Pedro Sánchez ve en el discurso de Rajoy más motivos para el 'no'

Pedro Sánchez cree que ni el acuerdo de PP y Ciudadanos –que permite a Mariano Rajoy someterse a la investidura con 170 votos a favor– ni el discurso del candidato conservador le dan razones para permitir que gobierne. El candidato socialista se ha reforzado en el no de su grupo.

En su intervención, que comenzará las 9 horas de este miércoles, así se lo trasladará al presidente en funciones, a quien reprochará la gestión que ha realizado en los últimos cuatro años con su mayoría absoluta y cargará contra el pacto que ha rubricado con el partido de Albert Rivera que, a su juicio, es “conservador y continuista”. 

El líder del PSOE recordará a Rajoy que los números para la investidura no le dan, como hizo el presidente en funciones hace casi seis meses cuando fue Sánchez quien se sometió sin éxito a la confianza de la Cámara. Fuentes socialistas aseguran que eludirá “aquellas desafortunadas expresiones en tono displicente que utilizó Rajoy para menospreciar el acuerdo con Ciudadanos”. Rajoy llegó a decir que Sánchez estaba sometiéndose a la investidura por su propia supervivencia y que aquello era “corrupción”. 

No obstante, Sánchez aprovechará su intervención para criticar el acuerdo que ahora el PP ha cerrado con Ciudadanos. “Teníamos razones para votar en contra. Después del acuerdo con Rivera tenemos más razones. Este no es nuestro acuerdo”, aseguró tras reunirse con Rajoy para reiterarle su rechazo. 

Para el PSOE, el programa con el que Rajoy se somete a la investidura “no rectifica los elementos nucleares de las leyes aprobadas en estos cuatro años de mayoría absoluta”. Por eso, dedicará parte de su intervención a enumerarlos a partir de un informe que han elaborado los servicios técnicos de Ferraz. 

Ese informe, en el que Sánchez basará su argumentación y al que ha tenido acceso eldiario.es, analiza el texto rubricado entre PP y Ciudadanos. Los socialistas desmontan la teoría de Rivera de que 100 de las 150 medidas acordadas figuraban en el 'pacto del abrazo' que el PSOE firmó con él. “Es más criticable por lo que no contiene que por las medidas que enumera”, señala ese informe, que sostiene que el acuerdo es más coherente con la continuidad de las políticas del PP que con una apuesta por un gobierno de cambio y progresista por el que Ciudadanos apostó no hace tanto tiempo“. 

Sánchez sostiene que el líder “de un partido imputado” no puede llevar a cabo la regeneración que necesita España. Así, ve “claramente insatisfactorio” el acuerdo de Rajoy y Rivera en cuanto a la calidad democrática y reprocha a Ciudadanos que haya cedido en sus compromisos contra la corrupción.

El PSOE considera que es poco ambicioso y se queda en una mera declaración de intenciones. Por ejemplo, recuerdan que la comisión de investigación de la financiación ilegal del PP habría salido adelante en el Congreso con los votos de la oposición, aunque los conservadores se hubieran opuesto. “No se habla de primarias ni de vincular la financiación a elementos de democratización interna ni de responder patrimonialmente sobre las actuaciones de sus cargos que hayan derivado en financiación ilegal”, señala el informe de los socialistas sobre la reforma de los partidos políticos. 

“Los números no salen”

El PSOE tampoco ve con buenos ojos la propuesta de que doce vocales del Poder Judicial sean elegidos por los propios jueces, porque supone “volver al sistema corporativo” de la institución. “Garantizaría una mayoría conservadora en este órgano con independencia de la pluralidad ideológica de la ciudadanía representada en el Congreso”, dice el informe de los socialistas.

En la bancada de Sánchez, donde el discurso de Rajoy ha parecido aburrido e insustancial, ha sorprendido que el candidato del PP no haya hecho ninguna mención a esta propuesta.

En materia económica, Sánchez defiende que “los números no salen” para Rajoy y que no explica cómo pretende cumplir con las imposiciones de Bruselas sin cambios estructurales en el sistema fiscal. Uno de los aspectos más relevantes para el líder socialista es que “no deroga la reforma laboral” ni los aspectos más lesivos, como sí hacía, a su juicio, el acuerdo de PSOE y Ciudadanos.

