Pedro Sánchez tiene por delante horas frenéticas. El presidente del Gobierno tomará este sábado posesión de su cargo ante el rey y, posteriormente, tendrá que cerrar el fichaje de un equipo de ministros y ministras que deberían estar en uso de sus cargos a mediados de la próxima semana. Los teléfonos se mantienen a mano en el entorno del líder socialista. Las llamadas se pueden producir en cualquier momento.
Sin confirmaciones hasta el momento hay fichajes que se dan por seguros. El primero es el de la actual portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles. La exjueza siempre ha deseado los ministerios de Justicia o Interior, pero el PSOE valora en estos momentos la tensión que su nombramiento podría generar en el mundo judicial. En cualquier caso, Sánchez ya ha decidido que quiere a Robles a su lado y, de paso, darle un nuevo impulso a la portavocía en el Congreso. El perfil de Robles recuerda al de María Teresa Fernández de la Vega, lo que ha hecho que muchos piensen en ella como vicepresidenta del Gobierno.
Para una vicepresidencia suena otros nombres: Cristina Narbona, actualmente presidenta del Partido Socialista y exministra en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y Carmen Calvo.
Miquel Iceta es otra de las personas que tiene las miradas encima. Los análisis más urgentes lo ubican en el ministerio de Administraciones Públicas. Su nombramiento supondría una llamada clara a la solución del problema catalán y un reconocimiento a su papel de mediación durante los últimos meses.
Una de las decisiones más importantes que deberá adoptar Sánchez es la elección de las personas para dirigir los ministerios de Economía y Hacienda. Con los mercados en plena ebullición, en el entorno del nuevo presidente se sienten observados por Europa. En este apartado suenan varios nombres. David Vegara, Manuel Escudero o, el también catalán, Antón Costas.
Para todo lo relacionado con la organización de la presidencia Sánchez siempre ha consultado con el veterano José Enrique Serrano. El exjefe de los gabinetes de Felipe González y Zapatero es la herramienta que el PSOE ha usado cada vez que ha necesitado manejarse en las cuestiones de Estado relacionadas con el ejercicio del poder. El veterano “fontanero” ha estado toda su vida dirigiendo las cocinas de los gobiernos socialistas pero nunca, hasta la fecha, ha sido nombrado ministro.
Si las opciones de Margarita Robles no la acaban llevando al ministerio de Interior, Sánchez podría tener esa plaza disponible para otros perfiles como el del exlehendakari Patxi López. López, que también presidió el Parlamento, aplicaba este viernes en el Congreso el manual de respuesta para ministrables: negar cualquier opción y aferrarse a la frase “yo no sé nada”.
Meritxell Batet, Carmen Calvo o, la experta en Medio Ambiente, Teresa Rivera figuran también en la lista de opciones sobre las que el nuevo presidente trabaja a contra reloj.