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El PP copia el discurso xenófobo de Vox en el final de la campaña catalana

“Yo le pido el voto a aquellos que están a favor de la inmigración legal, pero que no admiten que la inmigración ilegal se deje en nuestras casas, ocupando nuestros domicilios y nosotros no poder entrar en nuestras propiedades”. La frase la pronunció Alberto Núñez Feijóo el pasado martes en un acto de campaña de las elecciones catalanas. Pese a que su candidato, Alejandro Fernández, no ha hecho especial hincapié en este asunto en los últimos días, el líder del PP optó por sacarlo a relucir, achuchado en las encuestas por Vox.

La extrema derecha ha reaccionado elevando la apuesta y señalando que el PP intenta apropiarse de su discurso como mera estrategia electoral. De hecho, desde Vox recuerdan a Feijóo que su partido votó a favor de admitir a trámite una iniciativa legislativa popular que pide la regularización de medio millón de personas que residen en España sin tener los papeles.

La inmigración ha cogido así foco en la recta final de la campaña. Y no por Vox o el independentismo ultra de Aliança Catalana, que no han dejado de esgrimir la xenofobia como argumento electoral. Ha sido el PP el que ha introducido el asunto y por boca de su jefe de filas, a última hora y ante el temor a 'pinchar' el próximo 12 de mayo.

Incluso el líder de Junts, Carles Puigdemont, cuyos dirigentes han tenido en ocasiones discursos que han rayado la xenofobia, ha salido al paso de la polémica provocada por las palabras de Feijóo y ha negado la relación entre migración y crimen: “La multirreincidencia tiene que ver con la pobreza”.

El líder del PP ha optado en esta campaña por pasar de puntillas por el procés, más allá de esgrimirlo como causa de todos los males de Catalunya, y las menciones a la amnistía han sido contadas. La idea de los de Feijóo era recoger todo el voto de Ciudadanos y mucho de Vox, pero los sondeos (el último, publicado este miércoles), indican un empate con la extrema derecha.

La pugna entre ambas formaciones se ha recrudecido en la última semana. El lunes, Abascal escenificaba un intento de de abrir un canal de entendimiento con Feijóo y le envió una carta en la que le ofrecía una alianza del PP y Vox. En el PP lo despreciaron como un movimiento electoral, pero al día siguiente su jefe de filas irrumpió en la campaña con su mensaje sobre la inmigración con el candidato ausente camino del debate de TV3.

A lo largo de toda la campaña los dirigentes de Vox se han volcando en vincular a las personas migrantes con delincuencia e inseguridad, o incluso con terrorismo. Para sustentar sus teorías han seguido utilizando datos, o bien exagerados o bien directamente manipulados, que aderezan con bulos y una retahíla de noticias sobre múltiples delitos que atribuyen, por lo general sin prueba alguna, a extranjeros, fundamentalmente de origen magrebí, sucesos que amplifican luego en La Gaceta de la Iberosfera, el periódico de cabecera de Vox.

La ofensiva contra la política migratoria del Gobierno de Pedro Sánchez, al que acusan de fomentar el “efecto llamada” con “falsas promesas”, llevó a finales del mes pasado a la formación de Abascal a anunciar la presentación en el Congreso y el Senado así como en todos los parlamentos regionales en donde tienen representación, una cascada de iniciativas con sus recetas para combatir “los efectos negativos de la inmigración ilegal masiva” que llega a nuestro país.

Pero los datos indican justo lo contrario: la migración no solo es buena, sino que en el caso de Catalunya es imprescindible.

Una seña de identidad que ya no es solo de Vox

Hasta ahora, el recurrente discurso contra la inmigración era una de las señas de identidad de la extrema derecha de Vox. En las anteriores elecciones autonómicas a la formación ultra le dio muy buenos frutos y logró entrar en el Parlament de Catalunya por primera vez, nada menos que con once diputados. Los de Abascal recogieron parte del desplome de Ciudadanos y del PP, que cosechó su peor resultado en unas autonómicas catalanas: tres diputados.

Cuatro años después de las elecciones de 2021, no solo Vox enarbola la bandera de la xenofobia. El independentismo ultraderechista de Aliança Catalana de Silvia Orriols amenaza con irrumpir en el Parlament a lomos de un discurso similar. Y el PP ha elevado el tono también contra las personas migrantes.

En Génova tienen como principal objetivo el 12 de mayo, casi único, ganar a Vox en las urnas a un mes vista de las elecciones europeas. Ante la resistencia de los de Abascal, y el empuje de Orriols, el PP ha optado por recuperar el que ha sido eje central de las campañas del alcalde de Badalona, Xabier Albiol. El que fuera líder del PP catalán logró el bastón de mando con la promesa de “limpiar Badalona”.

Un discurso que, antes de la campaña, compartía también el candidato del PP, Alejandro Fernández, enfrentado en ese momento con Feijóo por repetir al frente de la papeleta el 12 de mayo. Ambos mostraron su desacuerdo con el voto del PP en la toma en consideración de la ILP sobre la regularización masiva.

En Vox se han apresurado a intentar sacar los colores al PP, y le han recordado su voto en el Congreso. Una iniciativa promovida por colectivos antirracistas, pero también por Cáritas, es decir, por la Iglesia Católica.

El PP votó a favor aunque durante su debate advertía que la medida debía abordarse “con responsabilidad”, mientras Abascal insistió en relacionar la migración con la violencia sexual a mujeres. El líder de Vox tildó de “mensaje terrible” aquella iniciativa popular y la comparó con la ley de amnistía.

