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El PP arremete contra las candidaturas de España Vaciada a un mes de las elecciones en Castilla y León

Aitor Riveiro

6 de enero de 2022 22:38 h

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“La España Vaciada son marcas blancas del PSOE”. La frase fue pronunciada en el arranque de este 2022 por la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra. Pero formulaciones similares se han podido escuchar en los últimos meses, en público y en privado, en boca de los principales dirigentes autonómicos y estatales del partido que lidera Pablo Casado. Desde que en enero de 2020 Teruel Existe accediera a apoyar la investidura de Pedro Sánchez, las derechas, con el PP a la cabeza, han visto un enemigo directo en la plataforma que aglutina el rumiado descontento de buena parte de la población de la treintena de provincias que se han sumado a la plataforma. En dichas provincias se asentó durante décadas el dominio del bipartidismo, que ahora observa con temor su irrupción en las elecciones de Castilla y León. Y han sido el granero de voto de PP, y también de Vox, en los últimos procesos electorales.

“Es evidente que hay una serie de escaños, los últimos de cada circunscripción, que hasta ahora no tenían ningún aspirante a obtenerlos, aparte de las fuerzas del bipartidismo, y ahora sí estamos nosotros”, dejó dicho el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, en una reciente entrevista en elDiario.es. En enero de 2020, Guitarte tuvo que esconderse, y recibir protección policial, por las amenazas que recibió cuando la plataforma decidió apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Dos años después la extensión de la autodenominada Revuelta de la España Vaciada será una realidad electoral. Y comenzará por Castilla y León, primera prueba de la estrategia diseñada por Pablo Casado para llegar a la Moncloa.

El próximo lunes, día 10, se abrirá el plazo para que se registren las candidaturas a las elecciones de Castilla y León, convocada de forma anticipada por Alfonso Fernández Mañueco y que se celebrarán el 13 de febrero. Salvo sorpresa de última hora, habrá listas de la España Vaciada en al menos cuatro provincias: Soria, Salamanca, Palencia y Burgos. Zamora y León han optado por esperar, según han confirmado sus promotores.

Las encuestas pronostican una amplia mayoría del PP, la práctica desaparición de Ciudadanos y su sustitución por la ultraderecha de Vox, cuyo apoyo no desdeñan Mañueco o el propio Casado, como tampoco lo rechazaron antes Isabel Díaz Ayuso (Comunidad de Madrid), José Luis Martínez Almeida (Madrid), Fernando López Miras (Murcia) o algunos de los barones etiquetados como “moderados”, como Juan Manuel Moreno (Andalucía). Pero los escaños que se disputan en esas cuatro circunscripciones bien podrían cambiar la distribución de las Cortes de Castilla y León prevista por los estrategas que han abogado por adelantar los comicios. Y poner en riesgo la investidura de Mañueco, o cuando menos complicarla.

Las dudas sobre la irrupción de la plataforma han motivado que el PP arremeta contra sus diferentes marcas. En una entrevista con Europa Press publicada el pasado día 2, Cuca Gamarra aseguraba que “detrás de todas esas plataformas” estaba “la debilidad que en estos momentos tiene el Partido Socialista”, así como su “pérdida de fortaleza política sobre los territorios rurales”. Y añadía: “Lo que hay detrás de este cantonalismo no es más que las marcas blancas del propio socialismo, que busca de esta manera captar un voto que con el cartel del Partido Socialista”.

Antes de terminar el año, el propio Mañueco respondía al anuncio de que Soria Ya! se presentaría a las elecciones de febrero. “Estas formaciones tienen como objetivo sostener al sanchismo”, dijo.

La asimilación de la España Vaciada con el “cantonalismo” tampoco es nueva. Ya durante la Convención Nacional con la que pretendió relanzar su proyecto el propio Casado aludió a los riesgos de ese “cantonalismo que va floreciendo” y que él asimiló a antiguo “colectivismo” de la izquierda que, dijo, ha mutado hacia un “identitarismo en el que nos intentan dividir en compartimentos estancos”. Y antes, en enero de 2020, durante la primera Junta Directiva Nacional de Casado tras la consecución del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, el líder del partido advirtió de la irrupción “de nuevo de un empobrecedor cantonalismo”

La diatriba de Casado contra la España Vaciada se produjo con José María Aznar sentado a su lado. El expresidente señaló en su alocución que España “no es un estado plurinacional, plurinivel ni la madre que los parió”. No fue una reflexión de un día, sino que forma parte del corpus discursivo de la derecha y sus think tanks. En el editorial del último número de la revista que edita la fundación FAES se conmina a Casado a construir “una alternativa (...) sobre los buenos modelos de gobierno territorial a los que hay que añadir la propuesta de conjunto para todos los españoles” que “centre su proyecto en una propuesta nacional y que desmienta a los que creen que en la fragmentación política o territorial se encuentran ahora las oportunidades”. Y zanja: “Las nuevas versiones de esta fragmentación, que quieren experimentarse hasta el nivel provincial, van a situar a la sociedad española ante una decisión capital para los próximos años porque se tratará de elegir entre agravar el actual modelo, disfuncional, extractivo e injusto, o recuperar las instituciones democráticas para el interés general”.

No es el único ejemplo. En junio del año pasado, en otro documento de Faes, el que fuera director general de la Policía Nacional con Mariano Rajoy y primer portavoz de Casado en el Senado, Ignacio Cosidó, dejaba escrito: “Hay que abandonar el discurso catastrofista de la España vacía y el victimismo de la España vaciada”. El propio Aznar, tras las elecciones de noviembre de 2019, se preguntaba si “es posible tener 16 partidos” en el Congreso, y añadía: “Estamos viviendo un proceso de desintegración. La crisis del régimen significa una desintegración del Estado. España está al borde del cantonalismo otra vez”. Las referencias a ese “cantonalismo” y sus riesgos en los documentos de la gran fundación de la derecha española se remontan hasta 2007.

La España Vaciada, el nuevo nacionalismo

El PP ha hecho suyo el argumentario contra el proyecto de la España Vaciada. Pero no solo. Desde las otras dos marcas estatales de las derechas también se arremete contra la plataforma, y con frases muy similares. En los primeros días de 2022 el dirigente de Ciudadanos Edmundo Bal señalaba en una entrevista de que ese “cantonalismo” se puede convertir en una suerte de nuevo “nacionalismo” y advertía de que pueden ser “capaces de apoyar cualquier opción, aunque no sea buena para los 47 millones de españoles, con tal de llevarse lo suyo y de que les firmen su cheque”.

En Ciudadanos saben del peligro de perder el voto de la España mediana y pequeña. En abril de 2019, Albert Rivera consiguió su mejor resultado electoral: 57 diputados en el Congreso. 19 de ellos los logró en las provincias más despobladas. Unos meses después, Rivera se hundió en las urnas y Vox tomó el relevo en esas mismas circunscripciones.

Por eso también desde el partido ultra observan con temor la irrupción de estas plataformas. Vox también considera “marcas blancas de la izquierda” a las candidaturas de la España Vaciada. El secretario general del partido, Javier Ortega Smith, aseguraba el pasado mes de diciembre que estas listas no tendrán “ningún efecto” porque “los españoles no son estúpidos”.

El anticipo electoral en Castilla y León ha provocado que un movimiento que tenía previsto lanzarse a nivel estatal en 2023 haya tenido que adelantar su irrupción. El 13 de febrero será el primer test de la Revuelta de la España Vaciada. Será el momento de comprobar su incidencia en la ciudadanía y su impacto para los partidos en una región que, habitualmente, ha votado a la derecha.