Pedro Sánchez pacta con sus barones las líneas rojas de un acuerdo con Podemos

El PSOE no ha parado en navidades. La confrontación que se ha hecho pública entre Pedro Sánchez y varios barones encabezados por la presidenta andaluza, Susana Díaz, les ha mantenido ocupados durante toda la semana por las discrepancias sobre los posibles pactos de Gobierno. En la discusión subyacían los intentos de algunos dirigentes territoriales de iniciar el proceso de sucesión de Sánchez al frente del partido, pero el secretario general ha conseguido este domingo ganar tiempo.

El líder socialista se ha reunido en Ferraz con todos los dirigentes territoriales –incluidos los siete presidentes regionales y varios miembros de la Ejecutiva, entre ellos su número dos, César Luena- para abordar el cruce de declaraciones que se ha producido en los últimos días sobre las aspiraciones de Sánchez de llegar a la Moncloa.

Finalmente, han alcanzado un acuerdo que será el que se presente este lunes en la reunión del Comité Federal: si Mariano Rajoy fracasa al intentar ser investido presidente, Sánchez podrá sentarse a negociar con Podemos pero con condiciones. La principal es el ‘no’ al referéndum que exigen los de Pablo Iglesias, según han explicado a eldiario.es fuentes presentes en el encuentro, que se ha prolongado durante más de cuatro horas. “Es nuestra línea roja”, ha expresado el presidente asturiano, Javier Fernández, a su salida de Ferraz.

Los principales dirigentes territoriales del PSOE mostraron desde el pasado lunes su disconformidad con el intento del candidato socialista de articular un Gobierno de “cambio y progresista” que pasaba por recibir el voto favorable de Podemos y el resto de grupos de la confluencia y que necesita el apoyo al menos de ERC y PNV. Los barones consideran que los ciudadanos han colocado al PSOE “en la oposición”. “No salen las cuentas para sumar una mayoría”, ha afirmado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, esta tarde a su llegada a la sede del PSOE.

Lo que Ferraz ha defendido estos días es que Sánchez se siente a negociar con Podemos en el caso de que Mariano Rajoy sea incapaz de formar Gobierno. El líder socialista trasladó por teléfono Pablo Iglesias su negativa a la consulta al decirle que el encaje territorial deben decidirlo todos los ciudadanos votando “un nuevo acuerdo” constitucional y “no la ruptura”

Sin embargo, Susana Díaz se mostró contraria a hablar con Podemos: “No nos podemos sentar a negociar con fuerzas políticas que están planteando la ruptura de España”, expresó en una entrevista en la Cadena Ser.

Los dirigentes más críticos amenazaron con llevar a la reunión del Comité Federal una resolución alternativa a la de Ferraz con la que bloquear cualquier posibilidad de pacto que pueda hacer a Sánchez presidente. Ese escenario supondría una votación de los 250 miembros del órgano interno. Tanto Ferraz como los dirigentes que planeaban presentar un texto alternativo han hecho números en los últimos días.

Esa confrontación absoluta se ha disipado en la reunión de este domingo con el consenso sobre un texto que satisface a todas las partes y que será el que defienda la dirección socialista este lunes ante los miembros del Comité Federal. Sánchez ha logrado así una cierta calma interna.

Algunos dirigentes presentes en la reunión sostienen que, en este momento, el escenario más probable será el de repetición de elecciones al entender que Rajoy no logrará el voto favorable de la mayoría del Congreso y que Iglesias no renunciará a su condición del referéndum. Esas fuentes consideran que el PSOE debe ir con una posición fuerte a unos nuevos comicios y dejar claro que ha sido por Podemos por lo que no se ha podido lograr un acuerdo de izquierdas.

Aplazado el debate sucesorio

En el fondo de este último episodio de confrontación en el seno del PSOE subyace el enfrentamiento entre Sánchez y dirigentes críticos con su gestión, entre ellos la presidenta andaluza. A algunos barones, entre ellos el presidente asturiano, Javier Fernández, tampoco les ha gustado que la dirección socialista haya anunciado su intención de aplazar el congreso en el que se revalidará a Sánchez al frente del partido o en el que se elegirá un nuevo secretario general. Ese cónclave debería celebrarse en febrero, según los estatutos del partido, pero Ferraz ha expresado su intención de posponerlo a primavera, una vez que haya finalizado el periodo de investidura.

Esos dirigentes consideran que la maniobra persigue blindar a Sánchez como candidato ante las posibles elecciones que tengan que repetirse y no están dispuestos a que así sea dado que ha cosechado el peor resultado de la historia del PSOE. El presidente valenciano, Ximo Puig, ha sido el más claro: “Si hay nuevas elecciones el PSOE debe analizar si cambia al candidato”, respondió en una entrevista en Las Provincias.

No obstante, sobre ese tema no se ha profundizado en la reunión de este domingo, según han señalado varios de los asistentes. “Se puede tensar la cuerda hasta cierto punto”, ha admitido en conversación con esta redacción un dirigente presente en la reunión.

Después de conocerse la intención de algunos dirigentes de abrir el proceso de sucesión de Sánchez –una vez que se impidiera su posible desembarco en Moncloa-, desde el entorno más fiel al secretario general se lanzó la campaña #YoConPedro, que ha recibido el apoyo de cientos de militantes. En Ferraz están convencidos de que el secretario general, pese a no contar con mucho apoyo orgánico, podría mantenerse al frente con el apoyo de la militancia. La discusión sobre liderazgo del PSOE ha quedado aplazada, al menos esta noche, para otro momento.