conformamos todos los grupos que representamos a las fuerzas del cambio, la responsabilidad que tenemos es la de ofrecer una solución al país, al atasco político en el que lo ha sumido Mariano Rajoy”, dijo de forma críptica Sánchez desde la tribuna del Congreso. 

Gobernar en solitario, una baza de Sánchez

El líder del PSOE ha mantenido la incógnita sobre cuál es su propuesta concreta más allá del “cambio”. Él insiste en apelar tanto a Unidos Podemos como a Ciudadanos. Según ha publicado la Cadena SER, el secretario general del PSOE pretende conseguir el “sí” de ambas fuerzas y gobernar en solitario con el apoyo de sus 85 diputados. Sería su fórmula para evitar el veto mutuo entre Iglesias y Rivera.  En el equipo de Sánchez se limitan a decir que aún no se ha llegado a la “fase” de hacer una propuesta y que esta dependerá de la conversación que mantenga con el resto de fuerzas. 

En Ferraz piensan que esa maniobra de Sánchez podría prosperar ya que los pronósticos electorales de Ciudadanos y Unidos Podemos son, a su juicio, malos. Así, creen que la presión sobre Rivera e Iglesias favorecerá a Sánchez, que está convencido de que resistir en el no a Rajoy le beneficiaría en las urnas. 

Sin embargo, en el sector más crítico con Sánchez ven con recelo los movimientos que ha emprendido el secretario general. “Con 85 escaños no se gobierna nada, se dimite”, coinciden varios dirigentes. El PSOE de Susana Díaz le ha pedido que “no engañe” a los ciudadanos con la posibilidad de un acuerdo que ven “inviable”. También la dirigente María González Veracruz, muy próxima a Sánchez, ha reconocido que un acuerdo alternativo tiene un porcentaje “bajísimo” de posibilidades de éxito. 

Antes de que Sánchez lanzara desde la tribuna del Congreso su idea de que las fuerzas del cambio deben ponerse manos a la obra para buscar una “solución”, tanto miembros de la dirección como del equipo negociador lo daban por imposible. Ahora siguen admitiendo que es “muy difícil”. 

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