Pedro Sánchez admite que prefiere terceras elecciones a un Gobierno de Rajoy
Pedro Sánchez sigue adelante en su desafío a los barones que cuestionan su gestión al frente del PSOE. El líder socialista ha vuelto a emplazarles a defender un proyecto alternativo al suyo ante la votación que quiere celebrar el 23 de octubre: “¿Por qué dicen reflexión cuando de lo que están hablando es de la abstención?”, se ha preguntado. Sánchez ha asegurado que él defenderá intentar una alternativa y que, si fracasa, prefiere que haya terceras elecciones que un gobierno de Mariano Rajoy.
A la pregunta clara en una entrevista en la Cadena SER de qué haría si los militantes le dan el aval para intentar una alternativa a Rajoy pero fracasa en las negociaciones con el resto de partidos, Sánchez ha respondido que no apoyará al PP: “No voy a apoyar un Gobierno de Rajoy. No quiero para mi país un presidente que envió un SMS a Bárcenas diciendo Luis, sé fuerte -ha contestado-. Lo que es una mala solución es que desde la izquierda se intente indultar al PP”.
Sánchez simplifica el debate que hay en el partido a quienes abogan por la abstención y quienes apoyan su postura al frente del partido. Esa es su justificación para convocar el 39º Congreso para revisar el liderazgo. Sánchez cree que su proyecto y el de los barones -en alusión a Susana Díaz- que creen que el PSOE no puede gobernar se tienen que enfrentar ante los militantes para que elijan qué opción prefieren. Los presidentes autonómicos, como Guillermo Fernández Vara, le acusan de intentar atribuirse en exclusiva el espacio de la izquierda en el PSOE.
“Lo que no se puede hacer que se me intente imponer una decisión que no comparto para que la administre -ha expresado-. ¿Por qué hablan de reflexión cuando en el fondo de lo que están hablando es de la abstención? Creo que ha llegado la hora de poner las cartas encima de la mesa”.
Sánchez ha vuelto acusar a los dirigentes territoriales de minarle la “credibilidad” al dejar constantemente patente a “pluralidad de voces” en el seno del partido. “¿Con qué credibilidad me reúno con Rajoy si intuye que hay un debate sobre si el PSOE debe abstener o no?”, se ha preguntado: “Por eso necesito a todo el partido detrás”, ha enfatizado. Sánchez cree que imponiéndose a Díaz y el resto de dirigentes críticos logrará reforzar su “autoridad”.
No obstante, para llegar a ese punto Sánchez tiene que superar una serie de obstáculos. El primero, la votación del Comité Federal de este sábado. Es ese órgano el que tiene que aprobar definitivamente la convocatoria del congreso para principios de diciembre y la votación en primarias para el secretario general el 23 de octubre. Los números están muy ajustados, pero el secretario general confía en ganar ese cónclave.
A pesar de que este lunes fuentes próximas a él aseguraron que abandonaría la secretaría general si su propuesta era rechazada y que mantendría el escaño para dar la batalla por el liderazgo más adelante tras haber votado no a Rajoy, Sánchez ha cambiado de opinión este lunes: “No me planteo dimitir. Tengo que asumir mi responsabilidad”, ha zanjado.
En una entrevista cargada de mensajes para los dirigentes críticos, Sánchez les ha recordado que cinco de los seis presidentes autonómicos que se oponen a que él llegue a Moncloa gobiernan gracias al apoyo de Podemos. “Ninguno puede decir que yo puse cortapisas”, ha aseverado. “¿Por qué ellos sí y yo no?”, se ha preguntado.
Sobre la ruptura de Podemos con el PSOE para el Gobierno de Castilla-La Mancha, Sánchez ha admitido que no ha hablado todavía con Emiliano García-Page. En el sector crítico con Ferraz sospechan que la decisión de Podemos forma parte de la estrategia del líder socialista en su intento por llegar a un acuerdo con Pablo Iglesias.
Sánchez se ha limitado a decir que el fin del acuerdo responde al “debate” interno de Podemos sobre su relación con el PSOE y ha emplazado a los de Iglesias a apoyar los presupuestos “sociales” que ha planteado el Gobierno socialista de García-Page.