El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha presentado este miércoles en el Congreso para explicar la postura con la que su Gobierno asistirá al Consejo Europeo de los próximos 28 y 29 de junio. El presidente ha aclarado que quiere escuchar la opinión del resto de formaciones con carácter previo a la celebración de la importante cita europea en la que se abordarán temas vinculados a las migraciones, seguridad y economía.
Sánchez ha explicado ante la Cámara que la decisión del Ejecutivo de abrir el puerto de Valencia para acoger a los migrantes del buque Aquarius se planteó como “una llamada de atención, un aldabonazo en mitad del silencio ante quienes deciden mirar hacia otro lado”. Tras esa decisión, el Gobierno de España quiere impulsar en Europa un debate para buscar una solución conjunta a la crisis migratoria bajo el criterio de que “los desafíos migratorios no afectan en exclusiva al país de entrada de los flujos”.
El presidente ha intentado matizar la idea lanzada por Emanuel Macron sobre la creación de “centros cerrados” en Europa para concentrar a los migrantes. Según Sánchez es una idea que “está en pañales” y se refiere a la posibilidad de designar “puertos seguros” donde recibir a los migrantes y ofrecer “una respuesta europea”. Sánchez se desliga así de las críticas de quienes han entendido que la primera propuesta pasaba por la creación de grandes CIES a nivel europeo. Ante los reproches de Pablo Iglesias, Sánchez le ha contestado que como garante de los flujos migratorios “los CIES no podemos cerrarlos”, pero le ha asegurado que no es “ajeno al mandato de la Cámara” respecto a la revisión de las condiciones de esos centros.
Además, España se ha ofrecido a liderar la interlocución con países de tránsito como Marruecos “con recursos económicos de la UE detrás”. En esos lugares se daría “una respuesta perfectamente alineada con ACNUR”, ha aclarado Sánchez.
Buena parte del discurso del presidente se ha dirigido precisamente contra las fuerzas euroescépticas y xenófobas que han experimentado un importante crecimiento en países de la UE, aunque no se ha referido a ninguna en concreto. Sánchez ha reivindicado la defensa de los “valores” que respaldaron la creación de la Unión Europea frente al “virus de movimientos que se empeñan en dar marcha atrás en el reloj de la historia”. El presidente ha reiterado que Europa se enfrenta a la “encrucijada” quienes apuestan por los “consensos” frente a los que quieren construir “muros”.
Unión bancaria y fondo europeo de desempleo
En materia económica, Sánchez ha defendido la necesidad de avanzar en la unión bancaria a nivel europeo que, a su juicio, se ha “puesto en marcha tibiamente”: “Se ha actuado para atajar síntomas que causaron estragos. Se trata de avanzar en la lucha contra las causas para evitar escenarios no deseados”. “Queda mucho por hacer”, ha advertido Sánchez, para quien la UE debe aprovechar este “ciclo favorable”. Según el presidente del Gobierno “la crisis económica reveló fallos graves en el funcionamiento de la unión monetaria y económica. Con el paso de los años ha quedado claro que el euro carecía de mecanismos necesarios para ayudar a los países con impactos asimétricos”.
España defenderá la puesta en marcha de mecanismos fiscales que permitan “estabilizar” y “ayudar a los países más pobres de la eurozona”. También ha enfatizado la necesidad de impulsar la puesta en marcha del fondo europeo contra el desempleo, que demuestre el compromiso de la Unión en la lucha contra uno de los principales efectos de la crisis económica en los países más azotados por la recesión delos últimos años. Sánchez ha asegurado que no solo “constituye inversión en estabilidad política e institucional” sino que permite “reducir riesgos de crisis económicas futuras”.“Europa no puede ser un gigante económico caminando con lentitud”, ha sentenciado el presidente del Gobierno.
Rifirrafe con ERC
Además de los temas europeos, varios grupos han sacado a relucir temas nacionales, como el PP con el acercamiento de los presos o ERC con el conflicto territorial. Joan Tardà ha reconocido que la relación “está tocada” tras la decisión del PSOE de votar en contra de una moción que pedía diálogo sin renuncias ni condiciones y de que el presidente dijera sobre el 1-O que es una “página hay que pasar”.
“Abandonar vías unilaterales y sentarnos a hablar”, ha sido la respuesta del presidente, que ha admitido que es probable que el problema no se solucione en esta legislatura, pero se ha mostrado favorable a bajar la confrontación: “El nivel de confrontación se ha visto distentido y tenemos que seguir en esa línea.