El inspector jefe al mando del orden público en Valencia, Alberto Salvador Enfedaque, advirtió el pasado 4 de junio a un grupo de sus subordinados contra la práctica del derecho sindical en la Policía. El jefe de los antidisturbios en la Comunidad Valenciana se quejó airadamente en una charla de que los agentes hubieran recurrido a los sindicatos ante una determinada orden de servicio y les advirtió de que tendría consecuencias, como se escucha en el audio que acompaña a esta información. “El 80% de la unidad va a estar disponible. Y ahí se cuentan: asuntos propios, bajas, paternidades, lactancias y comepollas, de todo”, afirma el mando.
Los agentes del Grupo IV habían vuelto de un servicio en Madrid, con motivo de la final de la Copa del Rey. La cúpula de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana avisó a última hora del viernes -el partido fue el domingo- de que un grupo de la UIP debía desplazarse desde Valencia para reforzar el dispositivo. El grupo al que le correspondía ya había agotado sus compensaciones, por lo que habría que abonarles el trabajo como servicios extraordinarios. Así que se recurrió a otro grupo que tenía previstas libranzas, motivando las quejas que los agentes trasladaron a los sindicatos. No sirvió de nada, y al regreso de Madrid, el inspector jefe les estaba esperando.
“Lo repito, decepcionados. Somos profesionales, somos policías, nos exigen un plus más que a los demás. No podemos venir con gilipolleces, con minutitas (…) No tenemos cojones de presentarnos ahí en el despacho y hablar conmigo. Que tenemos que ir a una puta comisaría para presentar una minuta y (…) por correo. Pero dónde cojones nos creemos que estamos. Somos niños. Eso no pasa en ninguna empresa. Y solo nosotros (…) Somos la UIP, la UIP… ¡una mierda la UIP!”, dice el mando.
El inspector jefe afirma que se “la pela” las quejas que puedan provocar la charla que está dando, celebrada en la comisaría valenciana de la calle Zapadores, mientras intercala golpes encima de la mesa. eldiario.es se ha puesto en contacto con la Jefatura Superior de Valencia para intentar recabar, sin éxito, una versión de lo ocurrido.
En un momento dado, el mando comienza a lanzar la amenaza: “Se nos está diciendo: ¿queréis asuntos propios? Afuera, nos vamos fuera… se van a calentar todos, eh. Ya está. Aquí se nos pide un poquito más. Me voy a los sindicatos, a no sé dónde. Señores, aquí están los sindicatos: tengo los escritos preparados, hay sentencias (… ) del TSJ. Se deniegan y se deniegan. Si tengo que escribir cuarenta escritos, escribiré cuarenta escritos, ¿vale? Y no de cansaré. Si en vez de en la calle tengo que estar en un despacho escribiendo estaré escribiendo, pero los denegaré, eh, con la (….) Del tribunal superior y de su puta madre. Gestión nefasta, vale, ¿eh?”.
Cada grupo de la UIP está integrado por 50 agentes, de los que no trabajan todos al tiempo nunca por libranzas, bajas u otros permisos. Salvador advierte de que los criterios para poder disfrutar de esos derechos va a cambiar: “El 80% de la unidad va a estar disponible y ahí se cuentan: asuntos propios, bajas, paternidades, lactancias y comepollas, de todo. Entonces, lo tenéis que gestionar los jefes de equipo. Que no pase del filtro, que el jefe de equipo se lo pase al subinspector, que no llegue al jefe de grupo que no llegue (…) yo no soy el (…) ni el hijo de puta que va a denegar las cosas. El 80%, a rajatabla”.
Protestas de antidisturbios
A raíz de la polémica interna, el inspector jefe Alberto Salvador ha recibido el apoyo del jefe de las UIP en toda España, Jesús Miguel Egüsquiza, informan a eldiario.es fuentes policiales. El mandato de Egüsquiza ha vivido en el pasado protestas internas. La más llamativa tuvo lugar tras los incidentes ocurridos al término de las Marchas de la Dignidad de 2014. Hubo un centenar de heridos, 67 de ellos policías.
Los antidisturbios llegaron a concentrarse en el patio de su sede en Madrid dejando una imagen inédita. Pedían el cese de Eguskiza y del entonces comisario general de Seguridad, Florentino Villabona, hoy director adjunto operativo del Cuerpo. Consideraban que las órdenes recibidas habían influido en el caos que inundó el centro de Madrid y en medio del cual resultaron heridos los policías.
El Ministerio del Interior, sin embargo, optó por recompensar con medallas pensionadas a estos mandos meses más tarde, coincidiendo con el patrón de la Policía.