La posición de Podemos ante el debate de investidura fue ampliamente discutida por su dirección, que analizó los pros y los contras de un voto que podría marcar el relato político en las semanas siguientes. La decisión adoptada, votar 'no' a la candidatura de Pedro Sánchez, se adoptó de forma conjunta y se mantiene firme. Al menos de momento. Es lo que expresan en público, y en privado, los principales dirigentes del partido tanto de la dirección estatal como a nivel regional. Próximos a Pablo Iglesias y a Íñigo Errejón. Y afines a otros sectores e independientes integrados en las listas en las generales.
El partido afronta problemas territoriales en diversas comunidades autónomas. Hasta ahora eran Galicia y Cataluña las regiones más afectadas. Las maniobras previas en el País Vasco también han sentado mal en muchos sectores. Pero el protagonismo lo ha recogido Madrid esta semana, con la dimisión de 10 dirigentes. Los dimisionarios, afines a Íñigo Errejón, han apuntado directamente al secretario regional, Luis Alegre. Alegre es muy próximo a Pablo Iglesias. Y en Podemos quieren dejar fuera del ámbito estatal las pugnas regionales.
“En el asunto de la investidura no ha habido fisuras de ningún tipo”, aseguran a eldiario.es fuentes del Consejo de Coordinación de Podemos. “Lo que hemos propuesto, lo hemos propuesto en serio. Y todos a una”, reiteran en referencia a la oferta de un Gobierno de coalición y de izquierdas que contara con Pablo Iglesias como vicepresidente y la participación de las En Comú, En Marea, Compromís e IU.
La propuesta que lanzó el pasado 22 de enero el secretario general fue también una decisión compartida. Allí estaban, arropando a su líder Errejón, pero también Carolina Bescansa, Irene Montero representantes de las confluencias e independientes como el exJemad Julio Rodríguez o la jueza Victoria Rosell. Tres semanas después Podemos volvía a intentar recuperar la iniciativa con un documento programático, que estuvo coordinado por Bescansa como secretaria de Programa y por el responsable económico, Nacho Álvarez.
En el grupo parlamentario, que incluye a los representantes de Podemos pero también de la confluencia catalana y la gallega, tampoco se difiere de la estrategia marcada, según distintos diputados consultados por eldiario.es.
En el grupo también se integran los diputados independientes, que provienen de otros partidos o de movimientos sociales. Algunos de ellos sí han mostrado su desaprobación con el tono utilizado por Pablo Iglesias durante la réplica a Pedro Sánchez en el Pleno del Congreso. Con las formas. Pero no con el fondo.
Acumulación de conflictos territoriales
“Ahora mismo no hay discrepancias”, apunta otro destacado dirigente con vitola de independiente en conversación con eldiario.es. “Se ha discutido y hay una estrategia conjunta clara”, añade. Desde Aragón, el secretario regional y diputado autonómico Pablo Echenique señala que ha habido “pocos momentos de mayor cohesión con respecto de la estrategia” en los poco más de dos años de vida de Podemos.
Echenique sí reconoce que en lo interno y en algunos territorios hay problemas. “Organizativamente Podemos siempre tiene movida”. Pero los disocia de una supuesta lucha por marcar la estrategia: “Son dos carriles distintos”, apunta usando la nueva metáfora que emplean los cargos del partido. El diputado autonómico cree que “hay un intento de que la noticia no sea que se está dando otro paso hacia la gran coalición”.
Con todo, el dirigente aragonés rechaza que se esté produciendo un estallido de movimientos internos. “No veo una erupción. Se mezcla todo: Carmena, Villarejo, Cataluña, procesos normales y democráticos y algunas diferencias que sí existen”, explica.
Entre estas diferencias que sí son reconocibles Echenique apunta a Galicia y Madrid. En ambas comunidades la vida interna de Podemos se ha convulsionado. Pero con una diferencia temporal importante. En Galicia una gestora dirige el partido desde que el ex secretario regional, Breogán Riobóo, vio cómo le dimitían la mitad de los consejeros de su dirección el pasado mes de febrero. Pero los conflictos en la organización se llevaban fraguando semanas, sobre todo desde las negociaciones de la confluencia electoral que dio lugar a En Marea.
Los estatutos del partido obligan a abrir un proceso cuando esto ocurre. Y en Madrid no ha pasado, como recuerdan desde la dirección. Distintas fuentes consultadas por eldiario.es, desde la dirección estatal a la regional, apuntan a que el momento elegido por Delgado y los demás consejeros ha sentado muy mal entre los suyos.