El mantenimiento del salario mínimo interprofesional es otro de las bazas para el PSOE, que sostiene, además, que el complemento salarial que Ciudadanos ha conseguido colar al PP solo ayuda a quien ya tiene un empleo. Sánchez considera necesaria una medida como el ingreso mínimo vital que planteó el PSOE para las familias sin ingresos. 

Tampoco son suficientes para los socialistas las medidas sociales de las que presumen conservadores y liberales. Así, la recuperación de los niveles de financiación para dependencia respecto a 2011 ignoran que en ese momento “no existía desarrollo completo de la ley” puesto que no estaban incorporados buena parte de las personas dependientes, según el informe elaborado por el grupo socialista. 

Para Sánchez, Ciudadanos no puede presumir de que el PP se comprometa a congelar la LOMCE en los aspectos que aún no hayan entrado en vigor. Es la misma redacción que figuraba en el pacto Rivera-Sánchez, pero el tiempo que ha pasado desde entonces ha hecho que todas las medidas estén ya en marcha. La promesa de aumentar las becas también es insuficiente para los socialistas porque no se garantiza que se reconozcan como “derecho subjetivo”.

Sánchez no se fía del pasado de Rajoy

Otro de los reproches del PSOE es que Ciudadanos y PP no pretendan acometer una reforma de la Constitución. Además, Sánchez ve “conservador” el pacto porque no toca aspectos como la represión del derecho a huelga del artículo 315 del Código Penal o el mantenimiento de la prisión permanente revisable. 

Esos argumentos sirven de base al líder socialista para justificar su rechazo, pero también lo hará apoyándose en los cuatro años de gestión “absolutista” que le impiden fiarse del PP. Sánchez, que insiste en que Rajoy debe buscar apoyos en las fuerzas de derechas –PNV y Partit Demòcrata Català (la antigua Convergència)–, le afeará que la falta de diálogo durante su mandato “hace que ahora le resulte imposible articular una mayoría conservadora en la Cámara”, según fuentes socialistas. 

Además, el líder socialista se escudará en que Rajoy ha provocado cuatro “fracturas” –desigualdad social, territorial, institucional por la corrupción, y de falta de oportunidades por el desempleo– que impiden apoyarle ahora: “Quien ha provocado estas cuatro facturas no puede erigirse como solución”, señalan desde su equipo.

Debate post-no en el PSOE

En las filas socialistas apenas se ha escuchado contrariedad respecto al rechazo a Rajoy en esta sesión de investidura más allá de la defensa que ha hecho el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, de que si Sánchez no puede gobernar “tiene que dejar a alguien que lo haga”. Sin embargo, en el PSOE existe un debate sobre qué hacer tras el fracaso del líder del PP el viernes que se ha trasladado en el grupo parlamentario. 

Algunos barones y dirigentes, como José Luis Rodríguez Zapatero, son partidarios de convocar un Comité Federal en el que pueda replantearse el 'no' para evitar terceras elecciones. A esa opinión se sumaron este lunes varios diputados durante la reunión del grupo parlamentario, que reclamaron una reflexión a partir del día 2 de septiembre. Sostienen que los tres noes del PSOE (no a intentar una alternativa, no al PP y no a terceras elecciones) son incompatibles entre sí. Así, hay partidarios de permitir que gobierne Rajoy para desbloquear la situación. Defienden que el PSOE puede, en la práctica, gobernar desde la oposición tumbando iniciativas del PP y marcando la gestión desde el Congreso. 

Pero también hay quien defiende que Sánchez debe intentar un gobierno alternativo con el apoyo de Podemos. Las posibilidades varían: que PNV vote a favor y solo sea necesaria la abstención de Ciudadanos o que lo apoyen los independentistas catalanes. Esa es una de las líneas rojas que le impusieron los barones a Sánchez, pero hay dirigentes –como la presidenta balear, Francina Armengol, o el diputado Odón Elorza– que plantean que se levante ese veto. Sánchez mantiene, por el momento, la incógnita sobre cuáles son sus planes.