El alcalde de León, Antonio Silván, tendrá que dar explicaciones este martes en un pleno extraordinario sobre el caso Enredadera. Silván, que forma parte de la ejecutiva de Pablo Casado, aparece en el sumario del caso en varias conversaciones. En la más controvertida, Silván llamaba a José Luis Ulibarri, magnate de los medios en Castilla y León y cabecilla de la trama, para informarle en directo del transcurso de una mesa de contratación .
Ulibarri, que pretendía ganar la adjudicación y que presuntamente había 'tocado' a varios miembros de esa mesa, iba perdiendo. Cuando oyó esa noticia por parte de Silván, le indicó “que lo arreglen”. Tras hacerse público el contenido de esa conversación, Silván, que había declinado hacer declaraciones a este y otros medios, acabó convocando 24 horas después una 'rueda de prensa' que en realidad fue un 'canutazo', con todos los periodistas de pie y tan sólo 5 preguntas. En ella repitió varias veces que no estaba “imputado” ni había hecho nada ilegal, porque habla con “miles de empresarios”. También en otra llamada días antes le informaba de que tenía algo ya adjudicado.
Pero, con estas declaraciones el tema no se dió por zanjado. Hay más conversaciones que hacen dudar del alcalde y de dos de sus concejales. El siguiente paso político, por parte de la oposición es presentar una moción de censura. El impulsor es el PSOE pero Ciudadanos aún no se ha pronunciado.
Un contrato de 8,8 millones
Uno de los contratos que consiguió Ulibarri en el Ayuntamiento de León es el Servicio de Ayuda a Domicilio, por valor de 8,7 millones de euros. Fue a principios del pasado mes de febrero. En una llamada el día 1 de ese mes, Ulibarri y su hija hablaban del malestar del presidente de la Diputación de León, sometido a continuos ataques desde los medios de Ulibarri y que comentó a Adriana Ulibarri que no sabía que había enfadado tanto a su padre. “Pues que mire el contrato quien lo tiene, es muy sencillo”, replica el padre. “¿Se lo ha dado a otro no?”, concluye ella. “Pues a Carflor y a Seralia, entonces qué quiere ¿que esté contento? Estaré contento con el alcalde (Antonio Silván) que nos lo hemos llevado nosotros”, comenta.
Es también interesante el asunto del concurso del Ayuntamiento de León del que Ulibarri tuvo que salir porque iba en UTE (Unión Temporal de Empresas) con una compañía del grupo ACS y Florentino Pérez había dado orden de no concursar con él por estar implicado en la trama Gürtel. Ulibarri quiso entonces llevarse un 4% anual de la facturación y advirtió en una llamada que iba a ver al “jefe del jefe” para hablar de otro asunto y de ese. Otra conversación grabada a su socio Ángel Luis García refleja que cenó con Antonio Silván y el presidente de Castilla y León Juan Vicente Herrera. ACS no se plegó a la exigencia de Ulibarri y no ganó el concurso.
El concejal 'Yiyo'
El concejal de Infraestructura y Deportes, José María López Benito, investigado en la causa, aparece en los informes de la UDEF como el hombre que facilitaba información a Ulibarri para que este pudiese acceder a concursos del Ayuntamiento. En uno de los pinchazos, López Benito prevenía al socio de Ulibarri, que insistía en tener la información sobre un concurso de 300.000 euros con los pliegos ya elaborados. “No sé, no sé, esto por teléfono no, no me jodas”, le prevenía el edil.
Se le atribuyen presuntos delitos continuados de prevaricación, fraude a la administración pública, revelación de secretos y malversación de caudales públicos. La Fiscalía considera que “de modo sistemático” procedía a la ílicita adjudicación de obra pública y que había una razón. En este caso, en algunas ocasiones pudo ser la publicación de noticias favorables.
Cita con otro edil entrando por la puerta de atrás
El teniente de Alcalde, Fernando Salguero, no queda libre de las sospechas de la UDEF. Ángel García 'El Patatero' y el delegado de Gespol, Roberto Legazpi, estuvieron en el Ayuntamiento de León, entrando “por la puerta de atrás” y llegando hasta la sexta planta en un ascensor que se activaba con llave, y sin identificarse. Salguero les atendió en un despacho para hablar de comprar el programa de pacificación de tráfico de Gespol, valorado en 20.000 o 30.000 euros.
“No es dinero”, dijo Salguero. Además el edil preguntó por Ulibarri, por quien había preguntado Silván a su vez. Los dos hombres comentaban después que Salguero los había acompañado hasta el ascensor y los despidió “entre lágrimas”. “Me va a chupar la polla”, decía uno de ellos convencido de que venderían el programa. En realidad, tenían un problema, el jefe de la policía de León, que estaba contento con el programa que manejaba y que consideraba caro el de Gespol.