La Policía Nacional ha convertido uno de sus órganos internos en un compartimento donde aparcar a los mandos que le resultan incómodos, dependiendo del partido que esté en el Gobierno, o a los que se ha visto obligado a cesar de sus anteriores destinos porque los medios de comunicación han desvelado conductas irregulares. Bajo el rimbombante nombre de Consejo Asesor de la Policía, comisarios y comisarios principales tienen asignado un destino que les permite mantener casi intactos sus honorarios pese a que pasan años sin recibir un solo encargo, hasta que llega el momento de su jubilación.
El diseño y funciones del Consejo Asesor de la Policía está recogido en una orden interna de 2013. En el texto se explica que su destino es “asesorar, emitir informes y elaborar estudios” para que el director general del Cuerpo, que también pertenece al citado órgano, pueda “mejorar la organización policial”. La Ley añade que estará integrado por 16 miembros. En la práctica es “un cementerio de elefantes”, según el termino más recurrente en la propia Policía para describirlo. Se trata de un órgano inoperante del que la Dirección General se ha negado a informar a preguntas de este medio.
En la actualidad, de esos 16 puestos del Consejo Asesor solo hay cubiertos cuatro. Son comisarios que responden a los perfiles apuntados al principio de este artículo. El caso más significativo es el del comisario Daniel Rodríguez, cesado de su puesto de jefe superior de Policía en Navarra después de que elDiario.es desvelara en octubre de 2018 que, bajo un perfil anónimo en Twitter, insultaba a autoridades de la comunidad foral y del resto de España. Fuentes policiales consultadas por este medio consideran muy escasa la diferencia en retribuciones que percibe Rodríguez en el Consejo Asesor de Policía respecto de las que percibía como jefe superior en Navarra.
Esa pérdida de salario es algo más apreciable, si bien no significativa, cuando el puesto del que el comisario ha sido cesado alcanza el de comisario general o subdirector. Se trata, por ejemplo, del caso de Enrique Barón, jefe antiterrorista de la Policía en el momento de su destitución para pasar a integrar en el Consejo Asesor de la Policía. Barón fue comisario general de Información de la Policía desde la llegada al poder del PP en 2012, pero por razones que no trascendieron fue cesado en enero de 2018, con los conservadores aún en el Ejecutivo. En una etapa anterior había dejado el Cuerpo para ser director general de Seguridad en la Comunidad de Madrid que dirigía Esperanza Aguirre. El comisario principal ha solicitado una veintena de destinos desde entonces que no le han sido concedidos, según su entorno.
Los cuatro nombres de comisarios que ocupan en la actualidad el Consejo Asesor han trascendido a partir de una pregunta parlamentaria realizada al Gobierno por el parlamentario de EH Bildu Jon Iñarritu en la que el Ejecutivo señala el destino del que proceden pero no sus identidades. El tercero de ellos es José Javier Cuasante, jefe superior de Policía en la Comunidad Valenciana hasta 2019 cuando fue destituido por el departamento de Fernando Grande-Marlaska. Cuasante era uno de los comisarios próximos al ya fallecido Juan Cotino, director general de la Policía con Aznar, y se había visto envuelto en una polémica con el Poder Judicial al retrasar durante años un informe sobre registros en el caso Brugal, de presunta corrupción del PP de Alicante, que finalmente se ha saldado con penas de multa en primera instancia.
El cuarto es el comisario Antonio Jarabo de la Peña, cesado con el cambio de Gobierno en 2018. Jarabo de la Peña es considerado un comisario muy próximo a Eugenio Pino, el director adjunto operativo de la Policía en la primera legislatura de Mariano Rajoy y artífice de la brigada política que protagonizó las operaciones Kitchen y Catalunya y las maniobras contra Podemos.
Un comisario que integró durante tres años el Consejo Asesor de la Policía recuerda cómo solo fue requerido para informar en una ocasión de un asunto. “No teníamos despacho ni mesa. Solo acceso a la sala de juntas y unas taquillas para guardar el uniforme. Tampoco podíamos utilizar los ordenadores”, recuerda. Los comisarios y comisarios principales que integran el Consejo Asesor de Policía suelen permanecer en él hasta que les llega el momento de la jubilación.