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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias evidencian la distancia que les separa de un acuerdo

PSOE y Podemos ni siquiera han sido capaces de ponerse de acuerdo para la reunión de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pese a que ambos dirigentes coincidieron en verse las caras antes de Semana Santa.

Este martes, a las 20.43, los partidos anunciaron que, en lugar de la anunciada reunión, “los secretarios generales de PSOE y Podemos mantendrán a lo largo del día de mañana una conversación telefónica tras la imposibilidad de cuadrar las agendas respectivas. Después de la conversación se emitirá una nota conjunta”.

Ambas formaciones aseguran que la cita ha sido imposible ya que, por un lado, Sánchez ha estado fuera de Madrid y, por otro, Pablo Iglesias todavía debe guardar reposo por sus recientes problemas de salud. Fuentes de Podemos señalan que después de Semana Santa debería producirse el encuentro. En la dirección socialista creen que las conversaciones con Podemos solo serán útiles si se habla de “políticas” y “soluciones” pero no de “vetos” y “sillones”.

“Cuadrar las agendas”. Esta es la razón esgrimida para la dificultad de cerrar una hora y un lugar para el encuentro, cuya celebración se anunció hace casi una semana tras una llamada que llegó después de un intercambio de mensajes entre ambos líderes, que no se pusieron de acuerdo ni en el sistema escogido para comunicarse. No obstante, ninguno de los dos secretarios generales tiene actos previstos para la jornada de este miércoles.

En ese escenario de cruce de mensajes y declaraciones, Sánchez e Iglesias se habían citado sin fecha concreta para hablar de una investidura que tiene un margen de aproximadamente un mes para cerrarse. Ni PSOE ni Podemos pretendían acudir al encuentro bilateral –que no se sabe si se celebrará tras las vacaciones– con un cambio de postura respecto a su posicionamiento inicial: Sánchez no renuncia a su pacto con Ciudadanos y sentencia que se mantiene “vigente” e Iglesias insistirá en su propuesta de “Gobierno a la valenciana”, que para los socialistas es insuficiente porque no sumaría mayoría de síes frente a los noes que acumularía.

Los socialistas no aspiran a adelantar gran cosa en la conversación de Sánchez con Iglesias. “Se trata de normalizar las relaciones, de hablar”, explicaban fuentes del PSOE antes de emitir el comunicado en el que se constataba que no va a haber reunión al menos antes de Semana Santa. Los socialistas sostienen que siempre han tenido “la mano tendida al diálogo” y se basan en las 140 medidas del pacto con Ciudadanos que, a su juicio, Podemos podría secundar. No obstante, esas medidas ya las desgranaron y ofrecieron sin éxito al resto de formaciones unas horas antes de la segunda votación de la investidura. Solo la diputada de Coalición Canaria modificó la orientación de su voto.

Sin cambios en sus posiciones

“Esa reunión se producirá cuando constatemos que Podemos está dispuesto a discutir de políticas y no de sillones”, admitía este martes el portavoz socialista en el Senado, Óscar López. En Ferraz reconocen que no saben “qué planteamiento llevará” Iglesias. El que va a ser secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, por su parte, no se refirió este martes a la necesidad del líder de Podemos de reducir su agenda para guardar reposo sino que dejó la pelota en el tejado de Sánchez. Echenique aseguró que iglesias tenía la agenda “explícitamente limpia” a la espera del momento en el que Sánchez “tenga un hueco”.

Podemos, así mismo, pretende insistir en su propuesta de Gobierno presidido por Sánchez e integrado también por Podemos, IU-Unidad Popular y Compromís. Iglesias insiste en que las fuerzas de izquierdas suman más escaños de los que ahora tiene Sánchez con Ciudadanos. Sin embargo, el PSOE renuncia a ese “bloque de izquierdas” convencido de que “no suma” puesto que no quiere contar con la abstención de los independentistas catalanes.

En las últimas semanas las formaciones de izquierdas, entre ellas Compromís, han insinuado que el PSOE debería dar un giro hacia ellas y conseguir que la abstención sea de Ciudadanos. Es justo la estrategia contraria a la que aspira Sánchez, aunque la del líder del PSOE se encuentra con múltiples dificultades. No solo Podemos rechaza su acuerdo con Ciudadanos sino también IU-Unidad Popular y PNV a los que necesita con el voto a favor por mucho que los de Iglesias decidieran abstenerse.

A pesar de que públicamente el mensaje que lanza el PSOE es de que lo intentará todo para lograr un Gobierno a partir de un acuerdo “transversal” que permita desbancar al PP del poder, en las filas socialistas cada vez se ve más lejos el entendimiento con Podemos. El PSOE desconfía de Iglesias y la relación entre el secretario general de Podemos y Sánchez es tensa.

El alejamiento se intensificó aún más tras el debate de investidura en el que Iglesias acusó a Felipe González de tener el pasado “manchado de cal viva”. Muchos dirigentes socialistas vieron a partir de ese momento imposible llegar a cualquier acuerdo con Podemos. Un destacado diputado y miembro de la Ejecutiva reconoció en conversación con eldiario.es que no era siquiera partidario de abrir una nueva negociación con los de Iglesias tras la investidura fallida de Sánchez.

También la crisis en Podemos se ve con preocupación en Ferraz. La destitución del secretario de Organización, Sergio Pascual, próximo a Íñigo Errejón, hizo a los socialistas perder aún más las esperanzas de ver a Sánchez en Moncloa. En las filas socialistas están convencidos de que en Podemos hay dos almas: una partidaria de permitir que el PSOE gobierne mientras se refuerza el partido internamente y se hace una dura oposición que, según la dirección del PSOE, está liderada por Errejón; y otra, partidaria de frustrar cualquier tipo de entendimiento y menos preocupada por ir a unas nuevas elecciones.

El golpe de mano de Iglesias en la cúpula de Podemos se percibió en Ferraz como una retirada de poder a Errejón que tradujeron en un alejamiento de la hipotética abstención, pese a que todos en Podemos aseguran coincidir en el no al PSOE si el eje es el acuerdo con Ciudadanos. Tras la designación de Pablo Echenique como sucesor de Pascual, en la dirección socialista son prudentes, aunque recuerdan que el líder aragonés permitió que en la comunidad gobierne el socialista Javier Lambán. No obstante, también hay dirigentes del PSOE que consideran que la crisis interna de Podemos puede beneficiarles electoralmente.