Abascal: “Menos mezquitas, más butifarras”

Este miércoles, Abascal aprovechó la puerta abierta por Feijóo para lanzar una soflama identitaria y xenófoba en la que llegó a decir que “100.000 malienses” están esperando para saltar a España en cualquier momento. En unas declaraciones a los periodistas durante un acto en Manresa (Barcelona), el líder de Vox relacionó migración con delincuencia, y contrapuso “mezquitas” con “butifarras”.

“Menos inseguridad, menos fiesta del cordero, menos mezquitas y más libertades, más tradiciones ancestrales, más butifarras, más sardanas, más ayudas directas a los de aquí y más libertad para las mujeres”, dijo Abascal.

El líder de Vox criticó el acuerdo para no pactar con la extrema derecha firmado por PSC, ERC, Junts, Comuns y CUP, y la ausencia del PP.

Pese a ello, Abascal se lanzó en tromba contra el PP, con quien compite directamente por la cuarta plaza en las urnas. “Lo único que le preocupa es Vox, no el separatismo ni el socialismo”, dijo. “Lo que le pasa al PP”, añadió, es que “se han enterado de lo que pasa en la calle, que la gente respalda el mensaje de Vox y ellos intentan decir algo parecido, pero nunca le sale”. “El PP está estafando con la emigración y está estafando con sus pactos con Pedro Sánchez”, concluyó.

Blanquear un discurso xenófobo

Las palabras de Feijóo en Cornellá han sido defendidas por el resto de dirigentes del PP. El portavoz nacional, Borja Sémper, pidió este miércoles en una entrevista “no mirar para otro lado” con la inmigración ilegal que “acaba en delincuencia”. “¿Hay que mirar hacia otro lado? ¿No hay que hablar de esto? ¿No podemos reflejar los índices de criminalidad que existen? No es estigmatizar a nadie, es estigmatizar al delincuente”, apuntó.

Sémper apeló a unas “estadísticas oficiales” que el PP no ha concretado. También la secretaria general, Cuca Gamarra, defendió a su jefe de filas durante una rueda de prensa también este miércoles, quien defendió que existe un “problema evidente de inseguridad” y otro “problema de ocupación” de viviendas. “Los partidos del Gobierno o los que lo apoyan no están dispuestos a abordar estas cuestiones”, añadió. “Ni la ocupación ni la reincidencia”, dijo. “Y en muchos casos, se produce por parte de personas en situación irregular en el país. Somos claros y firmes”, zanjó.

Las declaraciones del PP dan pie a que Vox extienda sus recetas para acabar con esta situación: la “deportación inmediata de todos los extranjeros que delinquen”: “Billete de vuelta y deportaciones masivas para violadores, delincuentes, bandas callejeras, narcotraficantes, yihadistas”. Y ese ha sido uno de sus principales eslóganes electorales en esta campaña en Catalunya como lo seguirá siendo en la de las próximas europeas, en consonancia con sus homólogos de la extrema derecha de otros países de la UE, con los que Abascal se acaba de reunir en Hungría.

Otra de las vertientes de ese discurso xenófobo y racista que está desplegando Vox en esta campaña catalana y precampaña europea se centra en lo que los dirigentes de extrema derecha llaman la “islamización” de España y de Europa. Según aconsejan, nuestro país “debe tomar inmediatamente las medidas necesarias para que nuestras ciudades no sigan el modelo de sociedades multiculturales”, un modelo que consideran “se ha demostrado fracasado”. En enero el grupo de Abascal presentó de nuevo para su debate una proposición en la que exigían el “cierre de todas las mezquitas”, entre otras muchas cosas. En ella volvían a insistir en que “los principios del islamismo son radicalmente incompatibles con las democracias occidentales”. “Las políticas multiculturalistas llevadas a cabo por los países occidentales (y, especialmente, por Bélgica, Suecia o Francia) se basan en la contemporización con el islamismo incompatible con nuestra civilización, en la promoción de la inmigración masiva y el reemplazo poblacional y en las concesiones a los líderes políticos y espirituales islámicos para mantener la paz social”, afirmaban, azuzando de nuevo el miedo a un potencial atentado terrorista como el cometido en agosto de 2017 en las Ramblas de Barcelona y en el municipio tarraconense de Cambrils.

Según los datos oficiales aportados a esta redacción por el Ministerio del Interior, en 2023 entraron en España de manera irregular 56.852 personas. En cuanto a asesinatos, las estadísticas que recogen la nacionalidad del autor solo llegan hasta 2022 ya que las de 2023 tardarán todavía unas semanas en estar preparadas. En 2022 –también según Interior– se registraron 124 homicidios dolosos/asesinatos (no consumados), de los cuales 91 fueron cometidos por nacionales y 33 por extranjeros. Ese mismo año hubo 26 homicidios dolosos/asesinatos consumados de los cuales 23 fueron cometidos por nacionales y solo tres cometidos por extranjeros.

Mientras Vox y la derecha se afanan en demonizar a los inmigrantes, el Banco de España en su último informe anual sobre el mercado laboral, incluía entre sus propuestas “alargar la vida laboral” y “políticas” que favorezcan “la llegada de inmigrantes” ante la tasa de paro de nuestro país, “persistentemente más elevada que las de otros países de nuestro entorno, los cambios tecnológicos y el envejecimiento” de la población. Después de hacer una serie de observaciones sobre la evolución de los datos de paro y desempleo desde 2020, el año de la pandemia, el Banco de España apunta en dicho informe que la recuperación de los flujos migratorios, que se vieron afectados muy negativamente en aquellas fechas, ha contribuido de forma notable al vigor reciente del empleo en nuestro país. Por ello recomienda que de cara al futuro, “sería deseable que las políticas migratorias anticiparan proactivamente las necesidades de contratación que se generarán en el mercado laboral español como consecuencia de las futuras jubilaciones y que favorecieran la llegada de inmigrantes que puedan satisfacer dichas demandas de trabajo”.