Los líderes del Partido Popular, Pablo Casado, de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Vox, Santiago Abascal, recuperan las manifestaciones patrióticas contra el Gobierno, a menos de una semana del inicio del juicio del procés. Las dos principales formaciones de la oposición en el Congreso se han puesto de acuerdo para llamar a una concentración unitaria que pretende ser multitudinaria y a la que Vox ya ha anunciado que también se sumará.
“Queremos que haya banderas de España pero hemos pedido que no haya logos de ningún partido”, aseguran fuentes cercanas a la organización de la protesta. “No queremos símbolos políticos”, aseguran las mismas fuentes. Aluden así a una convocatoria cuyo objeto fundamental es exigir la celebración inmediata de elecciones ante un presidente al que se tilda de “traidor” e “ilegítimo”.
La convocatoria se produce después de que tanto Rivera como Casado hayan lanzado durísimas diatribas contra el Gobierno. Casado desde Ávila llamó este lunes al presidente, Pedro Sánchez, “traidor, felón, ilegítimo, mentiroso compulsivo, ridículo, irresponsable, incapaz, desleal, catástrofe, ególatra, chovinista del poder, rehén, escarnio para España, incompetente, mediocre y okupa”. Tanto el líder del PP como Rivera han querido dar por acabada la legislatura.
“Hay que frenar a Sánchez en las calles”, ha dicho Rivera. Casado ha asegurado que el presidente es “el mayor traidor contra la continuidad histórica de la democracia española”. Tras lanzar todos esos ataques, Casado subrayó que “ahora empezarán con que crispamos” e hizo ver que durante estos últimos meses ha intentado convencer a Sánchez por las buenas pero que las relaciones entre ambos partidos están definitivamente rotas.
Las protestas del domingo en Madrid se organizan como reacción a la decisión del Gobierno socialista de aceptar la presencia de un relator en la mesa de partidos donde se prevé abrir una negociaciones política en la que estén incluidos partidos independentistas. La elección de la Plaza de Colón, en Madrid, no es nueva. Allí se celebraron también las grandes marchas del PP contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En ese mismo escenario se celebró el 10 de marzo de 2007 la concentración convocada por el PP bajo el lema “España por la libertad. No más cesiones a ETA”. En aquella manifestación, Rajoy arengó a las masas rodeado de dos símbolos para el PP de aquella época: José Antonio Ortega y María San Gil. El primero está ahora en la disciplina de Vox.
“Elecciones ya”
La negociación para organizar la protesta corre a cargo de PP y Ciudadanos. Ambos partidos compitieron para llevar primero a la Delegación del Gobierno en Madrid la solicitud de permiso para celebrar la manifestación. La solicitud de Ciudadanos llegó diez minutos más tarde que la del PP.
Los equipos de ambos partidos están liderados por Fernando Páramo (Ciudadanos) y Javier Maroto (PP). La formación que lidera Pablo Casado es la que se encarga de recabar las ideas y aportaciones del resto de partidos que se han mostrado dispuestos a apoyar la protesta: Vox, Foro Asturias, UPN y Coalición Canaria.
Los organizadores no han decidido aún el formato del acto: “O hablan todos los partidos que se suman o se elige a un portavoz independiente y se pacta un manifiesto”, aseguran fuentes de la dirección del PP.
El PP y Ciudadanos han cerrado incluir en el lema de la concentración la reclamación de “elecciones ya”. Se trata de una convocatoria que busca empujar al Gobierno fuera del poder desde la protesta en las calles. La decisión de incluir esa reclamación se produce mientras el PP duda sobre la posibilidad de presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez para la que Casado ya ha advertido que “no dan los números” y a la que Rivera no daría su apoyo.
Este martes los principales dirigentes del PP han debatido sobre las ventajas de presentar una moción de censura sin opciones de éxito contra Pedro Sánchez. En la formación conservadora no han decidido aún si dar el paso y el propio Casado ha dicho: “No descartamos nada”. Antes de que esas decisiones se produzcan, el PP quiere ir a la calle, asumiendo el riesgo de que se hará acompañar por sus principales rivales electorales en su ámbito ideológico: Ciudadanos y Vox.